Narra
Bill:
Por
la mañana me desperté temprano alrededor de las 8 de la mañana. Me
dirigí al baño de mi habitación del hotel y me duché rápidamente.
Cuando
salí me sequé el cabello con una toalla y me observé detenidamente
en el espejo; mi cabello estaba un poco descolorido, ya que tenía
mucho tiempo que no me lo pintaba, y el tinte ya se estaba comenzando
a desgastar, pero a pesar de eso, mi aspecto ya había mejorado
bastante desde que Bettina despertó del coma. Ya no había tenido la
necesitad de maquillarme exageradamente por tener ojeras de mapache,
también había aumentado un poco de peso, y mi rostro ya no lucía
tan pálido y demacrado como antes.

Salí
de la habitación, bajando por el elevador y pasando por el lobby
hasta llegar al estacionamiento, donde reposaba mi co esperándome.
Subí en éste y me dirigí a una cafetería, donde ordené un café
helado, y regresé a mi auto. Conduje por las calles de la capital de
mi país natal, hasta dirigirme a la peluquería a la que siempre iba
cuando me encontraba en Berlín. Me adentré en ésta y pedí que me
pintaran el cabello de negro, como siempre, cuando estuve listo, pedí
que me cortaran el cabello de una manera un poco diferente,
cortándolo casi por completo de ambos lados, dejándolo demasiado
cortito, mientras que del medio quedaba un poco largo.
Mi
nuevo corte me había gustado demasiado, dejándome satisfecho por
completo.
De
nuevo subí a mi coche, y comencé a dar vueltas por la ciudad. La
noche anterior Jared me había dicho que él me avisaría cuando yo
debía regresar al hospital con Bettina, y hasta ahora no lo había
hecho. Cogí mi móvil y observé la hora, las 12.34 p.m, pasaba del
medio día, y mi cuñado no había dado señales de vida. Comencé a
escribir un mensaje de texto que decía: “Hey porque no me has
avisado nada? Necesito saber si Betti ya está mas tranquila y ya se
recuperó un poco, contéstame por favor. PD: llegaré al hospital al
rededor de las 6 de la tarde, por favor cuida mucho a mi princesa”.
Envié
el mensaje rápidamente, y detuve mi coche, ya que un enorme y
llamativo letrero había captado toda mi atención. Estacioné mi
adorado deportivo y baje de éste, adentrándome al enorme lugar del
letrero llamativo en el que se podía leer en grandes letras azules
“Piercing & Tatoo Studio”
Me
acerqué lo suficiente y abrí la puerta para entrar al lugar, que
años antes había visitado para hacer uno de mis tatuajes; y me
dirigí hacia donde se encontraba el encargado.
Estuve
en el estudio al rededor de dos horas, haciendo lo que desde hacía
meses había querido hacer con mi cuerpo, pero el accidente de mi
novia me lo había impedido.
Y
finalmente, con un corte de cabello nuevo, y cinco piercings nuevos,
tres en la oreja izquierda, uno en la derecha, y el que más ansiaba,
el piercing en el tabique nasal, el séptum; formaron parte de mi
cuerpo.
La
cara y las orejas me dolían, pero finalmente era lo que siempre
había querido, y hasta ahora había logrado conseguirlo.
Jared
me había respondido el mensaje de texto que le había enviado yo
anteriormente, y su respuesta decía “Bettina ahora está en su
etapa de razonamiento, y quiere estar sola, incluso me ha pedido que
la deje sola en la habitación, y eso hice, ahora estoy arreglando
unos asuntos de mi trabajo. Betti me dijo que cuando quisiera que o
tu o yo fuéramos con ella, me mandaría un mensaje al móvil, así
que por ahora te pido que la dejes sola, y no vayas con ella hasta
que ella o yo te avisemos vale? No te preocupes, no la he dejado
sola, le he pedido a varias enfermeras que la cuiden muy bien :-)
Adiós Bill”
Sin
haberle respondido el mensaje a mi cuñado, ya que no era necesario,
regresé a mi auto y coloqué el CD de Aerosmith en el estéreo, y a
todo volumen, comencé a corear sus canciones, mientras seguía con
mi paseo por la ciudad.
Narra
Bettina:
Jared
no había querido dejarme sola, pero finalmente lo había conseguido,
quedándome completamente encerrada en mi habitación, con la luz
apagada, y mi cuerpo cubierto de pies a cabeza con la sábana. Mis
ojos ya no derramaban mas lágrimas, ya que estaban completamente
secos, y por ahora lo único que podía hacer era ahogarme en mis
pensamientos.
Me
dolía la muerte del que algún día fue mi mejor amigo, todo hacía
sentirme la culpable de su muerte, pero finalmente el único culpable
había sido él, por haberse obsesionado conmigo, y haberme acosado
hasta el fin, cuando yo cientos de veces le había dicho que solo
podía verlo como un amigo.
Estuve
alrededor de cuatro horas yo sola, pensando y dándole vueltas al
mismo tema, sin comer ni beber agua, y estando tan solo al cuidado de
una enfermera, que aunque yo no pudiera verla, notaba su presencia
cada que se asomaba por la puerta de mi habitación.
Cuando
sentí que ya había pensado lo suficiente, salí de las sábanas y
cogí mi móvil, enviándole un mensaje de texto a Jared que decía
“Perdón por haberte echado de la habitación, pero necesitaba
sentirme tranquila y ahogarme en mis pensamientos, pero por ahora ya
me siento satisfecha, quiero que vengan tú y Bill a verme por favor,
los amo”.
Cuando
terminé de enviar el mensaje de texto, alguien llamó a mi puerta, y
una cabellera castaña se asomó por ésta, para enseguida dejarme
ver a mi querida amiga Dalia entrar a la habitación, acercándose
hacia mi con los brazos extendidos y con expresión triste.
Se
acercó lo suficiente, hasta abrazarme fuertemente, hasta casi
dejarme sin aire, y de repente se soltó a llorar en mi hombro,
contagiándome su nostalgia, haciendo que yo llorara también.
Dalia:
Betti no sabes cuanto lo siento ¿Estas bien? -Pregunto separándose
de mi y sentándose sobre la camilla conmigo-
Bettina:
Anoche me puse muy mal, pero ahora ya estoy mejor -Dije mientras
ambas limpiábamos nuestro rostro, y ella cuidando de no arruinar su
maquillaje- Dime, ¿Ya fuiste a verlo? -Dije tímidamente,
refiriéndome al cuerpo de mi amigo-
Dalia:
Si -suspiró- su familia también se ha enterado, y hoy mismo vendrán
sus padres desde España a recoger su cuerpo, para llevárselo a su
país
Bettina:
¡Oh Dios! Espero no estén enojados conmigo
Dalia:
No, eso jamás, sabes que sus padres siempre te han querido mucho, y
ellos siempre han estado consientes de la obsesión de su hijo
contigo
Bettina:
Eso espero, seguro será muy difícil para ellos ver a su hijo en ese
estado -suspiré- Dime Dali, ¿Cómo está Paolo? Quiero saber.. ¿Se
desfiguró mucho? -Pregunté lo que más temía-
Dalia:
Solo te diré que su rostro está irreconocible, el disparo en la
garganta le ha destrozado todo el rostro, y el impacto al caer le ha
afectado más
Bettina:
Oh no -Dije mientras abrazaba de nuevo a mi amiga, y me soltaba a
llorar como un bebé sobre su pecho-
:O madre mía. No se puede dejar a Bill solo eh.
ResponderEliminarPobre Betti lo de Paolo es una pasada, desde luego quien no se quedaría en shock después que uno de tus amigos se vuele los sesos de esa manera :O
gracias por avisarme Jeen