sábado, 29 de septiembre de 2012

Acta de nacimiento



¡MIREEEN! Es oficial.. tengo un hijo con Gustav *O*
Hahaha ok no es verdad.. lo que pasa es que en el colegio vamos a hacer la actividad de tener un bebé.. y tenemos que hacer su acta de nacimiento.. y pues esta es la que yo le hice a mi bebé :3 
El papá es Gustav :3 y mi hijo se llama Dylan Bill hahahaha
Me encantó como me quedó! :)
Espero que les guste.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Cap. 94 Automatic Dreams


Capítulo 94: Pasado mañana. 

[Penúltimo capítulo]


Narra Tom:

—Después de todo la cena no ha salido tan mal. —Sonreí satisfecho al ver mi delicioso platillo de macarrones con queso, preparado únicamente por mí.

—Vaya, te envidio Tom, eres todo un haz en la cocina. —Replicó Jared con obvio tono sarcástico, fruncí el ceño, lo cierto era que lo único que sabía cocinar era pasta y macarrones. —Así como vas, vas a dejar morir de hambre a mi hermana y a mis sobrinos.

—¡Pero si ha quedado delicioso! —Me defendió mi pequeña Kayla desde el umbral de la puerta. Mientras Jared y yo habíamos estado preparando algo que comer, ella había ido a acomodar la mesa de una forma bonita, para darles la bienvenida a nuestros hermanos como se lo merecían: Con una buena cena.

—Da igual. Tom, ve a buscar a Bill y a Bettina para que bajen a cenar. —Asentí ante la orden de Jared. A demás de mis macarrones, mi cuñado había preparado tiras de pescado y de postre habíamos comprado un poco de helado de limón. No era una cena perfecta, pero sí deliciosa y buena para la ocasión.

Me quité el delantal de mujer que Kayla me había obligado a usar para cocinar, no me iba a arriesgar a que Bill me sacara una foto con él puesto y después los fans se rieran de mí. Lo arrojé sobre la silla del mini comedor de la cocina y salí corriendo hacia las escaleras que daban hacia el pasillo donde estaban todas las habitaciones.

Abrí la puerta de la habitación de Kayla, donde supuse que estaría mi hermano con su novia, y al final, lo único que encontré fue a mis bebés, solos en su cuna, durmiendo plácidamente.
Salí de la habitación con cuidado de no hacer mucho ruido; y me dirigí hacia la habitación de Bettina, y cuando estuve afuera, sin pensármelo dos veces, abrí la puerta sin siquiera preguntar si podía entrar.

Me quedé atónito con la sorprendente escena. Bill estaba desnudo, cubierto sólo con una sábana de cintura para abajo, y debajo de él estaba Bettina.
Mis ojos estaban abiertos como platos; era la primera vez que veía a Bill en una situación tan comprometedora como esa; él me había visto más de una vez teniendo sexo con diferentes chicas, en cambio yo no estaba acostumbrado a ver a mi hermanito así.

—¡¡TOOOOM!! —Gritó Bettina en cuanto desvió la mirada de mi hermano y me miró a mí. Jaló la sábana que los cubría a Bill y a ella, cubriendo sus cuerpos lo suficiente como para que no pudiera seguir viendo como se lamían sus cuerpos mutuamente.

—Yo.. ehm.. yo... —Tartamudeé, y de repente me entró la risa floja y comencé a carcajearme. Bill me miró rápidamente, preocupándose más por cubrir a Bettina que por cubrirse a sí mismo.

—¡Tom lárgate de aquí! ¿¡¡Que no te han enseñado a tocar antes de entrar!!? —Me gritó mi hermano, y yo seguí riéndome sin prestarle atención a sus palabras.

—Es que, yo.. lo siento.. jajajaja.. Jamás pensé que ustedes.. dos, jaja, estuvieran haciendo.. eso.. jajajaja

—¿Que te parece tan gracioso? —Preguntó molesto, pero más que nada, estaba avergonzado, pude notar que su rostro estaba rojo como un tomate.

—No.. nada.. joder, me hubieran invitado y hacíamos un trío...

—¡Tom! —Gritó Bettina, quien estaba escondida detrás de Bill, cubriéndose lo suficiente para que no pudiera ver nada más que su cara. —¡¡Que haces aquí!!

—Me tranquilizaré.. —Suspiré, intentando contener mis ganas de seguir riendo para poder continuar. —Jared me mandó a buscarlos para avisarles que la cena ya está lista. Así que si no han terminado de compartir sus fluidos, lo mejor será que terminen pronto, porque ya tenemos hambre, y el objetivo de la cena es darles la bienvenida a ustedes y...

—Tom... —Musitó Bill con tono amenazante. —¡AFUERA! —Gritó. —Enseguida bajamos.

—Vale, me voy, pero quiero que sepan que son unos egoístas. Saben que llevo meses sin hacer nada de nada, y en cambio ustedes se ponen a hacerlo delante de mí...

—No lo hacemos delante de ti, eres tú el inoportuno.. ¡Ahora afuera! —Gritó mi gemelo.

—Vale gruñón, los dejaré terminar, haber si así se les calma su enfado.. ¡Adiós! —Y salí de la habitación cerrando la puerta a mis espaldas. Me recargué en ésta y seguí riéndome unos minutos, hasta que me desahogué por completo.


Cuando por fin superé la escena anterior, comencé a bajar las escaleras de nuevo, llegando hacia la cocina, donde Jared y Kayla servían los platos.

—¿Ya casi vienen? —Preguntó mi cuñado, y yo comencé a reír de nuevo.

—Si.. supongo que tardarán un poco, pero no demasiado. —Respondí.


Minutos después, Bill y Bettina bajaron al comedor. Los dos estaban completamente ruborizados, y en cuanto los vi me reí de nuevo.

—¿Que es tan gracioso Tom? No has dejado de reírte. —Preguntó mi novia.

—Es un estúpido, eso es lo que pasa cuñadita. —Respondió mi hermano, abrazando a Bett por la cintura, quién estaba completamente roja.

—Cuidado con lo que dices Bill.. —Le advertí, levantando las cejas varias veces, él negó con la cabeza.

Narra Bill:

El resto del la noche transcurrió tranquilo. A pesar de la terrible interrupción de Tom y de sus estúpidas risas burlonas, todo estuvo bien. Estuvimos recordando anécdotas pasadas, y pasamos un buen rato mientras cenábamos.

—¿Se quedarán a dormir? —Preguntó Jared, que estaba recogiendo los platos de la mesa para llevárselos a Kayla, quien los estaba lavando, mientras que Tom y yo los secábamos. Bettina solamente nos observaba con una mueca en su rostro que no supe clasificar. Con sólo ver su mirada pude notar que se sentía incómoda sin hacer nada, pero por más que quisiera, no podía ayudar estando en esas condiciones.

—Lo siento, pero creo que no podemos.. —Respondió mi hermano, mirándome nervioso.

—¿Porque no Tomi? —Replicó Kayla, sorprendida. —Pensaba que te quedarías, como siempre lo haces.. —Todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo antes, para dedicarnos toda su atención a Tom y a mi.

—Es que.. —Mi hermano me miró, rogándome con la mirada que fuera yo quien les explicara el porque.

—Lo que pasa es que tenemos muchas cosas que hacer.. porque.. pues.. —Suspiré, levantando la mirada hacia el techo, buscando las palabras adecuadas para soltar lo que tenía que decir sin que sonara demasiado egoísta de nuestra parte. —Tenemos muchísimas cosas que hacer, pues.. hoy y mañana es el último día que tenemos Tom y yo para empacar nuestras cosas.. y bueno, yo vengo llegando de viaje y...

—¿Empacar? ¿Para que? Se supone que aún falta una semana para que ustedes se vayan.. —Preguntó Bett, empujando su silla para acercarse más hacia donde estábamos todos.

—Eso.. si, eso suponíamos.. —Continuó Tom, mientras yo me mordía el labio esperando a ver las reacciones de los demás ante lo que estaban a punto de escuchar. —Pero.. David nos ha llamado, y nos dijo que tenemos una nueva entrevista programada en Estados Unidos..

—Pasado mañana. —Finalicé.

—¿Que? —Preguntó Kayla. —¿¡Y cuando demonios pensaban decírnoslo!?

—No queríamos arruinarles la cena, por eso no lo hicimos antes. —Nos defendí.

—A demás ustedes ya sabían que algún día tendríamos que irnos.. —Musitó mi gemelo.

—¡Pero pensábamos que sería dentro de una semana! —Bett me miró a los ojos, exigiendo una respuesta más concreta; yo sólo bajé la mirada. No teníamos argumentos para defendernos, Kayla y Bettina tenían razón en enojarse, les habíamos ocultado algo muy importante.

—Tranquilas hermanitas.. —Musitó Jared intentando aligerar el ambiente. —Tarde o temprano tendría que pasar, da igual si pasa antes..

—No. —Afirmó Bett, con los ojos llenos de lágrimas. —No Bill, después de lo que acaba de pasar hace un momento.. no.. a demás tú me acabas de pedir una cita ¿¡Cuándo pensabas que ocurriera!? Si para llegar a Estados Unidos a tiempo tendrían que irse mañana por la tarde...

—Betti.. no..

—¡Explícame! —Sus ojos brillaban. Ella intentaba reprimir sus lágrimas con fuerza, y lo estaba logrando; quería parecer fuerte ante la situación, tal vez para los demás lo parecía, pero yo sabía que esta noticia le acababa de destrozar sus ilusiones.

—Pensaba salir contigo esta noche.. o tal vez mañana temprano, o quizás en la tarde, podrías acompañarme al aeropuerto.. —Bett negó con la cabeza, se sentía molesta ante mi respuesta.

—Kayla.. tú ¿Que opinas? —Preguntó mi hermano a su novia, temiendo de la respuesta.

—Me da igual.. como dice Jared, tarde o temprano tenía que pasar ¿O no? Tú decides si quieres irte y dejarnos antes. —Respondió, con cierto tono de indiferencia que nos descolocó a todos.

—Eso significa que.. ¿No te importa que me vaya?

—Claro que me importa Tom.

—¿Entonces..? —Preguntó mi hermano. Y fue cuando de repente la escena se tornó más incómoda de lo que ya era.

Bettina evadía mi mirada, entendía que irme es parte de mi trabajo, pero le dolía saber que tendríamos que separarnos antes, y no quería que yo la viera llorar por eso. Sin embargo, la actitud de Kayla era todo lo contrario, en pocas palabras, estaba furiosa con Tom.
Mi cuñadita comenzó a gritarle a mi hermano todo lo que se le pasaba por la cabeza; gritándole cosas como que se largara a la mierda, que la dejara a ella sola con los bebés y que se pudriera en el infierno... Tom solamente intentaba decirle que se tranquilizara, pero ella no le permitía hablar. Mi hermano estaba desesperado, volteaba a verme, suplicándome con la mirada que lo ayudara a que Kayla entendiera las cosas, pero ni yo mismo sabía cómo.

—Basta.. —Musitó Jared con tono severo. Kayla soltó un último berrido para completar su berrinche y se quedó callada, observando a su hermano con ojos afilados, deseando que éste terminara de hablar de una buena vez para poder seguir gritándole a Tom. —Pareces una inmadura Kayla, cállate de una buena vez.

—No me pidas algo que no puedo hacer.

—Si que puedes hacerlo, pareces una loca gritando de esa forma.

—Vaya.. entonces pretendes que a este par de imbéciles los felicite ¿No? ¿¡O que mierda pretendes que haga Jared!?

—¡Que te calles! —Respondió, mientras Bettina, Tom y yo observábamos sorprendidos a la pareja de hermanos pelearse.

—Pero se lo merecen, son unos idiotas, pensaban irse sin decirnos nada ni a Bettina ni a mi.. —Nos miró. Tom y yo nos encogimos de hombros ante su mirada acusadora.

—No es verdad.. claro que pensábamos decírselos. —Respondí.

—Pensaban hacerlo ya que estuvieran camino al aeropuerto.. —Acertó Bettina, quien no había dicho ni una sola palabra desde hacía varios minutos. Lo cierto era, que no pensábamos decir nada hasta el momento de tener que abordar el avión al día siguiente.

—Mi amor sabes que yo jamás me iría sin decirte nada antes.. —Me acuclillé delante de ella, tomando sus manos y observándola directamente a los ojos, para que se diera cuenta de que no mentía.

—¿Desde cuando lo saben?.. —Preguntó.

—Desde.. —Suspiré. —Desde ayer.. —Bettina entreabrió la boca sorprendida, y cuando iba a responder algo, Kayla la interrumpió.

—Desde ayer. ¡Bravo Kaulitz! Creo que merecen ganar un premio por ser los idiotas mas desconsiderados...

—Creo que tenemos que irnos ya. —Musitó Tom, ignorando por completo lo que acababa de decir su novia, comenzando a hartarse de las actitudes de ésta.

—Si.. —Me puse de pie y me revolví el pelo un poco con la mano, me sentía nervioso. —Mañana.. mañana temprano vendremos de nuevo.

—¿Para que? —Preguntó Kayla.

—Para despedirnos de ustedes, ahorita estás muy alterada Kayla, lo mejor será que te tranquilices. —Replicó mi hermano.

—Te despedirás de tus hijos, de mí no.

—Como quieras. —Tom, agarró su chaqueta, que descansaba sobre el respaldo de una de las sillas y se la puso. Enseguida comenzó a caminar hacia la salida, y yo lo imité. —Nos vemos mañana, hasta luego Jared, adiós Bettina..

—Adiós. —Comencé a caminar hacia la salida junto con Tom, pero tras dar tres pasos me dí media vuelta y observé a Bett, mirándome con el corazón encogido y las lágrimas resplandecientes en sus ojos. —Te amo, mi princesa. —Fue lo último que dije, y Tom y yo nos dirigimos hacia la salida de la casa, saliendo de ésta.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Cap. 93 Automatic Dreams


Capítulo 93: Mi 

amiguito tiene hambre.




Narra Bill:

—Me gusta tu habitación. —Mencioné. Bettina estaba sentada sobre la cama, su espalda la tenía recargada en la cabecera de la cama y las piernas estiradas, cubiertas con una sábana. Desde que ocurrió el accidente, no le gustaba que nadie viera sus piernas, ni siquiera Jared o yo, pero claro, eso era algo que yo podía entender. Yo estaba acostado a su lado, con mi mano entrelazada a la suya y con la cabeza acomodada entre su hombro y pecho, en una posición bastante tierna.

—¿En serio? La decoré yo sola hace algunos años, creo que ya va siendo hora de que la vuelva a cambiar.

—Si la quieres cambiar no dudes en avisarme, me gustaría ayudarte. Siempre me ha gustado decorar cosas, mi casa la decoré prácticamente yo sólo, el idiota de Tom quería poner muebles y adornos que no pegaban para nada con la fachada. —Me reí, y segundos después, contagié la risa a mi novia.

—Haay Bill. —Dijo en un suspiro. —Me siento muy feliz, cada vez todo vuelve a ser cómo antes.

—Y te aseguro que será todo como antes; sólo que nos falta una cosa.

—¿Una cosa? Cómo cual...

—Tiene muchos meses que no salimos a cenar, al cine, o a divertirnos un rato, y realmente extraño eso Bett. —Levanté un poco la mirada para cruzarla con la suya. Sus ojos estaban expectantes, deseando que le dijera algo más concreto. —Hace mucho que no salimos juntos, solos, y me preguntaba si tu.. ¿Quieres tener una cita conmigo?

—Bill.. soy tu novia, y creo que eso no hace falta preguntarlo, ¡Claro que me gustaría ir!

—Debido a tus condiciones, creo que lo más correcto sería que tú eligieras el lugar, digo, un lugar donde te sientas cómoda y podamos pasárnoslo bien.

—Bill, lo más probable es que ésta sea nuestra última cita por ahora, recuerda que falta muy poco para que tú regreses a la gira. Así que pienso que lo más correcto es que tú decidas a donde.

—No; precisamente porque soy yo el que se va quiero que la que elija el lugar seas tú.

—Pero tú me estás dando a elegir, y yo elijo que tu escojas el lugar.

—¡Eso no es válido! —Exclamé incorporándome sobre la cama, sentándome a su lado para poder debatir mejor el tema.

—¡Claro que si!

—Bettina...

—Bill... —Comencé a reírme, ésta era nuestra primera “Discusión de mentira” y resultaba ser entretenida.

—Te amo. —Respondí, acercándome a su cuello y comenzaba a repartir ligeros besos en él.

—Ah.. Bill eso no se vale.... Yo.. Ah..yo también te amo.. —Dijo entre jadeos. Yo sabía que el cuello era su punto débil. Así que comencé a intensificar los besos, convirtiéndolos en lametones y en pequeños mordiscos, que seguro después se convertirían en chupetones, pero eso realmente no me importaba, no había nada que no pudiera cubrirse con maquillaje, a demás, quería dejarle a Bett mi marca antes de irme.

—Bett, aquella vez.. en la playa, tú no quisiste hacerlo conmigo porque tenías la pierna inmóvil... Humm.. y no podías.. no podías sentir nada. Sin embargo ahora puedes sentir perfectamente.. y me preguntaba si tú.. quieres.. emm, ya sabes.. conmigo... —Suspiré, me costaba trabajo hablar, no sabía si concentrarme en mis palabras o en los besos y lametones que le propiciaba a mi novia. —Ahora.. ya sabes...

—¿Me estás preguntando si quiero tener sexo contigo? —Preguntó, levanté la mirada, observándola a los ojos de nuevo. Ella me miraba entre sorprendida y excitada. Se estaba mordiendo el labio inferior, lo que me hizo desearla aún más.

—Creo que fue tonto de mi parte preguntarte eso ¿Cierto? —Bettina comenzó a reírse.

—No creo que sea tonto. Te entiendo, eres hombre y llevas varios meses sin hacerlo.. creo que.. te lo mereces.

—¿En serio? —Pregunté sorprendido, jamás pensé que aceptaría tan rápido, las pocas veces que lo habíamos hecho, ella siempre ponía pretextos.

—Si, tu has cumplido mis caprichos recientemente, acompañándome a Berlín, quedándote en el hospital conmigo la mayoría del tiempo.. Creo que te lo debo, ¿O a caso ya no quieres? —Preguntó levantando una ceja, sonriendo ligeramente.

—Por supuesto que si... pequeña tonta —Sonreí, lanzándome directamente a devorar su boca.



Me situé sobre ella, con las rodillas a ambos lados de su cuerpo, y en un acto reflejo, me arranqué la camiseta, lanzándola al suelo sin pensármelo dos veces.
Me incliné hacia ella hasta que mi torso rozara con su pecho, y mientras besaba su cuello nuevamente, mis manos atendieron a la situación, bajando hasta sus piernas, ahora libres de sábana que las cubriera, y comencé a acariciarlas, subiendo por ellas suavemente hasta introducirlas debajo de su falda, encontrándome con sus adorables bragas, y comenzando a tirar de ellas hacia abajo.
Bettina no se reprimió, estaba muy entretenida dibujando con las yemas de sus dedos los escasos, pero notables músculos de mi espalda y pecho.

—Eres preciosa.. —Murmuré, deshaciéndome por completo de su prenda íntima, que ahora resultaba sobrante. Empecé a separar un poco sus piernas, lo suficiente hasta que logré situarme entre ellas. Levanté un poco la camiseta negra que ella traía, que hasta ahora había notado que era una camiseta de Tokio Hotel, muy bonita. —Me gusta tu camiseta. —Sonreí, era la primera vez que la veía usando una camiseta con el logo de mi banda, y las caras de Georg, Gustav, Tom y la mía debajo de éste.

—Gra.. gracias, me la regaló Kayla hace unos meses..

Comencé a subir la dichosa camiseta, dejando al descubierto su bello abdomen, y comencé a besarlo un poco, concentrándome más en mis manos, quienes desabrochaban con agilidad el cinturón de mis pantalones, comenzando a bajarlos lentamente, hasta que me deshice por completo de ellos.

Me incorporé sobre la cama, y me lancé como un animal hambriento hacia mi novia, besándole los labios con ansiedad.

—Quítate eso. —Señalé su falda, que ahora también resultaba ser una sobra. Bettina se ruborizó y regresó su mirada a mi pecho desnudo, que por alguna razón le llamaba mucho la atención. Al ver que aún no se sentía lista para deshacerse de aquella prenda que cubría su parte íntima, comencé a subir su camiseta, hasta las axilas. Ella al notar que yo no estaba dispuesto a insistir con su falda, asintió sonriendo y se sacó la camiseta en un acto rápido. Le devolví la sonrisa.

Regresé hacia el lugar de inicio, su cuello; dibujando líneas de saliva sobre éste. Bettina jalaba un poco de mi cabello, y yo me reí. Siempre tenía esa manía de jalarme el cabello, no lo hacía demasiado fuerte, incluso se sentía bien, pero resultaba curioso que lo hiciera.

—Biiill... —Jadeó. —Traes.. ¿Protección?..

—No... ehm.. si, creo que si. —Con mucho esfuerzo, ya que no quería separarme de ella, me levanté de la cama y me dirigí hacia mis pantalones, que descansaban tumbados en el suelo. Comencé a rebuscar entre los bolsillos, hasta que hallé en uno de los traseros mi billetera. La abrí rápidamente, sonriendo satisfecho al encontrar aquel paquetito pequeño que tanto esperaba con ansias que estuviera allí. —Si.. aquí está. —Volví hacia la cama, aventando literalmente mi cuerpo encima del de mi novia, y comencé a besarla en los labios de nuevo. —Quieres... ¿Quieres ponérmelo tú? —Pregunté, señalando con la mirada el pequeño condón que descansaba entre mis dedos.

—Tonto. —Comenzó a reírse, y segundos después también yo. —Pontelo tú. —Sonrió.

—Siempre me lo he puesto yo, quiero saber que se siente que mi guapa novia me lo ponga. —Repliqué haciendo un puchero, y Bettina comenzó a reírse aún más.

—Está bien. —Sonreí satisfecho, y sin pensármelo dos veces, antes de que Bettina se arrepintiera, me quité los boxers rápidamente, dejando mi completa desnudez ante sus ojos, lo que hizo que el ligero rubor de las mejillas de mi novia se intensificara más. —¡Bill no tan rápido! —Exclamó, yo me reí.

—¡Vamos! —Lancé nuestra protección, y Bett la cogió en el aire. Comenzó a romper el pequeño sobre con los dientes, y una vez abierto, se le quedó observando fijamente. —¡Vamos! —Repetí, intentando contener las ganas de reírme sin mucho éxito.

—No te burles, ¡Es que no se como se pone!

—No es difícil, échale imaginación.

A ella le temblaban las manos, pude notarlo, pero eso no hizo que se echara para atrás. Dirigió su mano a mi entrepierna, agarrándola con cierta timidez, y yo, como el descarado que era, comencé a reírme y a hacer movimientos con la cadera.

—¡Bill no te muevas! —Replicó, ruborizándose aún más, si es que era posible. Y yo rompí a reír de inmediato.

—Apúrate preciosa, que mi amiguito tiene hambre... —Dije sin dejar de reírme, observando mi notable erección. Ella entreabrió la boca sorprendida por mi extraña actitud lujuriosa, y para hacer que yo dejara de soltar comentarios incómodos para ella, colocó el preservativo rápidamente en mi pene.

—Listo. —Afirmó colocando sus brazos en jarras.

—Ahora sí.. quitémosle el hambre al pequeño Billy.

La abracé fuertemente, empujándola hasta que se recostó de nuevo sobre la cama, y sin pensármelo dos veces, me deshice del sujetador que cubría sus perfectos pechos, y sin tardar demasiado, también de su falda.
Comencé a repartir lametones por todo su cuerpo. Ella casi no se movía, tenía las piernas a ambos lados de mi cintura, y sus manos seguían aferradas a mi espalda, mientras que sus labios se ocupaban de lamer mis pezones.
No tardamos demasiado en comenzar a jugar de verdad. Ella gemía por lo bajo, a diferencia de mí, que gritaba como animal, como si el que estuviera siendo penetrado fuera yo.
Bett aún tenía el bello rubor avergonzado en sus mejillas que tanto me gustaba. Lo cierto era, que su timidez me excitaba aún más...

TOKIO HOTEL 2012

Primera foto de TOKIO HOTEL en todo el año.. simplemente no tengo palabras..

;----------;






Fueron Trending Topic en Twitter en Italia y México!!



sábado, 22 de septiembre de 2012

Posible nueva foto de los G's!


Tom: Al gimnasio ahora...
... Tal vez les tome una foto a los G's luego! ;-) los mantendré informados!



Stephany Sueca: ¿Que harás hoy? ¿Con la familia o quedar con los G's? ¿Cuanto tiempo te vas a quedar en Alemania?

Tom: ¡Veremos a los G's hoy! ¡Será divertido! ;-)


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Tomi.. deseo que la foto sea de los cuatro juntos en el gimnasio.. todos sudados y con camisetas ajustadas! woakskawoqkskaosdoakwaowqqaksdsafhjdsa :Q___________________

jueves, 20 de septiembre de 2012

Bill y Tom a vuelven a Alemania!


Largo día
..tuvimos un día muy largo. Seguimos trabajando y empacando.... :-)




En el aeropuerto...
...listos para irnos! ;-)



Bill: Hogar dulce hogar
Hola Alemania!!! :-)




Y finalmente el bello TT mundial en twitter :')

martes, 18 de septiembre de 2012

Cap. 92 Automatic Dreams




Capítulo 92: El 

reencuentro.


—¡Tom! ¿¡Porque mierda azotas la puerta? Por tu culpa se ha despertado Freddy. ¡Con lo que me costó hacer que se durmiera! —Mientras todos seguían riéndose y yo observándolos molesta y sin entender nada, se escucharon los gritos enojados de mi hermana desde el interior de la casa. Escuché sus pasos acercarse hacia la entrada en busca de Tom, y lentamente su sombra fue apareciendo, hasta que pude verla por completo, estaba más que enojada, y en cuanto me vio, su expresión se relajó y esbozó una ligera sonrisa. —¡¡Betinaaaaa!! —Gritó, abalanzándose hacía mi, propinándome un fuerte abrazo. —Hermanita te extrañé mucho mucho mucho ¡MUCHO! —Su abrazo casi me cortaba la respiración, pero no me quejé, solamente sonreí mientras le correspondía el abrazo. Era curioso, las dos antes habíamos estado enfadadas, y con tan sólo volvernos a ver nuestros humores se volvieron todo lo contrario.

—Yo también también también ¡TAMBIÉN! Me hiciste mucha falta, pequeña. —Respondí.

—¿A mi no me saludas? —Preguntó mi hermano, extendiéndole los brazos a Kayla para que lo abrazara también.

—¡Claro que si!

Mientras mis hermanos se abrazaban, observé como Bill y Tom comenzaban a entrar a la casa, dejándonos a mis hermanos y a mí afuera para “El reencuentro” y también para que ellos tuvieran el suyo.
Comencé a empujar las ruedas de mi silla para adentrarme yo también a la casa.

—¡Oigan! —Musité para intentar llamar la atención de ambos. Los dos se giraron observándome sonrientes, invitándome a continuar. —Olviden la conversación que hubo allá afuera, no quiero que mencionen delante de mi hermana lo... lo que hizo Tom en Ibiza. —Bill ensanchó su sonrisa y se acercó hacia mí, situándose de cuclillas a mi lado mientras tomaba mi mano.

—No seas celosa Betti.

—¿Celosa yo? ¿Estás bromeando verdad? ¡El que debería estar celoso eres tú Bill! A demás no tengo razones para estarlo.

—Yo jamás estaría celoso de Tom, a demás puedo entender porque lo hizo.

—De acuerdo.. según tú es normal que cualquier hombre que piense que soy bonita tiene derecho a besarme sin que yo quiera.

—Oh, ya entiendo el porque de tu molestia... —Suspiró, borrando su sonrisa de golpe. —L o siento, yo no quería...

—¿Lastimarme? ¿Hacerme pensar otras cosas? Lo siento pero lo hiciste

—Cuñadita. —Intervino Tom, intentando salvarle el pellejo a Bill, quien se había quedado sin palabras. —Todo eso pasó hace mucho tiempo, creo que debemos olvidarlo.

—Yo ya lo había olvidado, pero tú acabas de recordármelo hace unos momentos. ¿O ya se te olvidó?

—Bett... ¿Estás enojada? —Preguntó Bill, ignorando por completo lo que acabábamos de decirnos Tom y yo.

—No Bill, no estoy enojada

—¿Entonces? —Preguntó Tom, rascándose la cabeza confundido, mirándome con ojos curiosos, exactamente iguales a los que tenía Bill.

—Intento no estarlo. Yo no puedo enojarme, no ahora que me siento tan feliz de volver a casa y ver a mi hermana. Quiero ver a mis sobrinos, así que si no es mucha molestia, llevenme con ellos por favor.

—Eres grandiosa. —Sonrió Bill, relajado, mientras acariciaba mi mejilla.

—¿Yo? ¿Porque?

—Porque siempre sabes perdonar.

—Eso es algo que aprendí de ti. —Le devolví la sonrisa. Estaba en lo cierto, Bill me había enseñado a siempre ser positiva y perdonar a las personas, al fin y al cabo, todos cometemos errores.

—Kayla. —Llamó Tom a mi hermana, quien estaba entrando a la casa junto con Jared. —Bettina quiere ver a los bebés... ehm.. ¿Donde están?

—Tom no seas idiota, ¡Donde más van a estar! Es obvio que siguen en la habitación. —Respondió mi hermana, retomando la molestia que tenía con Tom desde antes.

—Kayla, acabo de llegar, estoy recién operada y acabo de vivir la peor situación posible con mi mejor amigo, por favor no me hagas sentir mal enojandote con Tom. —Repliqué, ella frunció los labios, asintiendo lentamente.

Tom y Jared se dirigieron hacia la entrada de la casa, para dedicarse a meter las maletas y todo lo que habíamos llevado para el viaje. Mientras que Bill, Kayla y yo fuimos a la habitación donde supuse estarían mis sobrinos.



—¡Mi Dios! Son... preciosos... —Dije, colocando ambas manos en mis mejillas, sorprendida de ver a semejantes criaturas tan divinas. ¿Hace cuánto tiempo que no veía a un bebé? Creo que la última vez fue hace cinco años, cuando fui de viaje a España.



Recuerdo perfectamente aquel día. Yo me sentía completamente devastada por la reciente muerte de mis padres, quienes habían muerto un mes antes. Cuando de repente, Paolo llegó a mi casa, muy emocionado. —Bettina, ¡Adivina que!. —Dijo emocionado, yo sonreí, contagiándome inmediatamente de su emoción, sin saber realmente a que se debía. —No lo se, ¿Que pasó? ¿Porque estás tan feliz? —Pregunté. —Mi mamá acaba de llamarme, quiere que vaya mañana mismo a España con ella porque ¡Mi hermanita acaba de nacer!. —Recuerdo perfectamente la ilusión con la que me dijo aquella frase. En aquel entonces ambos teníamos 14 años, pero él desde los 10 había decidido venirse a vivir a Alemania, con su tío, quien murió 2 años después de que se mudara, heredándole a mi amigo la casa.. —Vaya, había olvidado que tu mamá estaba embarazada, ¡Que bien por ustedes!. —Pero eso no es todo, he pensado que tal vez.. tu querrías venir conmigo. —Sonrió de una forma especial, mirándome tiernamente, ¡Era imposible decirle que no cuando me miraba así! —Lo siento, pero no tengo ganas de ir... —Por favor Bett, te servirá de distracción, a demás de que tú eres la única que puede acompañarme, Dalia no puede porque su madre está enferma, y a nadie le tengo tanta confianza como a ti.

Al final, terminé aceptando, y me fui de viaje con él durante una semana entera. Su hermanita era una belleza, y se parecía mucho a él. Y realmente ese viaje si me había hecho sentir mejor, ya que estar en casa me recordaba aún más a mis padres, quienes ya no estaban conmigo.


Ahora que me lo preguntaba.. ¿Que sería de la hermanita de Paolo? Tendría cuatro o cinco años ya.. seguro no sabe que su hermano murió, o quizás no se acuerda que tenía un hermano... quizás...

—¿Bettina? —Parpadeé varias veces. Bill y Kayla me miraban sorprendidos ante mi actitud.

—Lo siento, me he perdido en mis pensamientos, ¿Qué me decían?

—Amor ¿Dónde estabas? —Sonrió mi novio, observando a Freddy, quien comenzaba a dormirse en sus brazos. Layla descansaba en los brazos de mi hermana. —Decíamos que Tom acaba de cargar a los bebés por primera vez hace una semana, porque al idiota le daba miedo.

—Wow, ¿Por primera vez? —Pregunté sorprendida.

—Ajá. —Respondió mi hermanita, sonriendo dichosa de tener a sus hijos, y no era para menos.

—Ya han crecido mucho. —Comentó Bill.

—Si lo se, algún día ambos serán más altos que yo. —Dijo Kayla riéndose.

Estuvimos conversando durante un largo rato, hasta que los bebés se quedaron dormidos. Kayla los dejó en su cuna. Después bajó a la cocina donde estaban Jared y Tom preparando la cena para darnos la bienvenida.
Tras la muerte de mis padres, mi hermano comenzó a madurar más rápido de lo que debía, ya que debía hacerse cargo de Kayla y de mí, por lo que aprendió muchas cosas, entre ellas saber cocinar. Era todo un haz haciendo platillos, pero de Tom no podía decirse lo mismo, por lo que mi hermanita decidió bajar a ayudarlos.

Bill y yo queríamos pasar un tiempo a solas. Todo el viaje en avión estuvimos con Jared, y mientras yo estaba en el hospital siempre había alguna enfermera o doctor vigilándonos, por lo que no habíamos podido hablar ni hacer nada a gusto.
Nos fuimos hacia mi habitación, la cual se encontraba perfectamente ordenada, tal y cómo la había dejado antes de irme, y una vez estando allí, comenzamos a platicar...


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