[ Bill ]
¡Tom estaba llorando!
Mis ojos se llenaron de lágrimas de conmoción de tan sólo ver a mi
hermano tan feliz cargando a su pequeña novia. En ese momento me pregunté… .Si
Tom es fuerte y ahora estaba totalmente conmovido por ver de nuevo a su amor..
¿Cómo me pondría yo al ver a Bettina?
—Kayla… —Musité llamando la atención de la parejita de enamorados que tenía
en frente. Comenzaba a sentirme incómodo en esa situación. —¿A caso a mí no me
extrañaste? —Pregunté sonriente mientras extendía mis brazos para que mi
cuñadita me diera un abrazo. Ella se separó de Tom, limpió un poco sus lágrimas
y me abrazó muy fuerte.
—Por supuesto que te extrañé Bill. —Susurró en mi oído. —Vaya, creo que
estás más alto… —Dijo en cuanto se separó de mí. Yo tan sólo me reí.
—Yo no estoy más alto, tal vez tú estás más pequeña. —Me defendí entre
risas.
—Que bueno que te vestiste presentable, porque adentro hay una preciosa
mujer que está temblando de nervios y no puede esperar por verte. —Musitó ella.
Yo ensanché más mi sonrisa.
—¿Podemos pasar? —Preguntó mi gemelo. Solté una pequeña risa cuando me di
cuenta de que Tom tenía los ojos más pequeños y rojos por las lágrimas. —Quiero…
quiero ver a mis bebés… —Sentenció, y fue cuando recordé que tenía dos
sobrinitos preciosos que probablemente ahora estarían mucho más enormes desde
la última vez que los vi dos meses atrás.
Kayla asintió y cogió a Tom de la mano. En seguida nos adentramos a la
enorme vivienda.
Caminamos por el pasillo, que estaba decorado con algunas esculturas, plantas
y cuadros con fotografías de todos los de la familia. Una foto en especial
captó mi atención por un momento. Era un poco más grande que las demás; en ella
aparecían dos bebés muy parecidos. Inmediatamente los relacioné con Freddy y
Layla.
Kayla y Tom se dieron cuenta de que yo me había detenido, así que avanzaron
hacia mí y mi linda cuñada sonrió.
—Esa foto es de la semana pasada. —Comentó. Kayla era de estatura baja y
muy delgadita, y más que nada, demasiado joven, por lo que me costaba creer que
fuera madre de dos niños.
—Tienen tres meses de nacidos, no puedo creer que se vean tan diferentes.. —Dijo
Tom realmente sorprendido. —¿Dónde están ahora? —Preguntó.
—Dormidos, siempre están dormidos. —Respondió su novia entre risas.
Continuamos caminando por el pasillo. Yo seguí observando las fotografías
hasta que llegamos a la sala de estar. Allí estaba Jared de pie, abrazando a la
profesora de Kayla. En cuanto nos vieron, ambos sonrieron ligeramente.
—¡Vaya... Bienvenidos Kaulitz! —Exclamó. Extendió sus brazos y se acercó a
Tom y a mí y nos abrazó al mismo tiempo. —A ella ya la conocen… —Musitó
mientras señalaba a Vinz en cuanto nos separamos. Tom y yo asentimos. —Se las
presentaré de nuevo. Bill, Tom, ella es Glorian, pero todos le decimos Vinz, y
ella es… mi novia.
—¡Júralo! —Grité emocionado. —¿Desde cuándo? ¡Felicidades! —Me emocioné y
los abracé a ambos. Todo era tan bonito, ahora todos teníamos pareja. —Se ven
muy bien juntos.
—Gracias Bill. —Agradeció mi nueva cuñada. Si Jared era mi cuñado, eso
significaba que Vinz también lo era ¿no?
—Desde hace dos semanas son pareja. —Respondió Kayla emocionada, en sus
ojos pude notar que el ver a su hermano enamorado la hacía muy feliz. —Pero yo
siempre supe que se gustaban, así que…
—¡Calla! —Le ordenó Jared un poco ruborizado, y todos nos reímos.
—¿Bill?, ¿Tom? —Escuchamos una dulce voz proveniente de la cocina. Comencé
a sentir la sensación de “maripositas en el estómago” en cuanto la escuché.
—Julieta te solicita Romeo… —Dijo Tom en tono divertido.
—Te está esperando en la cocina. —Continuó Kayla mientras abrazaba
tiernamente a mi hermano. Tragué saliva.
—Intenta no llorar mucho Bill. —Me aconsejó Tom entre risas. Le lancé una
mirada incrédula.
—Mira quién lo dice. —Me reí y él negó con la cabeza mientras se reía
también.
Di media vuelta y comencé a avanzar hacia la cocina; mis piernas se
pusieron como gelatina en un dos por tres, sentía que iba a caerme de los
nervios, pero mi fuerza de voluntad consiguió dejarme en pie el tiempo
suficiente.
Me encontraba de pie frente a la puerta de la cocina, por alguna razón me
daba una sensación extraña y no me atrevía a abrirla. Solté un gran suspiro y
coloqué mi mano en la perilla, dispuesto a dejar mi cobardía de lado.
—Bill... —Escuché su voz de nuevo. Tragué saliva, y sin pensármelo dos
veces, abrí la puerta rápidamente sin siquiera imaginar con lo que me iba a
encontrar…
Ella estaba de pie al lado del mini comedor, lo único con lo que se
sostenía era con una muleta. Tan preciosa como siempre, con su cabello
perfectamente peinado, maquillaje sencillo en los ojos, pero los labios
hermosamente rojos y apetitosos. Estaba usando un vestido gris pegado a su
cuerpo, corto hasta arriba de la rodilla y con un escote nada prominente.
Literalmente, parecía una princesa, y por suerte sólo mía.
—Tú… no, no… no lo puedo creer Bettina… —Tartamudeé, ella sonrió
ligeramente. —Estás de pie… y…
—Sí, y todo lo hice por ti ¿Sabes? —Comenzó a avanzar hacia mí y abrí la
boca por la sorpresa, si es que la podía abrir más…
—Ya puedes caminar. —Susurré, simplemente era ¡IMPOSIBLE! Era totalmente increíble
que con dos meses de terapias ya pudiera mantenerse en pie y caminar, aunque
fuera con el apoyo de una muleta. —Cuando… cuando me dijiste que habías
mejorado demasiado con las terapias…
— ¿No pensaste que tanto? —Acertó.
—Cuando dijiste que ya habías dejado la silla de ruedas…
—Bill, dime algo... —Exigió, negué con la cabeza. Comencé a avanzar hacia
ella yo también, hasta que estuvo a centímetros de mi cuerpo. Y sin pensármelo
dos veces, la pegué a mi cuerpo en un fuerte y estremecedor abrazo.
El olor de su perfume, de su cabello, la suavidad de su piel. Su delicada
respiración, y los suaves latidos de su corazón. Simplemente, había echado de
menos esos pequeños detalles que cualquiera dejaría pasar desapercibidos,
mientras que a mí me hacían el ser más feliz de la Tierra.
—Es que no tengo nada que decir… estoy completamente impactado. Te juro que
no esperaba esto. —Susurré en su oído, sin deshacer el abrazo. — ¿En serio lo
hiciste por mí?
—Bill, tú eres la única persona que le da sentido a mi vida, te amo con
cada fragmento de mi alma y de mi corazón. Te prometí que me recuperaría, y
pienso cumplirlo.
—Me hiciste mucha falta... —Susurré mientras comenzaba a morder suavemente
su oreja. Sabía perfectamente que ese lugar era su punto débil.
—Ahhh Bill… —Jadeó, sonreí.
—Quiero besarte... —Murmuré. —Pero ambos terminaríamos como payasos... —Solté
una pequeña risa. Ese labial rojo iba a estorbarme durante toda la noche. —Pero
no me importa... —O no.
Me separé de su oreja y sin pedir permiso, me lancé a devorar sus perfectos
labios, sellándolos con los míos en un beso completamente apasionado, el más seductor,
el más… Ideal…
¡Hola! Bueno, siento que este sea un comentario “de publicidad” pero sin él no se sabría de la existencia de este blog. Espero que te pases a leer mi historia, al igual que yo me leeré la tuya.
ResponderEliminarSin más, un saludo de un fantasma de algodón :3
Waw! He leído este capi y el anterior juntos! Capítulazos!!!! Ahora auque tengo un poco más de tiempo intentaré retomar just Tonight! Cuidate mucho y feliz navidad!
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