viernes, 5 de abril de 2013

Cap. 13 Automatic Dreams [2da. temp.]


Capítulo 12: Miedo.


[ Tom ]

—Te ves hermosa, ¿Sabes? —Observé a Kayla completamente hipnotizado. Sus ojos verdes brillaban hermosamente a la luz de la luna, y su cabello ondeante con el frío viento de la noche me hacía tiritar. ¿Cuándo se volvió tan hermosa?

—Ahora lo sé. —Sonrió. —Tú siempre te ves hermoso.

—Ya lo sabía. —Respondí. Ambos nos reímos. Algo que yo sabía perfectamente, es que Kayla siempre ha adorado mi ego en forma de sentido del humor, y estando


con ella lo sacaba a relucir más de lo normal.

—Oye… —Se puso seria de repente. Tragué saliva repentinamente nervioso. — ¿Puedo preguntarte algo Tom? —Mordió su labio, parecía temerosa de lo que estaba a punto de decirme.

—Sí, ¿Qué ocurre? —Pregunté.

— ¿Cuándo… cuándo será la boda…? —Me miró fijamente a los ojos, ese gesto me puso más nervioso aún. Apreté entre mis manos el césped de debajo de nosotros. Nos encontrábamos sentados en el jardín de la enorme casa de los Murett, nuestros bebés dormían frente a nosotros sobre una pequeña manta, cubiertos perfectamente para que no enfermasen. Y Kayla yo pasábamos el rato a ‘solas’, observando el bello manto de estrellas que se encargaba de cubrir al cielo nocturno. —No quiero presionarte, sé que ya tienes demasiadas cosas que hacer con la banda pero, en serio me gustaría saber.

—Descuida. —Exhalé un poco de aire que sobraba en mis pulmones. Ella comenzó a juguetear inconscientemente con un mechón de su cabello que caía libremente sobre su rostro. — ¿Cuándo te gustaría que fuera? —Pensé que responderle con otra pregunta sería lo mejor para ocultar mi… ¿Susto? Si, aún me asustaba pensar en el matrimonio, aunque haya sido yo el de la idea.
Nunca se me había ocurrido pensar en la fecha de la boda hasta ahora…

—Se me ocurren muchas fechas. Me gustaría que fuera en Enero, pero hará mucho frío. También me gustaría en Abril, pero aún falta mucho, y no lo sé…

—Tú decide, pequeña. Ese será nuestro día especial, y quiero que sea tal y como a ti te gustaría. —Sonreí. A pesar de que el tema del matrimonio me diera miedo, no podía evitar sentir cierta ilusión el pensar en unir mi vida para siempre a la primera persona a la que he amado de verdad.

—Tú elige el mes, y yo elijo el día, ¿Te parece?

—Está bien. —Respondí de acuerdo con su propuesta. —Principios de Marzo.

— ¿En Marzo estarás aquí en Alemania? No quiero que vayas a interrumpir eventos importantes por mi culpa.

—Te prometo que estaré aquí, si tú lo quieres. —La tomé de la mano y la miré a los ojos. —Te amo… —Me incliné un poco para acercarme más hacia ella, y uní mis labios a los suyos, hundiéndolos en un bello y corto beso. Ambos sonreímos en cuando nos separamos.

—Yo te amo más. —Se acercó de nuevo y volvimos a besarnos. —Creo que debemos irnos a dormir ya, es un poco tarde, y quiero que mañana te veas perfecto.

—Pfff, mañana. —Bufé. Mañana sería el concierto de Tokio Hotel en Alemania, por lo tanto, haciendo el concierto no teníamos nada más que hacer aquí, y sólo nos quedaríamos un par de días más, y yo no quería irme. —Muero por que me veas de nuevo en el escenario. —Dije sonriente. Me puse de pie, y enseguida ayude a Kayla a hacer lo mismo.

—Ahora será mucho más emocionante, porque te veré desde la perspectiva de tu novia, no como tu fan. —Ambos sonreímos. Ella cogió en brazos a Freddy y yo a Layla y comenzamos a caminar hacia la entrada de la casa.
Resultaba divertido el momento de cargar a los bebés, ya que Freddy se sentía mucho más cómodo con ella, y Layla conmigo.

            Llegamos a la habitación que Kayla compartía conmigo. Ella dejó a Freddy en la cama y se dirigió hacia el baño, no sin antes advertirme mortalmente que cuidara bien de él.
Coloqué a cada uno de mis bebés en sus respectivas cunas y me senté sobre la cama, observándolos fijamente.

— ¿En qué piensas? —Volteé a ver a Kayla, que acababa de ingresar de nuevo a la habitación.

—En todo. —Contesté rápidamente sin dejar de mirarla directamente a los ojos. Ella levantó una ceja confundida. Negó con la cabeza.

—Es hora de dormir. —Sonrió y caminó hasta llegar a la cama, comenzando a levantar las tapas, dispuesta a meterse dentro.

—No… —Murmuré, aún sin dejar de mirarla fijamente. Pasé mi lengua por mis labios, intentando humedecerlos un poco presintiendo lo que iba a suceder.

— ¿Qué…?

—Hay que hacer el amor. —Noté cómo Kayla apretujó nerviosa entre sus manos las cobijas sobre la cama. —Te amo tanto.

Me puse de pie y caminé a pasos apresurados hasta situarme justo frente a ella. Coloqué suavemente mis manos a ambos lados de su cabeza, y en un acto reflejo junté mis labios con los suyos.
Kayla no se movía, ella estaba tan sorprendida que me hizo sentir que estaba besando a un maniquí. Resignado, terminé el beso y bajé la mirada escuchando cómo ella tragaba saliva y soltaba un suspiro ahogado.

—Tom… —Me llamó en cuanto notó que comenzaba a alejarme de ella. — ¡TOM!

— ¡No quieres! —Grité sintiéndome impotente. La miré a los ojos, ella se encogió de hombros. —Y no te pienso rogar.

— ¿A dónde vas? —Caminé hacia la puerta de la habitación dispuesto a salir, sintiéndome humillado.

—Quiero estar solo. —Salí de la habitación, dando un fuerte portazo que retumbó por las paredes. Enseguida escuché el llanto de dos bebés recién despiertos, que poco me importó.

Caminé furioso por el pasillo, llegando directo a la escalera comenzando a bajar por ésta. Me dirigí hacia la cocina y me detuve en seco en cuanto entré por completo.

¿Desde cuándo una simple fan me rechazaba de esa forma tan ‘sutil’?  Porque, a pesar de que tuviera dos hijos con ella, Kayla no dejaba de ser una simple fan.
¿Qué pretendía... Humillarme? Porque lo había conseguido.
También había conseguido meterse en mi cama hace casi un año atrás, embarazarse. Y finalmente hacer que me enamorara de ella… ¿Por qué?

Comencé a dar vueltas por toda la cocina. Mis manos en mi cabeza tocando mis trenzas, con ganas de jalarme el cabello hasta arrancarlo de lleno. Inundando mi mente de millones de preguntas amargas.

— ¡AAARGG! —Grité mientras apretaba el puño y lo estrellaba con fuerza contra la puerta del refrigerador. — ¡Mierda! —Me quejé, comenzando a sentir el hormigueo de dolor extendiéndose por toda mi mano. —Todo por su maldita culpa…

—Tom. —Escuché un llamado desde la puerta de la cocina.

—Necesito desahogarme.

—Tú la amas de verdad, y ella a ti.

— ¡Tú no sabes nada Bill! —Le grité a mi hermano. Lo miré; él estaba cruzado de brazos a escasos metros de mí, con los ojos llenos de decepción mirándome fijamente.

—Sé que estás así de raro por Kayla, pero, ¿Por qué? —Preguntó con toda la serenidad posible. Cualquier otra persona hubiera temblado al verme de ese modo y hubiera huido sin decirme nada. Bill nunca hacía eso.

—Me rechazó. —Respondí. — ¡Y no es la primera vez! —Fruncí los labios sintiendo un ligero ardor en los ojos, que rápidamente se comenzaron a cristalizar. —Ella sabe que la amo, y aún así me hace esto. —Mordí mi puño que anteriormente había sido estrellado y me di la vuelta dándole la espalda a mi gemelo.
Sentía pena por mí mismo, y no quería que Bill me viera de esa forma.

—Tienes que entenderla. Para ella aún es muy difícil asimilar que es madre.

—Hace casi cuatro meses que nacieron los bebés, ya debería tenerlo superado y hacerse cargo.

—Tom, mírame. —Sentí su mano colocarse sobre mi hombro. Apreté los ojos y limpié rápidamente las lágrimas que comenzaban a resbalar por mi rostro. Me giré y Bill me miró a los ojos; soltó un gran suspiro y me tomó fuertemente de los brazos. —Ella tiene miedo de embarazarse de nuevo, tiene miedo de volver a decepcionar a sus hermanos. —Comenzó a zarandearme y volví a cerrar los ojos, su mirada me acuchillaba el alma. —Tiene miedo de que las fans la sigan insultando y la lastimen más de lo que lo han hecho. Tiene miedo de que la sigan juzgando.

— ¿¡Cómo sabes eso!? —Pregunté abriendo los ojos y soltándome de su firme agarre. Me encogí de hombros, Bill resultaba ser más alto que yo por varios centímetros, y la postura intimidante que acababa de adoptar me hizo tragar saliva.

—Yo estaba cuidando a Bettina mientras dormía, y escuché el terrible portazo. Cuando salí a ver qué ocurría me encontré a Kayla arrodillada llorando en el pasillo. La llevé a su habitación y la ayudé a tranquilizar a los bebés que no paraban de llorar por el susto…

— ¿Y? —Pregunté queriendo que fuera directo al grano. Mi corazón se encogía con cada palabra.

—Ella misma me lo dijo. Me pidió que viniera a buscarte, yo no quería dejarla sola pero ella insistió.

—Ella está mejor, ¿Cierto?

—Está destrozada por tu culpa. Tú mismo dices que ella es el amor de tu vida, pero ni siquiera eres capaz de saber cómo se siente en este mismo momento.

—Bill…

— ¡Ella te necesita, imbécil! Tiene miedo de muchas cosas y a ti sólo te importa que se acueste contigo. —Miré al suelo y me quedé en silencio. Ahora yo era el ogro malvado y ella la débil princesilla frágil. — ¿En qué piensas ahora? Espero que hayas cambiado de parecer.

—Soy un idiota. —Murmuré. Levanté la mirada y observé a mi hermano demasiado sonriente, para después sentir la palma de su mano estrellarse con fuerza contra mi mejilla.

— ¡Qué bueno que te das cuenta! —Gritó con su voz terriblemente chillona. Acaricié mi mejilla que comenzaba a arder y lo miré con los ojos bien abiertos. —Más te vale que vayas ¡AHORA MISMO! Y le pidas una disculpa si no quieres otro golpe. —Levanto ambas cejas y volvió a sonreír. Salió de la cocina caminando rápido y dando pequeños saltos.

—Gracias Bill. —Murmuré sin que él pudiera escucharme. Caminé a paso lento hasta llegar la habitación, ahora tenía muchas cosas que hacer.

2 comentarios:

  1. Hola jeen! no pienses eso! claro que voy a seguir leyendo los fics! sigo todos los blogs de los fics que leo no te preocupes! lo unico que como sólo queda ya un mes de clase tengo examenes continuamente y estoy muy ocupada! pero en cuanto termine, seguiré leyendo todos los fic que empecé! :)
    Asique no te preocupes por eso! cuidate mucho! ya te sigo desde mi blog personal, puedes pasarte cuando quieras! perdona que no pueda leer ahora! pero leeré! chaoo

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  2. me encanta que tom sea un idiota y bill vaya feliz dando saltitos por la vida! es tan propio de él! waw, sigoooo!

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