—Tu hermano quiere
que antes de que termine el año ya puedas caminar bien. —Mientras los tres nos
dirigíamos hacia mi habitación, Serch me comentaba lo que haríamos durante las
sesiones, al parecer iba a renovar mi rutina, y era algo que necesitábamos
acordar juntos.
—No creo que eso
sea posible. —Respondí sin más. Serch me sonrió alegre. — ¿O sí?
—Todo depende de
ti, si tú te lo propones. —Guiñó un ojo. Jared abrió la puerta de mi habitación
y todos ingresamos a ésta.
—Ella lo logrará. —Mi
hermano rodeó mis hombros con su brazo en un suave abrazo. —Los dejaré solos
chicos, mucha suerte. —Besó mi mejilla y salió de la habitación.
Me sentí nerviosa
de nuevo al darme cuenta que estaba completamente sola con Serch, con él y con
miles de recuerdos que no deberían estar en mi cabeza en ese instante…
[ Narrador ]
Los gemelos, Georg
y Gustav, y los miembros de su staff terminaron de organizar todos los detalles
de la prueba de sonido. Todo estaba listo para esa noche, y los integrantes de
la banda se sentían nerviosos, por alguna razón, los conciertos en su país
natal les hacían poner los vellos de punta.
—Siempre me había
imaginado esto muy diferente. —Mencionó la pequeña Kayla con cierto toque de
emoción en su voz.
Tom le dedicó una
sonrisa sincera. Se sentía aliviado de haber solucionado la inútil discusión
que había tenido con su joven prometida la noche anterior.
Después del ‘abrazo
del perdón’, ambos se habían quedado dormidos, con la compañía de su pequeña
Layla en medio de ellos.
—La verdad es que
esto siempre resulta estresante para mí. —Se quejó Bill.
— ¿Por qué? Si tú
sólo cantas y ya, nosotros debemos afinar los instrumentos y demás cosas. —Replicó
Georg y el menor de la banda se rió alegremente.
Todos los chicos se
dirigían hacia el estacionamiento del lugar, dispuestos a volver a casa para
relajarse antes de tener que volver para el concierto.
Bill sostenía en
brazos a Layla, ella resultaba ser su favorita, aunque también sentía un enorme
cariño por Freddy, quien era sostenido por su padre.
—Es hora de
separarnos, los veo aquí mismo en cuatro horas, más vale que sean puntuales,
¿De acuerdo? —Advirtió David en tono amenazante. Los chicos asintieron, y en
cuanto éste estuvo satisfecho con sus respuestas, se encaminó hacia su auto
dispuesto a partir.
— ¿A dónde vamos
ahora? —Preguntó Kayla mientras subía a la parte trasera del auto.
—A nuestra casa. —Respondió
Tom, entregándole los bebés a su madre, para que viajaran seguros con ella. —Me
refiero a la casa de Bill y mía.
—Vaya, por un momento
había olvidado que ustedes tienen casa también. —Mencionó riéndose. Era verdad,
los Kaulitz prácticamente se habían mudado a la casa de los Murett.
Tom subió al
asiento del conductor, Bill al del copiloto, y se marcharon rápidamente de
allí. El lugar comenzaba a infestarse de fans, y no querían ser descubiertos.
—En cuanto nos
casemos, echaré a Bill y te vendrás tú a vivir conmigo. —Dijo Tom entre risas.
— ¿Y yo dónde
viviré? —Replicó Bill intentando defenderse.
—Te irás a vivir a
la casa de Bettina, y en cuanto te animes a casarte con ella deberás comprar
otra casa.
— ¿Quieres casarte
con mi hermana? —Preguntó Kayla emocionada. Bill sonrió y la miró desde el
espejo retrovisor.
—Por supuesto, pero
no sé cuándo. Ella me ha dejado muy claro que no le interesa casarse por ahora.
—Eso lo dice porque
nunca has llegado tú con un anillo y una romántica forma de proponérselo.
— ¿Puedes
imaginártelos casados? —Preguntó Tom. Él siempre se había tenido en mente que
Bill nunca se casaría y viviría con perros por el resto de su vida. Ahora todo
era muy diferente a sus expectativas.
—Casados o no, yo
los puedo imaginar ancianos, juntos, y felices. —Respondió Kayla emocionada, y
Bill sonrió satisfecho ante lo oído.
—… ¿Y para qué vinimos aquí? —Preguntó
Kayla confundida en cuanto todos ingresaron a la abandonada vivienda de los
gemelos.
—Tom quiere recoger
algunas prendas de ropa para el concierto, siempre duda de lo que se pondrá en
el escenario. —Respondió Bill echándose cómodamente sobre el sofá, justo al
lado de donde descansaban sus pequeños sobrinos.
—Ahora entiendo. —Captó
en cuanto notó que Tom se había dirigido directamente hacia la habitación que
solía compartir con Bill. — ¿Seguro que no vinimos para otra cosa? —Preguntó
Kayla no muy convencida. Bill mordió su labio y suprimió una sonrisa nerviosa. —Bill…
¿Qué hacemos aquí? —Preguntó la joven con un tono más severo. Bill se acomodó
sobre el sofá incorporándose sobre éste, dispuesto a decirle algo más a su
‘cuñadita’.
—De acuerdo… —Suspiró
y aclaró su garganta. —Terminamos el ensayo antes de lo previsto, y no podemos
volver a tu casa, no ahora mismo.
— ¿Por qué? —Insistió
Kayla, se había quedado con la misma duda y no pensaba parar de preguntar hasta
entender por completo.
—No me odies… —Advirtió
Bill preocupado. Kayla levantó una ceja más confundida aún. —No podemos volver
ahora porque Bettina debe estar retomando sus terapias en casa.
— ¿Por qué razón
debería de odiarte? Eso es bueno, supongo…
—Porque fui yo el
que le pidió a Jared que encerrara a Bettina y por eso tomará las terapias en
casa ahora. —Respondió Bill apretando los dientes, completamente preparado para
ver la reacción de la chica, quién abrió los ojos como platos.
— ¡Eres un traidor!
—Gritó señalando al Kaulitz menor con un dedo acusador. —Bettina confiaba en
ti, y resulta que tú estás manipulando a mi hermano. Ahora ella detesta a Jared
por algo que tú hiciste.
— No sólo fue mi
idea, ambos lo hemos hablado… —Intentó defenderse. Kayla negó con la cabeza.
— ¿Y fue idea de
Jared cambiar las cerraduras? —Bill mordió de nuevo su labio, Kayla soltó un
suspiro sarcástico. —Fue tu idea. —Acertó. —No pensé que fueras tan paranoico…
— ¡Estoy listo! —Exclamó
Tom mientras bajaba por las escaleras sosteniendo una pequeña maleta con todas
las cosas que necesitaba. Su expresión se tornó confusa en cuanto reparó en que
Kayla se encontraba intimidante de pie frente a un Bill asustado y desparramado
en un sillón. — ¿Qué hacen? ¿A dónde iremos ahora?
—Vamos a casa, ¡A
mí casa! —Kayla dejó de asesinar a Bill con la mirada y miró a su novio. —Me da
igual si el estúpido de tu hermano no quiere ir, yo tengo que hablar con mi
hermana.
—No se lo digas… —Rogó
Bill poniéndose de pie.
— ¿Por qué no? —Preguntó
Kayla intentando calmar su histeria. No tenía planeado decírselo a Bettina por
ahora, tan sólo quería hacer entender a Bill que mentir sobre eso no era
correcto.
Tom cogió a ambos
bebés en brazos. Kayla caminaba a su lado cargando la maleta de Tom y el bolso
donde llevaba las cosas de sus pequeños, mientras que Bill caminaba en silencio
detrás de ellos. Llegaron hacia donde se encontraba aparcado el precioso Audi
de Bill, y todos ingresaron en éste; obedeciendo las órdenes de Kayla, se
dirigieron hacia la casa de los Murett.
—Verás que pronto volverás a caminar
muy bien, yo lo sé. —Afirmó Serch sonriente. En cuanto terminaron con la sesión
de terapias, él y Bettina se dirigieron al jardín para conversar un poco. Ella
aún se sentía perturbada, pero intentaba dar de lado sus sensaciones para poder
concentrarse lo más que podía.
—Ojalá… —Susurró
con pocas esperanzas en su aliento. Ella sabía que volvería a caminar algún
día, pero temía que al final todo fallara y fuera imposible.
—Quisiera
preguntarte algo, pero no quiero incomodarte… —Mencionó Serch mordiendo su
labio. Bettina lo miró a los ojos. ¿Qué podría preguntarle él que lograra
incomodarla si apenas se conocían?
—Estaremos
conviviendo durante un largo rato, así que debemos conocernos bien, ¿No? —Respondió
ella con una leve sonrisa en su rostro; pensando en que obviamente no le
contaría todo sobre sí al joven terapeuta.
—Vale… ¿Qué… Cómo
es que tú no puedes caminar? —Preguntó sin más. Desde que había conocido a
Bettina esa duda había surgido en su cabeza, pero no había sido capaz de
preguntarle desde antes.
—Un accidente. —Respondió
rápidamente, para después permanecer callada durante unos segundos pensando en
qué más decir. —Era de madrugada, y yo estaba sola en una pradera corriendo. No
me di cuenta y llegué a una carretera y choqué con un auto que me atropelló… —Intentó
reprimir sus ganas de reír. La explicación que acababa de dar era demasiado
absurda.
—Tú… ¿Qué hacías
corriendo de madrugada sola en una pradera? —Preguntó Serch completamente
estupefacto, y Bettina al fin rompió a reír.
—La historia suena
muy estúpida, ¿No? —Serch se limitó a levantar una ceja, tentado a responder
con un “Sí”, pero resultaría imprudente. —Te la contaré completa luego.
—De acuerdo. —Acordó
sonriente. Tenía la gran duda por dentro, pero ya llegaría el día en que
Bettina le contara bien la ‘historia’. —Vayamos adentro. —Sugirió, Bettina
asintió.
— ¿Te quedas a
comer? —Preguntó, y Serch enseguida asintió.
Ambos se levantaron
de las sillas en las que se habían encontrado sentados anteriormente. Serch
sabía que Bettina ya podía caminar fácilmente con ayuda de las muletas, pero le
daba pánico que ella fuera a chocar contra el duro césped, así que la ayudó
sosteniéndola de la cintura durante su trayecto hacia el interior de la casa.
—Iré a hacer una
llamada, ¿Me esperas aquí? —Preguntó Bettina. Ambos se encontraban sentados en
los sofás de la sala de estar esperando que llegaran los demás para poder comer
todos juntos. Esperaron durante varios minutos, y al notar que nadie llegaba
Bettina decidió hacer algo al respecto.
— ¿A dónde irás? —Preguntó
extrañado. —Si necesitas privacidad puedo salir yo, me da miedo que andes
caminando tú sola. —Bettina sonrió. Apenas conocía a su terapeuta y él ya se
preocupaba demasiado por ella.
—Olvídalo, no iré a
ningún lado, llamaré aquí. —Sonrió de nuevo y cogió su móvil que descansaba
sobre la mesa al centro de la sala. Presionó una sola tecla, indicando que a la
persona que pensaba llamar la tenía en ‘marcación rápida’. — ¡Hola amor! —Saludó
alegre. Serch abrió los ojos repentinamente interesado. Antes había conversado
con Bettina sobre su ‘misterioso novio’ que se encontraba de viaje. — ¿Cuándo
volverán? Muero de hambre y estoy sola en casa con mi terapeuta. También está
Flor haciendo la comida… — ¡Hay, Bill! —Se quejó reprimiendo sus ganas de reír.
— ¿Bill? —Murmuró
muy por lo bajo Serch. Había pensado en una sola persona al escuchar ese nombre
pero… Eso era imposible.
—Vale vale, aquí
los esperaremos. —Bettina colgó y notó que Serch tenía los ojos desorbitados. —
¿Estás bien? —Preguntó confundida.
—La persona con la
que estabas hablando… ¿Era tu novio? —Preguntó tratando de relajar su
expresión. Bettina sonrió y asintió. —Y… ¿Vendrá a comer aquí con nosotros?
—Sí, él
prácticamente vive aquí… ¿Pasa algo?
—No, nada. Sólo que
me parece interesante conocerlo. Se llama Bill, ¿Cierto? —Bettina chasqueó la
lengua. Había olvidado por completo que ‘su novio’ era bastante conocido por
toda la gente de Alemania, pero también olvidó que su nombre es muy poco común…
—Si… —Tragó saliva.
—Hoy te lo presentaré, si quieres… —Se puso tensa de repente. Si le presentaba
a Bill, también tendría que presentarle a Tom, y por supuesto, darle todas las
explicaciones necesarias…
Holaaaa!!! Mil disculpas!! Ya lei los atrasados y este nuevo... Este Thomas pensando kon su otra " kabeza " y poniendo mal a la MADRE DE SUS HIJITOS... KABEZOTAAA!! ¬¬ Y y ke bueno ke Billito lo hiso tomar konciencia kon ese bofetón!!! jijiji y ahora Kayla enojada kon su futuro kuñado por PREOCUPARSE POR BETTINA!!! WTF??? Soy YO o ESE TERAPISTA ESTA UN TANTO INTERESADO EN SU PACIENTE? O SERÁ EN SU FAMOSO NOVIO???okno SIGUELOOOO !!! Gracias por avisar :) ♥
ResponderEliminarholaaaa! me encanta que pases! ya que nadie firma en mi nuevo blog! ;(
ResponderEliminarbueno.. también me gusta que te guste lo que escribo allí! siento tardar tanto en pasar pero estoy con los examenes finales del curso! y quiero sacar nota para selectividad y la universidad! u.U asique toy agobiada! que te vaya todo muy bien! prometo leer en cuanto termine! besitos!
¡Hola! Me paso por aquí para decirte que me he leído este capítulo de tu fic y me gustó mucho, me pondré al día con toda la historia :3
ResponderEliminarYo también subo un fic de Tokio Hotel, por si te interesa pasar y echarle un vistazo, a ver qué te parece ^^
Un beso, te sigo!
AAAAHRG! YA SABIA YO! que ese chico era más que un terapeuta! :) sigoooo
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