miércoles, 31 de diciembre de 2014

Final "Automatic Dreams!" [Parte 2]

Un par de horas más tarde, despierta. Son alrededor de las 2:30 de la madrugada, y una punzada ha hecho que despertara de sopetón.

— ¿Qué? —Se pregunta. —Una punzada más. —Mi bebé.

Kayla se levanta con las manos en el vientre, y se sienta en la esquina de la cama, recordando las palabras de Bill. Al parecer toda su familia la odia. Lo único que se le ocurre es llamar a Serch.


— ¿Hola? —Responde el terapeuta del otro lado de la línea.
—Serch, ya no aguanto más. —Comienza a llorar de nuevo. —Todos me odian.
— ¿Por qué no me dijiste que la bebé es mía? —Es lo único que se le ocurre decir. —Tenía derecho de saber, es injusto que me alejes de ella, y es injusto que engañes a Tom.
— ¿Bettina te dijo algo a ti también?
—Lo sé todo Kayla, mañana iré a tu casa y todos hablaremos con Tom, para buscar juntos una solución a esto.
— ¿¡Qué mierda!? ¿¡Por qué diablos no me dijiste nada antes!? —Responde Kayla furiosa. — ¡Ahhh! —Otra punzada más. —Algo le pasa a mi bebé.
— ¿Qué? —Pregunta Serch preocupado.
—No quiero que Tom sepa la verdad…
— ¡Yo merezco estar con mi hija!
— ¡No vengas mañana!
—Tengo que, se lo prometí a Bettina.
—Bettina es una maldita traidora. —Una más. — ¡Joder!
— ¿Kayla?
—Serch… ven por mí.
— ¿Por qué? ¡No!
—Hay que fugarnos, tú y yo, con la bebé.
— ¿A dónde? —Pregunta Serch completamente en shock.
— ¡A tu casa! ¡Ahh! —Otra más. —Ven rápido. Así nos evitamos hablar con Tom, y esperamos a que todos se calmen.
—De acuerdo. —Serch nervioso cuelga, y se encamina a ir por Kayla.


Retorciéndose del dolor, Kayla comienza a empacar un poco de ropa dentro de una mochila, ropa de ella, y de sus hijos. Una punzada tras otra, y por la presión de su huída, la mancha de sangre en su pijama le ha pasado desapercibida.
Decide escribir una pequeña nota en la que redacta: Me voy, los niños están bien. Lo siento Tom, lo nuestro ya no da para más. Lo siento Bettina, lo siento Jared.”

Serch llega alrededor de 20 minutos después, sube hasta la habitación sigilosamente, y ayuda a llevar a los niños dormidos en brazos hasta el coche. Kayla se encarga de llevar la ropa, sábanas, y algunos juguetes.
Nadie se ha dado cuenta que ella ha salido de casa.

—Vamos a un hotel. — Sugiere Serch. — Todos sospecharán que estás conmigo e irán a buscarte.

A la mañana siguiente, Tom llega muy temprano a casa, y sube a la habitación de Kayla, y al notar que ni ella ni sus hijos están, entra en una desesperación. Su primera reacción es ir a buscar a Bill a la habitación de Bettina, mientras que Bett va a buscar a Jared.
Al entrar, Bill encuentra la carta, la cual para Tom había pasado desapercibida. En cuanto entran Bettina, Jared y Vinz a la habitación, Bill la lee en voz alta.
Un dolor agudo siente Tom en el pecho, completamente confundido.ç

— ¿Cómo que lo nuestro no da para más? —Dice, aguantando las lágrimas que luchan por salir de sus ojos. —A pesar de las peleas, yo siempre he estado con ella, y siempre he hecho mi esfuerzo para que nuestra relación funcionara.
—Tom… —Lo interrumpe Bettina.
—Tenemos que decirte algo. Deberías sentarte. —Bill aconseja a su hermano, haciendo que éste se siente en la orilla de la cama.
— ¿Ustedes saben a donde fue? —Pregunta colocando las manos en su frente. — ¿¡Y por qué se lleva a mis hijos!? —Grita. —Si quería dejarme debió decirme primero, nunca llevarse a mis hijos lejos de mí. —Tom ha comenzado a llorar. Bill se sienta a su lado y lo abraza por los hombros.
—Tom. —Jared comienza a hablar. —Kayla le confesó a Bettina algo muy fuerte.
— ¿Qué cosa? —Pregunta un Tom desconcertado, invadido por las lágrimas de confusión.
—El bebé que está esperando… —Jared traga saliva. —No es tuyo. —Tom levanta la cabeza, irradiando terror por los ojos.
— ¿¡PERO QUÉ MIERDA…!?
—Kayla te ha sido infiel por mucho tiempo. Realmente tiene siete meses de embarazo. Se lo confesó a Bettina recientemente.
—Ninguno de nosotros jamás lo sospechó. —Dice Bett, recargándose en el brazo de su hermano.
—Eso no puede ser verdad. —Tom ha dejado de llorar, ahora sólo se puede apreciar coraje, dolor e incredulidad en sus ojos. — ¿Con quién? ¿Quién es el padre? ¿¡Con quien me ha estado viendo la cara esa estúpida!? —Grita de nuevo. Bill lo abraza más fuerte.
—Serch. —Murmura Bettina. Tom comienza a llorar de nuevo.
— ¿Por qué no me dijo la verdad? —Murmura.
—Ella no quería lastimarte Tom. —Dice Bill.
—No creo merecer esto. —Tom comienza a llorar de nuevo, y está completamente destrozado por dentro. —Siempre la he respetado, le he dado mi amor a ella y a los niños. Siempre he estado a su lado. No entiendo por qué me hace esto…
—Tom, sé que duele, pero necesitas seguir adelante. Tenemos que encontrar a mi hermana para que hable contigo a la cara y puedas estar con tus hijos.
— ¿Se fue con Serch? —Pregunta Tom levantando la cabeza.


Por otra parte, Kayla, Serch, y los mellizos se encuentran durmiendo en una habitación de hotel barato. Kayla aún siente las punzadas, menos intensas, por lo que ha podido soportar un poco más.
Se levanta temprano, y nota la gran mancha de sangre en su ropa.

—No puedes hacer nada Kayla. —Murmura para sí misma.

Tan sólo decide cambiarse de ropa, y seguir ignorando el dolor agudo en su vientre.

Bill y Tom han decidido utilizar las influencias de David, su manager, para conseguir localizar a Kayla y a Serch por vía satélite. Mientras que Bettina y Vinz insisten haciendo llamadas telefónicas. Jared ha ido con Gustav y Georg a intentar abrir la casa de Serch, sin embargo, no encontraron nada, y han decidido ir a preguntar a algunos hoteles de la ciudad.


—Kayla tenemos que ir a un hospital. —Serch insiste, está bastante nervioso. Kayla se retuerce de dolor en la cama, mientras que Freddy y Layla lloran de hambre.
— ¡No! Mejor consigue algo de comida.  —Ella replica.
—No tengo suficiente dinero.
— ¿¡Entonces como pretendes que sobrevivamos estos días!?
— ¡No lo sé! Tú sólo me has dicho que escapemos, no teníamos nada planeado.
—Sólo consigue algo por favor, los niños lo necesitan. Hay un poco de dinero en mi mochila.


Serch toma el dinero y sale en busca de comida, y algún medicamento para el dolor.
A pesar de su error, él es buena persona. Jamás dejaría a Kayla sola, ni a los bebés, inocentes de la difícil situación.

Bettina llama a Kayla por enésima vez. Ésta desesperada por el dolor y el llanto de los bebés, decide atender la llamada.

— ¡Kayla! ¿Dónde estás? —Dice Bettina en cuanto su hermana coge la llamada. Bill y el detective que rastreará la llamada se acercan para escuchar en el altavoz. — ¿Dónde te has metido?
—Estoy bien, por favor dejen de buscarme.
—No estás bien, algo te pasa. —Dice Bettina alarmada. — ¿La bebé está bien? ¿Freddy y Layla? ¿Estás con Serch?
—Todos estamos bien. —Suspira. — ¿Y Tom? —Bettina voltea a ver a Tom, quien se encuentra en la esquina de la habitación, con los brazos cruzados, escuchando la llamada. Él niega con la cabeza.
—Igual está bien. Dime dónde estás por favor.
—No te diré Bettina.
—Está bien, sólo dime si Serch está contigo. Tengo que asegurarme que estés bien Kayla, ¡por favor!
—Ya te dije que estoy bien. —Replica.
—Llamaré a la policía si no hablas Kayla Murett. —Advierte Bett con tono severo. Kayla cuelga la llamada.
—Comenzaré a rastrear la llamada. —Dice el detective. —Aunque deberían llamar a la policía.


Una vez que el detective tiene la localización, Bettina llama a la policía, y Bill llama a Jared, Georg y Gustav. Todos se encaminan hacia el hotel donde Kayla debería estar.

En cuanto Kayla colgó la llamada, Serch llega a la habitación del hotel con algo de comida.

— ¡Trae a los niños! Tenemos que irnos. —Dice mientras recoge todas sus cosas.
— ¿Por qué? —Pregunta Serch desconcertado.
—Intenté hablar con Bettina, y dijo que mandará a la policía a buscarnos.

Kayla aún intenta tolerar los dolores, sin embargo, baja hacia el lobby del hotel como puede, y se encamina hacia donde se encuentra el auto de Serch. Una vez en el auto, toma algunas pastillas para el dolor que Serch ha traído.
Freddy está dormido, y Layla come un poco de los dulces que compró el terapeuta. Kayla está al volante, y Serch a su lado en el asiento del copiloto.

— ¿A dónde vamos?
—No lo sé, lejos de aquí.

Después de varios minutos conduciendo, lo dolores en el vientre de Kayla son más y más fuertes, en cambio, se niega a detener el auto para no perder tiempo.

Jared, Bill, David, y la policía han llegado al hotel. Jared pregunta en la recepción por Kayla o Serch, y efectivamente, hay una habitación a nombre de él. Para su mala suerte, cuando suben a inspeccionar, ellos ya se han ido.
En el estacionamiento del hotel, la policía obliga al encargado a decir el número de matrícula del auto de Serch. Y comienzan a buscarlo por todas partes de la ciudad.

Un par de horas más tarde, la policía sigue sin localizar el auto. Los teléfonos móviles de Kayla y Serch no se pueden localizar debido a que ambos están apagados.

Todos se encuentran en la sala de estar, Bill está sentado en un sofá, con un nervioso, destrozado, y consternado Tom al lado.
Bettina está frente a ellos. Repentinamente suena el teléfono de la casa. Y Bettina atiende. Todos la miran expectantes, tratando de deducir quien está al otro lado de la línea. Ella con los ojos abiertos, lentamente llenándosele de lágrimas, con el teléfono en su oreja.

—Sí, aquí vive, soy su hermana. —Suspira, una lágrima resbala por su rostro. —De acuerdo, vamos para allá en un momento.

Bettina se deja caer al piso, llorando. Jared se pone junto a ella, abrazándola.



 —Sí doctor, yo soy su tutor y hermano mayor. —Responde Jared.

Mientras él firma unos papeles, en la sala de espera del hospital se encuentra Bill abrazando a Bettina, Tom más nervioso que nunca a su lado mirando al suelo, y Vinz esperando a su esposo. Mientras que la policía llegará en un momento.

—Jared, dinos que pasó. —Suplica Bettina en cuando ve que su hermano se aproxima.
—Se accidentaron. —Dice con pesar. —Por ahora sólo se sabe que Kayla estaba sufriendo un aborto espontáneo desde la mañana, y no se atendió. Al parecer el aborto fue ocasionado por tantas emociones fuertes que ha tenido en los últimos días. Tomó medicinas no aptas para su embarazo, lo que provocó que… —suspira. —Que perdiera al bebé.
—Dios… —Bettina comienza a llorar de nuevo.
— ¿Y mis hijos? —Finalmente después de horas estando callado, Tom se atreve a preguntar por sus pequeños.
—No lo sé. Por ahora sólo me ha dicho eso el doctor. —Responde. —El accidente fue ocasionado porque Kayla venía conduciendo, en una curva le dio un dolor insoportable, por lo que perdió el control y se estampó contra un camión de carga.

Después de unos minutos, el doctor de acerca de nuevo hacia ellos.
—La señorita se encuentra gravemente mal. —Musita el doctor, con voz llena de profesionalidad.
— ¿Va a estar bien? —Pregunta Bettina preocupada.
—Honestamente... —Todos suspiran. —Se ha golpeado muy fuerte la cabeza. Temo que pronto comenzará a delirar. Y posteriormente, agonizar.

Bettina se ha soltado a llorar en el pecho de Bill. Tom tiene los ojos llenos de lágrimas, sin duda alguna, éste ha sido el día más doloroso de toda su vida. Jared mira hacia el suelo, intentando ser fuerte, mientras su esposa lo abraza.

—Ella ha pedido hablar con Tom. Dice que es a la única persona que desea ver. —Dice el doctor. Tom levanta la mirada.
—Tienes que ir. —Sugiere Bill.
—No estoy seguro de querer verla así. —Dice Tom con voz destruida.
—Tom, tal vez ésta sea su última voluntad. No se la quites. —El doctor intenta animarlo con voz cariñosa. Tom se pone de pie y el doctor le sonríe contagiado con su dolor, guiándolo hacia la habitación.

Tom vestido con el equipo de seguridad necesario, ingresa a la habitación. Siente un dolor en su pecho cuando lo primero que sus ojos ven es una desahuciada Kayla, con la cabeza vendada, golpes por todo el rostro, y diversos aparatos conectados a su cuerpo.

—Tom. —Dice ella con voz entrecortada. —Tom.
—Kayla, que has hecho. —Él se acerca a ella, le acaricia la cara suavemente.
— ¿Sabes todo? —Pregunta ella, su voz es casi inaudible.
— ¿Por qué me mentiste así? —Pregunta Tom. Ha comenzado a llorar. —Si ya no me querías, pudimos ser amigos, o buscar otra oportunidad.
—Nunca te he dejado de querer. —Kayla también está llorando. —Perdóname Tom. —Suplica. —Nunca intenté hacerte daño.
—No llores. —Le limpia las lágrimas. —Tienes que recuperarte de esto.
—No me voy a recuperar Tom. —Comienza a respirar con más y más dificultad. —Lo sé.
—No digas eso. —Tom le toma las manos y las coloca en su rostro. —Tienes que luchar por tu vida. No lo hagas por mí si no quieres, hazlo por Freddy y Layla. —Tom llora más y más.
— ¿Ellos están bien?
—No tengo idea, no nos han dado noticias de ellos.
—Sólo deseo que ellos también me perdonen. —El ritmo cardíaco de Kayla cada vez es más lento. Ella comienza a tener la mirada perdida. Y Tom llora intensamente. Está convencido de que Kayla está viviendo sus últimos minutos de vida, por lo que decide sacar su móvil y grabar sus últimas palabras. —Dile a Jared y a Bettina que me perdonen. Y dile a Bill que tenía razón. Pero principalmente perdóname tú Tom, eres el amor de mi vida. A todos ustedes los amo demasiado.
—Kayla… —Tom le acaricia el rostro.
—Prométeme que te vas a asegurar que los niños no me odien. Freddy y Layla son una extensión de mi corazón, y no les quiero fallar como ya le fallé al bebé que esperaba nacer dentro de mí.
—No le vas a fallar a nadie Kay, ellos te aman. Bettina y Jared te aman. No puedes irte así.
—Tom, no llores. —Ella intenta acariciar el rostro de Tom, pero su mano cae. No tiene fuerzas. —Encontrarás a tu verdadero amor. Tú fuiste el mío, pero yo no supe ser el tuyo. Jamás merecí tener a alguien tan bueno como tú a mi lado.
—Todos cometemos errores Kay, deja de sentirte así.
—En verdad perdóname, todos perdónenme.


Y así fue cuando Kayla soltó su último suspiro.
Tom detuvo la grabación, y comenzó a llorar como nunca lo había hecho en su vida. En la habitación sólo se escuchaba el estresante sonido que indicaba que el corazón de Kayla había dejado de latir, y el dominante llanto y dolor de Tom.
El doctor entra en la habitación minutos después, y le pide a Tom que sea fuerte, lamentablemente tiene una noticia que darle a él, y a los demás de la familia.
Al salir de la habitación, Tom corre hacia la sala de espera.

—Se ha ido. —Dice llorando mientras corre a abrazar a Bill. —Yo no la quería ver morir.
Jared y Bettina lloran juntos, mientras que Vinz llora en silencio mirando hacia el suelo.


lunes, 22 de diciembre de 2014

Final "Automatic Dreams!" [Parte 1]

La historia básicamente se quedó en que Bett estaba mejorando con su forma de caminar, Tokio hotel se iba a ir de gira recientemente, Kayla cuidaba de los bebés y su relación con Tom iba bien, sin embargo tenía cierto coqueteo con Serch...

En el último capítulo,  Bill estaba ebrio y Tom y Kayla se "divertían" en el camerino. Tiempo después Marlon localiza a Bill durante la gira, y le dice que quiere hablar con Bettina, y Bill siente un impulso por golpearlo. Afortunadamente Tom lo detiene y le dice a Marlon que cualquier cosa que quiera decirle a Bett necesita hacerlo por escrito. Marlon se retira y no vuelven a saber de él durante un largo tiempo.

 Llega el día del cumpleaños de los gemelos, y ellos se toman un descanso de su gira para estar un momento con la familia. Dentro de esa fiesta, Kayla tiene una pequeña discusión con Tom debido a que él le dice a ella que es una madre desobligada y no cuida bien de los bebés. Ella sale furiosa hacia el jardín y Tom la deja ir sola para que se tranquilice, sin embargo Serch va detrás de ella en cuanto Tom se distrae. Kayla lloraba y se cuestionaba si en verdad estaba haciendo algo mal con sus hijos. Serch la abraza, y Kayla en un impulso lo besa. Vinz (la novia de Jared, el hermano de Bettina y Kayla) observa toda la escena. Serch se aleja ya que sabe que ella está con Tom, a demás, él por fin acepta que está enamorado de Bettina.

Al día siguiente, Tokio hotel vuelve a la gira, y las cosas con Kayla y Tom no se arreglaron. Pasan los días, y todo entre ellos sigue igual, Tom la llama, y ella se niega a responder. Sin embargo, Serch y Kayla cada vez están más enrollados, llegando al punto de incluso mantener relaciones sexuales. Serch se conforma con Kayla ya que sabe que Bettina ama a Bill y no tiene oportunidad con ella. A demás, Kayla tiene un gran parecido con su hermana, por lo tanto, sólo le basta con imaginar.

Dos meses después,  Jared los sorprende en la cama, haciéndolo frente a los bebés (Freddy y Layla). Tal es su enojo que echa a Serch de la casa y le grita a Kayla cosas horribles, amenazándola con contarle todo a Tom, sin embargo ella insiste en que mantenga la boca cerrada, ya que no sólo le afectaría a ella, sino a Bettina (ya que tendría que cambiar de terapeuta), y a los bebés que crecerían sin un padre.
Jared le cuenta a Vinz lo sucedido, y ella le cuenta lo del otro día. Ambos deciden en no decirle nada a Bett ya que podría decirle a Bill, y Bill a Tom.

Más meses después, llega el día de la boda de Jared y Vinz. Y sorprendentemente tres miembros de la familia han aprendido a caminar: Freddy, Layla, y Bettina. Ésta última después de meses y meses de terapia, al fin ha logrado caminar por sí sola. Sin embargo, Bill no sabe nada, y al verla caminar hacia él lo ha hecho llorar y llorar de emoción.
Durante esos meses, Tom consiguió hablar con Kayla e intentar ambos llevarse bien, pero, él cree ya no estar enamorado de ella.  La boda transcurre hermosamente, y Tom y Kayla parecen llevarse bastante bien.
Bettina ha invitado a Serch a la boda, y él no puede evitar sentirse mal a ver a las dos chicas de su vida estar felices con sus famosos novios, mientras él está solo.
Esa noche, Vinz y Jared se van de luna de miel a Australia. Bill y Bettina se quedan en casa a pasar un buen rato de diversión en pareja. Tom se ofrece a llevar a Serch a su casa, y éste acepta sin poder negarse. En cuanto Serch se fue, Tom bromea diciendo “Este tipo estuvo bastante serio hoy, tal vez porque estuvo solo en la fiesta, no sé de qué se queja, si seguro ha tenido más sexo que yo en los últimos meses.” Kayla tan sólo ríe.
Esa noche, Tom y Kayla recuperan el tiempo perdido, al igual que Bill y Bett, deciden tener un poco de diversión en pareja.

Tiempo después, Tokio hotel regresa a la gira de nuevo, y finalmente un mes después ésta ha terminado. La banda se encuentra satisfecha, todos dispuestos a mantener sus vidas privadas lejos de los medios durante un largo tiempo.
Algo terriblemente malo/bueno le ha sucedido a Kayla… un nuevo bebé comienza a crecer dentro de su vientre desde hace tres meses. Sus cuentas le indican que es de Serch, sin embargo, cree que resultará fácil engañar a Tom.

Jared ha vuelto de su luna de miel, y no se encuentra feliz del todo, él y Vinz sospechan que el bebé no pertenece a Kaulitz. Nadie en la familia parece estar del todo alegre con la noticia, incluyendo a Tom y Bill. Resulta bastante exótico que Kayla con tan sólo 17 años vaya a ser madre de un tercer bebé. Y Bill está enterado de que Tom ya no quiere a Kayla como antes.
Cada vez que Kayla tiene oportunidad, la aprovecha en encontrarse con Serch, él ha descubierto que ella está embarazada gracias Bettina (que continúa tomando terapias ya que aún no está del todo repuesta) que ella se lo ha informado. Sin embargo, Kayla le insiste en que el hijo es de Tom, aunque él sigue sospechando. Aún así, ambos continúan juntos.


Más y más tiempo después… Tom y Kayla no están bien de nuevo…

—Insisto, eres demasiado joven para ser madre, no has madurado para nada.
—Eso no te importa, los niños ya están, y si ellos se encuentran bien, es gracias a mí.
— ¿A ti? Te recuerdo que tienen un padre aquí que jamás los ha dejado solos.
— ¿A no? La mitad de sus vidas la han vivido sin la presencia de su padre, sólo porque al guitarrista se le ocurrió irse de gira justo cuando ellos acababan de nacer.
—Desde un principio tú lo sabías, éste es mi trabajo.
—Yo no quería embarazarme… si hubiera sabido qué clase de padre ibas a ser, jamás hubiera pensado siquiera en aceptar acostarme contigo.
—Ahora soy mal padre ¿no?
—Siempre lo has sido Tom.
—Ya Kayla. Tranquilízate. Viene un tercer bebé en camino, y es inútil esta conversación ahora. —Tom intenta calmar el ambiente, sin embargo Kayla pierde los estribos y suelta un grito estruendoso que hace que Freddy y Layla presentes en la habitación comiencen a llorar. — ¡Asustas a los niños, joder!
— ¡Vete a la mierda Serch! —Grita Kayla sin pensar. Al notar los ojos abiertos de confusión de Tom, Kayla comienza a llorar de impotencia. —Tom… Tom lo siento.
— ¿¡Por qué me has llamado Serch!? —Grita Tom, aguantando el nudo en su garganta.
—Confusión nada más. —Responde ella nerviosa.
— ¿Estás segura que el tercer bebé es mío? —Pregunta Tom frustrado, Freddy y Layla no paran de llorar.
—Tiene que ser tuyo Tom. Déjame sola.


Tom da media vuelta, y se va de la casa inmediatamente.
Kayla se suelta al piso a llorar, cree y sabe que no podrá más con el engaño.
Bettina ha escuchado todo, y entra minutos después. Mientras abraza a una desconsolada adolescente embarazada.


—Kayla, ¿el bebé es de Tom? —Pregunta Bettina cariñosamente. Kayla niega con la cabeza.
—Tengo miedo Bett. Todos creen que tengo seis meses de embarazo, en realidad tengo siete. —Bettina suspira.
— ¿Es de Serch? —Kayla no responde. —Dime la verdad, tenemos que solucionar esto.
—No le digas a Bill por favor.
— ¿¡El padre es Serch, Kayla!? —Pregunta Bettina alzando la voz. Kayla llora aún más. Freddy y Layla al fin han dejado de llorar. — ¿¡Como demonios es que no me di cuenta antes!?
—Estaba harta de las peleas con Tom. Estaba completamente harta de su ausencia y que él me echara en cara que soy mala madre. No fue a propósito, tan sólo se presentó la oportunidad, y la tomé.
— ¿Cuál oportunidad? ¿Embarazarte de nuevo? —Pregunta Bettina enojada.
—No. Sentir una pequeña venganza hacia Tom, pero se me salió de las manos.
—Me das asco Kayla. —Kayla suelta una risita tonta al escuchar las palabras de desprecio de su hermana.
—Eso mismo me dijo Jared cuando me encontró en la cama con él.
— ¿¡Jared lo sabía!? —Kayla ríe de nuevo. —Cínica de mierda…
— Así se quedarán las cosas Bettina. —Afirma Kayla en tono amenazante.
—No. Tom merece saber la verdad. —Kayla niega con la cabeza. —O se lo dices tú, o se lo digo yo.


Bettina abandona la habitación, llevándose con ella a los bebés.

Tom vuelve a casa bastante noche y un poco pasado de copas. Entra en la habitación de Kayla y se recuesta detrás de ella, besándole el pelo. Ella se despierta asustada.


—Hueles a alcohol.
—Perdóname por dudar de ti. Ambos estábamos bastante exasperados.
—Tom aléjate.
—Nuestra niña será preciosa, igual que tú. —Dice Tom justo antes de quedarse dormido. Una semana antes de la discusión, el médico había confirmado el sexo del bebé. Una hermosa niña.

Al día siguiente, Bettina le reclama a Jared en su despacho el que él le haya ocultado las cosas. A lo que él responde que no sabía con seguridad que el bebé no es de Tom. Bettina llama a Serch, y cuando éste va a verla a casa…
— ¡Eres un asco horrible de persona! —Le grita, empujándolo. —Me das asco, te abrí las puertas de mi casa, te di la confianza, mi amistad, te permití ayudarme con las terapias a pesar de tu poca experiencia… ¿Cómo pudiste abusar de la confianza y embarazar a mi hermana? ¿A demás aceptar que ella le mintiera a Tom?
— ¿¡Que!? —Exclama él. —Ella me aseguró que el hijo es de Tom.
—Ella está segura de lo contrario.
—Yo no lo sabía Bettina, no me odies. —Serch se encuentra sorprendido y asustado a más no poder.
—Claro. ¿Y cómo explicas el hecho de haberte acostado con ella? Es una menor de edad, puedo demandarte si quiero.
—No creo que quieras saber la razón, vas a odiarme más.
—Sí, quiero saberla efectivamente.
—No Bett…
— ¡Dímelo! —Bettina grita, desesperada.
— ¡Fue por ti! —Bettina abre los ojos como platos.
— Estás idiota.
 —Desde que te conocí me enamoré de ti. Pero tú siempre demostraste tu amor y fidelidad por Bill, y por eso no me acerqué a ti nunca. En cambio tu hermana… ella desde que llegué coqueteaba mucho conmigo, Tom y ella nunca se mostraron tanto amor como Bill y tú. Y un día ella me besó, y no hubo marcha atrás. —Serch tiene los ojos repletos de sinceridad. Bettina sólo siente un apretón en el pecho.
—Creo que no debiste decir eso. —Dice Bettina aguantando las ganas de golpearlo. —Ahora que sabes que la bebé es tuya, por favor, díganselo a Tom. Él merece saber la verdad. —Bettina en el fondo se siente más culpable de lo que debería.
—Estoy dispuesto a aceptar la realidad. El problema es que Kayla quiere estar con Tom, ella quiere que él críe al bebé.
— ¡El que importa ahora es Tom! Él tiene que saber todo. Da igual lo que Kayla quiera, Tom merece saber, y tú mereces estar con tu bebé. ¡Hazlo por ti si es que no te importan los demás!
—Estoy dispuesto a hablar con Tom, siempre y cuando Kayla esté presente. —suspira. —Considero que todos deben estar presentes, Jared como tutor de tu hermana, y Bill como hermano de Tom. —Serch demuestra su valentía.
—Está bien. —Acepta Bettina. —Tienes todo el derecho de poner condiciones.
—Es mi hijo… o hija, no sabía que era niña. —Dice Serch con voz bastante triste. —En fin, discúlpame por haber confesado lo que siento por ti. Sé que es bastante abusivo estar enamorado de ti y tener una bebé en camino con tu hermana. Pero no puedo controlar mis sentimientos, y eso debes de entender.
—Serch… —Protesta Bettina.
—Me voy Bett, mañana vendré en la noche para hablar con todos ustedes.

Serch da media vuelta, y bastante cabizbajo, sale de la casa. Bettina se siente mal consigo misma, y con Serch también. En algún punto, parece ser que la causante de todo es ella, aunque efectivamente no es así.

Tom y Kayla, se encuentran en la cama “disfrutando del momento”. A pesar de la confusión de Tom con sus sentimientos, cree tener el deber de estar con su mujer.
En cambio, Kayla definitivamente ya no siente nada por él, pero ella misma intenta convencerse de lo contrario, ya que no quiere hacerle daño a Tom, la personita que la ha hecho bastante feliz.

Bettina habla con Jared, y ambos están de acuerdo en lo acordado con Serch. Bett se debate entre contarle todo a Bill o no, y finalmente decide hacerlo para que Bill no tome la noticia como balde de agua fría al igual que Tom.
Esa noche, Bill se encuentra con Bettina en el jardín, ambos acostados observando las estrellas, y conversando románticamente. Bett se incorpora, y Bill la imita, consternado.


— ¿Pasa algo? Estás un poco rara. —Bill se acerca más a Bettina, abrazándola y besándola tiernamente. —Dime.
—Me siento bastante mal Bill. —Ella lo abraza fuerte, aguantando las ganas de llorar. —Estoy… —suspira. —Estoy tratando de reparar los errores de Kayla y hacer las cosas bien. Pero va a haber gente lastimada. Y me siento implicitamemente culpable por todo.
—Princesa, tú no eres culpable de nada.
—Es que no sabes de que hablo. —Bettina se separa de él, y lo mira a los ojos. —Mañana en la noche vendrá Serch a hablar con Tom, y quiere que estemos todos. Kayla no sabe de esto, pero ella también estará.
— ¿Serch? ¿Él que tiene que ver con Tom? ¿Y por qué razón no lo sabe Kayla? —Bill mira confundido a su novia. Ella sólo niega con la cabeza y suspira.
—Bill, de verdad, promete que no le dirás a Tom, él tampoco sabe que Serch hablará con él, sólo quiero que te asegures que él esté aquí en la noche.
—Bettina empieza por decirme de qué demonios estás hablando. —Un impaciente Bill comienza a tener curiosidad excesiva, y miedo.
—Lo que pasa es que mi hermana está embarazada de Serch. Tom no es el padre. Kayla nos ha mentido a todos. Eso es lo que pasa Bill. —Suelta Bettina de golpe. Bill abre los ojos a más no poder.
— ¿¡QUE!? —Grita. —No juegues con eso, eso no puede ser verdad.
—Yo quisiera que fuera mentira, pero es cierto.
— ¿Desde cuándo lo sabes? ¿Cómo es posible que la guarra de tu hermana…? Tom… Dios mío… —Bill se ha puesto de pie, y con las manos en el cabello, comienza a caminar de un lado a otro. Bettina con dificultad aún, también se ha puesto de pie. —No puedo creerlo, en verdad que no.
—Bill…
— ¿¡Desde cuando esa puta engaña a mi hermano!? —Grita Bill. —En todo el tiempo que estuvimos de gira Tom jamás se atrevió a tocar otra mujer, en cambio ella le abría las piernas a otro.
—Bill por favor no la insultes así. Es una inmadura, y sé que te duele lo que le está haciendo a Tom, ella sólo se equivocó gravemente.
—Pero no es justo Bett. —Bill tiene lágrimas en los ojos, Bettina lo abraza. —Es mi hermano, lo amo con mi vida, y me duele mucho.
—A mí también me duele, pero ya está hecho.
— ¿Desde cuándo se mete con Serch? —Repite Bill su pregunta anteriormente no respondida.
—Eso no lo sé. Haremos que Kayla lo confiese mañana.
—Bettina. —Bill la mira fijamente a los ojos. —Él jamás intento acercarse a ti, ¿cierto? —Bett traga saliva. ¿Por qué te sientes culpable?
—No… no Bill. Pero…
— ¿Pero… qué? El sólo saber que era tu terapeuta y te tocaba las piernas a cada rato me incomodaba. —Bill suelta una risa tonta. —Pero confié en él. Dime por favor.
—Ayer hablé con Kayla, escuché una discusión que tuvo con Tom y ella lo llamó “Serch”, por lo que Tom se fue furioso y yo sospeché. Cuando hablé con ella me confesó que tiene siete meses de embarazo, y a todos nos dijo que tenía seis para poder engañar a Tom. Ella me advirtió que no te dijera nada, pero tenía que hacerlo. Hablé después con Jared, y con Serch, él no sabía que la bebé es de él, por lo que accedió a hablar cara a cara con Tom mañana. —Bettina suspira. —Ese es el resumen. Y la razón por la que me siento culpable, es porque Serch me confesó que está enamorado de mí.
—Ya se me hacía raro. —Responde Bill sarcásticamente.
—Prácticamente me dijo que se involucró con Kayla porque yo nunca le iba a hacer caso, y ella era lo más parecido a mí que tenía al alcance.
—Qué asco de tipo.
—Lo sé.


En otra parte de la casa, Kayla se encuentra en su habitación, viendo televisión sobre la cama con cada uno de sus hijos a los costados. Acariciaba el cabello semi-largo de su pequeña Layla, y sobaba la pancita de Freddy. Tom dormía una siesta junto a ellos.
—Los amo mucho pequeños. —susurra.
—También mami. —Responde la pequeña con una sonrisa. Una lágrima resbala por el rostro de su madre.

Un par de horas después, los mellizos están plenamente dormidos, y Tom ha decidido irse a dormir a casa de su madre para pasar un momento con ella.
Cuando Kayla está a punto de acostarse a dormir, alguien llama a su puerta.


—Pasa. —Dice, sin pensar de quien podría tratarse. Una figura alta y delgada se hace presente en la habitación. — ¿Tú?
— ¿Te sorprendes de verme aquí? —Dice despectivamente. — ¿O a caso estabas esperando a tu amante para aprovechar que mi hermano se fue con mamá?
—Precisamente le advertí a Bettina que no te dijera nada para evitarme esta conversación. —Kayla comienza a enojarse, Bill cierra la puerta detrás de él.
—Se lo advertiste para que Tom no se enterara y nadie descubriera tus mentiras. Pero afortunadamente Bettina no es una mierda como tú y hace lo correcto.
—Vete de aquí Bill.
—No puedo irme sin hacerte saber el asco que me das. —Bill se acerca a ella.
—Vas a despertar a los niños, aléjate.
—Me das vergüenza. Me horroriza el hecho de que mi hermano alguna vez te haya amado de verdad. Tom se ha metido con prostitutas que dan menos asco y repulsión que tú. —Kayla sólo lo observa, incapaz de creer que Bill sea capaz de decir cosas tan hirientes. —Me hace querer vomitar el saber que mi novia tiene una puta por hermana. Eres incapaz de amar Kayla Murett, sólo sirves para arruinar las cosas, no eres ni buena madre, ni buena amiga, ni buena hermana, ni mucho menos buena novia... —No puede haber más desprecio en las palabras de Bill. Lágrimas luchan por salir de los ojos de Kayla.
— ¡Cállate! —Grita Kayla, intentando tolerar los agujeros que las palabras de Bill penetran en su corazón.
—Seguramente tus padres desde el cielo se avergüenzan de haber dejado un demonio por hija. —Kayla comienza a llorar, y le suelta una fuerte bofetada a Bill en el rostro. Tal vez Bill está exagerando, pero el dolor que siente por su hermano le ha nublado el cerebro y el autocontrol. Y necesita desahogarse.
— ¡No te metas en lo que no te importa! No te voy a permitir que me hables así ¡estúpido! —Grita de nuevo comenzando a darle golpes a Bill en el pecho, olvidando que sus hijos se encuentran dormidos a su lado.
—Aunque me pegues, me grites o llores, jamás dejarás de ser una ordinaria. Ojalá tu inocente bebé no se parezca en nada a ti. Puta de mierda. —Bill la sostiene de las muñecas, y deja caer sus brazos. Se da media vuelta, y sale de la habitación. Él mismo está sorprendido de no haber sentido compasión.


Kayla se deja caer en el suelo, y comienza a llorar desconsoladamente, preguntándose si en verdad Bill tendrá razón.

—Mamá, papá, perdón por decepcionarlos. —Susurra. —Pero en verdad no sé qué hacer. No quiero ser un asco, no para mi familia. No quiero lastimar a Tom, ni a mis hermanos.

Kayla llora a más no poder hasta quedarse dormida, allí, en el suelo frío.

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