viernes, 30 de noviembre de 2012

Cap. 3 Automatic Dreams [2da. temp.]


Capítulo 3: Mi nuevo 

terapeuta.



—Así que seré tu primer paciente.. —Afirmé, y él asintió dándome la razón.

Serch era un buen chico. Acababa de graduarse de la universidad y ahora era su turno de comenzar a trabajar en su especialidad: fisioterapia. Había sido practicante y ayudante de otros terapeutas durante varios años, por lo que tenía cierta experiencia.

Milsha se había despedido de mí con un fuerte abrazo. También se despidió de Serch, y después se tuvo que marchar a su casa para comenzar a empacar sus cosas.


Estuve alrededor de quince minutos conversando con mi nuevo terapeuta, cuando de repente, de mi móvil comenzó a sonar la canción 'Dogs unleashed' y sonreí. Esa canción la había escogido especialmente para Bill cuando se comunicara conmigo, ya que él me había dicho que esa era de sus canciones favoritas.

—Perdón, me está llamando mi novio y necesito contestarle ¿Me permites.....?

—¡Claro! —Sonrió mientras se ponía de pie. Si, se había sentado al lado de mi para poder platicar conmigo y conocernos un poco.. —Te daré privacidad.. —Dijo mientras se dirigía hacia la puerta y salía hacia el pasillo. Sonreí agradecida por su prudencia.


—¡Biiiiill! ¿Que tal? Te extraño mucho.. —Lo saludé alegremente, mientras él soltaba una tierna risita del otro lado de la línea..

—¡Hola! Yo igual te extraño princesa —Sonrió. Aunque no lo estaba viendo, podría casi jurar que había sonreído. Yo también lo hice. —Muero por verte. Acabamos de bajar del avión, estamos camino a casa para dejar las maletas..

—Me emociona que estés aquí de nuevo. Yo estoy a punto de salir de mi terapia, y bueno, también estoy deseando volver a verte..

—Yo muero por besarte —Se rió, y yo también. —Bueno, no tengo mucho tiempo. Sólo llamaba para decirte que te amo, y que me gustaría que hoy te pusieras más hermosa de lo usual porque hoy será una noche muy especial... Si sabes a lo que me refiero.. —Y volvió a reírse. Yo me sonrojé un poco..

—Tonto.. —Me reí.

—¡Hey! Yo no dije nada.. —Nos reímos de nuevo. Últimamente cada que hablábamos por teléfono nos reíamos por cualquier cosa. —Tengo que colgar, por favor no olvides que te amo..

—Yo también te amo.. Adiós.

—Adiós.. —Dijo, y enseguida se escuchó el fastidioso 'Pip, pip, pip' indicando que la llamada había concluido.


—Lo siento.. —Me disculpé con mi nuevo terapeuta, quien se encontraba de pie en el umbral de la puerta.

—No te disculpes.. descuida.

—Lo que pasa es que llevo dos meses sin verlo, por eso cada que me llama tengo que contestarle porque pues.. lo extraño.. y el único consuelo que tengo es escuchar su voz unos minutos..

—Bettina.. creo que si estaremos trabajando en tus terapias tendremos que llevarnos bien y conocernos mejor ¿no crees? —Preguntó.

—Si.. supongo. —Respondí.

—Me di cuenta del precioso brillo que iluminó tus ojos cuando viste en tu teléfono que tu novio te llamaba.. ¿Realmente lo amas cierto? —Asentí.

—Él es el amor de mi vida..

—Entonces supongo que lo extrañas demasiado ¿no? —Acertó. Una sonrisa nostálgica se dibujó en mi rostro.

—Si.. hace dos meses que no lo veo, y hoy regresa de su viaje. Lo extraño como no tienes idea.. —Suspiré. De repente me habían dado ganas de llorar, no sabía si de tristeza porque no lo había visto, o de felicidad porque al fin lo iba a volver a ver en unas horas.

—Tranquila.. —Colocó su mano en mi hombro. Mis ojos se habían cristalizado por las lágrimas, y al parecer él se percató de ese detalle. —Hablemos de otra cosa, no quiero que vayas a llorar. ¡Tienes que estar feliz! Volverás a verlo hoy.. —Sonreí. Serch tenía demasiado carisma, y a pesar de que acababa de conocerlo, sabía que él siempre me haría sentir tranquila y feliz... o no.

—Tienes razón. Y bien.. ¿Sobre qué quieres hablar?

—No lo sé.. dime ¿Cuántos años tienes?

—Diecinueve, ¿Y tú? —Pregunté.

—Veinticuatro. Y.. ¿Estudias? ¿O algo así?

—Todo es muy difícil de explicar.. Estuve estudiando medicina. Mi sueño es ser médico profesional al igual que lo eran mis padres. Pero para mi mala suerte, tuve el accidente y estuve en estado de coma unos meses. Entonces era imposible recuperar el semestre en la universidad. Y ahora ya debería de haber comenzado con otro semestre, pero decidí no estudiar más para dedicarme a mis terapias..

—O sea que.. ¿No vas a estudiar más sólo por el accidente? —Preguntó.

—No es eso. Dejé la universidad por ahora, no iré hasta que pueda caminar de nuevo. Pero obviamente pienso regresar; le prometí a mi papá que sería igual que él, y se lo tengo que cumplir..

—Vaya.. tu papá debe de apoyarte mucho..

—Bueno.. supongo que él y mi madre me apoyan desde donde están..

—¿Cómo? —Preguntó confuso.

—Mis padres murieron hace seis años en un accidente de avión.. —Dije lo más resumido que pude.

—Oh.. lo siento.. —Murmuró. ¡Genial! Seguro que mi nuevo terapeuta estaría pensando: “¡Oh, pobre chica! Es una huérfana paralítica abandonada por su novio” ¡Pfff! ¡Y eso que no sabe lo de Marlon! Definitivamente.. mi vida está jodida. Permanecí en silenció y dejé de imaginar lo que estaría pasando por la cabeza de Serch en ese instante..

—Da igual, he aprendido a vivir sin ellos.. —Dije en un tono bastante indiferente. Esa era mi arma de defensa: parecer fuerte ante situaciones que me destrozaban por dentro.

De repente mi móvil comenzó a vibrar. Era un mensaje de texto de Vinz que decía “Betti, estoy esperándote en el estacionamiento. Debemos volver a casa pronto para la cena. ¡No tardes!”


—Debo irme.. —Musité mientras agarraba mis muletas y comenzaba a “ponerme de pie” para poder irme hacia donde mi cuñada me esperaba.

—Te acompaño.. —Se ofreció con una gran sonrisa.

—Gracias.. creo que si necesito ayuda para llegar hasta allá.. —Respondí sonriente.

Serch me cogió de la cintura y me ayudó a avanzar. Cruzamos el pasillo y bajamos unas cuantas escaleras, caminamos otro tramo más y llegamos al estacionamiento. Allí estaba aparcado el auto plateado de Vinz, y ella estaba de pie, recargada en una de las puertas esperándome con una linda sonrisa en su rostro.

Vinz a demás de ser maestra de Kayla, se había ofrecido a ser algo así como 'Mi chofer', siempre era ella quien me llevaba y me recogía de mis terapias. Y realmente era una gran ayuda.

—Fue un gusto conocerte Serch.. —Dije con una sonrisa.

—Igualmente. —Sonrió. Me di media vuelta, dispuesta a llegar con Vinz y poder irnos lo más rápido posible. Me detuve cuando sentí la mano de Serch apretar un poco mi brazo, haciendo que me detuviera. Me giré hacia él para ver que era lo que quería. —Suerte con tu novio Bett, eres una chica muy linda en todos los aspectos, supongo que.. él debe ser muy afortunado.

—Gracias.. —Musité. Comencé a sentir un ligero picor en las mejillas. Creo que me había ruborizado. —Te veo mañana.. —Asintió.

Avancé hacia donde Vinz me esperaba. La saludé con un beso en la mejilla y ella me respondió. Después comenzó a ayudarme a subir al asiento trasero del auto y sin hacer nada más, nos dirigimos hacia casa.

—¿Quién era ese chico, nena? —Me preguntó mientras me miraba por el espejo retrovisor.

—Es mi nuevo terapeuta, Milsha se irá a trabajar a otro país, y me dejó a cargo de él..


Llegamos a casa, y Vinz estacionó el auto en el garage. Me ayudó a bajar del coche y avanzamos con cuidado hacia la gran entrada de la casa.

En cuanto cruzamos la puerta de entrada, comencé a sentir un hormigueo en mi estómago. ¿A caso estaba emocionada? Creo que era obvio que si.. Finalmente, volvería a ver a Bill después de tanto tiempo...


2 comentarios:

  1. Hola guapa! He sacado un poco de tiempo y he leído todo! :)
    Pero debo decirte que el nuevo terapeuta me da malas vibraciones! Y quizá no por Bettina sino... Por paula? Bueno ya veremos que pasa! Chaoo

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