despedida. (Segunda
parte)
—Bill..
—Escuché una voz proveniente de la puerta de la cocina. Lentamente
alcé la cabeza para ver a mi hermano, quien estaba mirándome con
expresión preocupada y extrañada. Seguro me veía fatal, las
lágrimas me habrían arruinado completamente el maquillaje, y seguro
que los ojos los tendría rojos e hinchados a más no poder. —¿Estás
bien..? Necesitas.. ¿Necesitas apoyo? —Preguntó mientras
comenzaba a acercarse, hasta sentarse en una silla en frente de mí,
del otro lado de la mesa.
—No
se que hacer Tom, me siento demasiado confundido.
—¿Porque?
Bill, tienes que ver el lado positivo, ahora la banda está llegando
más lejos de lo que imaginábamos..
—¡Ya
lo se! —Golpeé la mesa en un impulso. —Pero el maldito dilema
aquí es que no quiero separarme de Bettina...
—¿Y
crees que yo si quiero separarme de Kayla y de mis hijos? Joder..
sabes que cuando decidimos formar la banda diez años atrás, supimos
desde un principio que tendríamos que pasar por muchos sacrificios..
—Si,
pero yo jamás imaginé que tendría que dejar a mi novia paralítica
para irme a cantar a los escenarios. Ella me necesita Tom.
—Tengo
que hacer que te des cuenta de que estás pensando solamente en ti.
No seas egoísta, Georg y Gustav no tienen la culpa de que nosotros
ahora tengamos una nueva familia.
—¿A
que viene eso? —Pregunté, comenzando a irritarme y a desesperarme
más por no saber que hacer, y más aún que las palabras de Tom no
me estaban sirviendo de mucho.
—Me
refiero a que ahora nosotros somos los que menos importamos, los más
importantes son los fans. Ellos nos están esperando con los brazos
abiertos, deseando ver el regreso de su banda favorita; sin embargo
nosotros estamos haciéndolos de lado por culpa del amor. Nos estamos
alejando de ellos todo porque ahora ya tenemos pareja. Georg también
tiene novia y él ansía volver a la gira lo más rápido posible...
—Me
sorprendes Tom.. es la primera vez en la vida que no logras
comprenderme. —Me crucé de brazos, ya que si no lo hacía,
terminaría soltándole un puñetazo a mi hermano en la cara, y eso
era lo que menos queríamos todos.
—Tú
eres el que no quiere comprenderme a mí.. —Suspiró. Se puso de
pie y comenzó a dirigirse hacia la salida, deteniéndose en el
umbral de la puerta. —Te espero en la habitación en diez minutos,
tenemos que comenzar a bajar las maletas para subirlas al auto.
—Sentenció, para después salir de la cocina, dejándome hecho un
completo lío.
—Tienes
razón Tom.. —Murmuré para mí mismo, justo cuando mi hermano
desapareció por la puerta.
Limpié
mis lágrimas mientras me ponía de pie y solté un suspiro ahogado.
Ahora
tenía mi objetivo claro, y no lo iba a dejar perder.
Caminé
hacia el baño, y abrí el grifo del lavamanos, comenzando a hundir
las manos en las frías gotas de agua, para después sumergir mi cara
en ésta, tenía que quitarme todos los restos de maquillaje corrido.
Minutos
después salí del baño hasta que me sentí completamente tranquilo,
y volví a la habitación con Tom; y sin decir nada, comenzamos a
bajar el equipaje por las escaleras.
Subimos
las maletas a la camioneta de mi hermano, ya que era mucho más
grande que mi Audi.
Cuando
todo estuvo en el listo y nos aseguramos de que no olvidábamos nada
importante, nos dirigimos al patio trasero de la casa, donde se
encontraban nuestros cuatro perros. Dos de ellos dormían
plácidamente sobre sus cómodas camitas, uno de ellos bebía un poco
de agua, y el otro mordía uno de sus peluches.
—¡Bfff!
Los voy a extrañar mucho. —Murmuró Tom por lo bajo, con un ligero
toque de nostalgia en su voz.
—No
serás el único, ellos son cómo... nuestros hijos. —Respondí.
Tom asintió.
Ambos
les acariciamos el lomo a cada una de nuestras mascotas, y de nuevo
nos dirigimos hacia la salida de la casa, no sin antes asegurarnos de
que nuestros pequeños tenían suficiente agua y comida. La
suficiente hasta que nuestra madre regresara a casa y los alimentara
de nuevo.
—Tom..
¿Dónde está mamá? —Pregunté mientras observaba de reojo a Tom,
quien conducía muy tranquilo, sin despegar la mirada del parabrisas.
—No
lo sé, pero podría jurar que fue a casa de Kayla y Bettina, sabes
que casi siempre va a visitarlas a ellas y a sus nietos.
—¿Sabes?
Me sorprende que mamá siempre ha sido muy sobreprotectora y celosa
con nosotros, y ahora acepta muy amablemente que ambos tengamos
novias. —Mencioné.
—Supongo
que no le queda opción, sabe que debíamos encontrar a nuestra
pareja algún día. A demás de que yo ya le di nietos, y tú estás
muerto de amor por tu novia y ella no puede hacer nada al respecto.
—Respondió mi hermano.
Seguimos
conversando un largo rato, sobre cosas sin mucha importancia. Todo
mientras nos dirigíamos a aquel lugar, en el cual pasarían muchas
cosas...
Narra
Kayla:
Dolor
Vs. Tristeza... Amor Vs. Capricho.. ¿Cuál era la realidad de mi
vida? Ni yo misma lo sabía. Lo único que sé ahora es que soy
demasiado inmadura para asumir un papel tan importante en mi vida.
Me
encontraba frente al espejo del tocador, cepillando mi larga
cabellera. Después de haber estado llorando y berreando toda la
noche e intentar hacer que mis hijos se durmieran después de yo
haberlos despertado varias veces por el ruido que propiciaba; llegué
al punto de quedarme ronca, con la voz casi inaudible, afónica.
Ahora
que me lo preguntaba.. ¿Algún día Tom se hartaría de mí? Desde
que nacieron mis hijos, lo único que yo hago es reprocharle y
echarle en cara todo lo que se me ocurre.
Siempre
había pensado que la de la razón era yo, pero ahora que
reflexionaba.. ¿Realmente la tenía?
Terminé
de arreglar mi cabello. En el comedor me esperaban mis hermanos para
desayunar.
Mis
bebés, como siempre, dormían tranquilos en su cuna, después de
haberlos alimentado muy bien. Así que me dejarían ir a comer sin
preocuparme por dejarlos solos.
—Kayla,
Bill vendrá a verme ahora, seguro que no tarda en llegar. —Mencionó
mi hermana, en cuanto todos ya estábamos comiendo.
—Vale,
deséale suerte de mi parte, creo que se lo merece. —Respondí,
para después introducir el tenedor repleto de comida en mi boca.
—¿No
quieres que le diga que traiga a Tom con él? Es una buena idea..
creo que ustedes dos necesitan... —La interrumpí.
—Bill
y Tom más que gemelos parecen siameses, siempre están juntos, así
que no hace falta que hagas nada, podría jurar que Tom va a venir
con él aunque yo le dijera que no.
—De
acuerdo pero.. ¿Tú quieres que venga?
—No
tengo ganas de verlo. ¿Tú si quieres que venga Bill? Pareces
incluso ilusionada por verlo.
—La
verdad es que si, me ilusiona que venga. Sabes que lo quiero mucho, y
no me sentiría a gusto sin verlo antes de que se vaya de viaje.
—Que
estúpida eres Bettina.. —murmuré.
—¿Perdón?
—Preguntó mi hermana, observándome con una ceja alzada, incapaz
de entender. —Tal vez sea estúpida, pero prefiero serlo antes de
ser una maldita mocosa caprichosa y orgullosa como tú.
—Hey
niñas... —Intervino Jared en tono amenazante. Ya me había
olvidado de que se encontraba en la misma mesa desayunando con
nosotras, ya que no había mencionado ninguna palabra desde que
comenzamos a comer.
—Pareciera
que últimamente todos están empeñados en echarme en cara lo que
soy. —Musité, y sin permitir a Bettina replicar algo, me puse de
pie y salí de la cocina, dirigiéndome hacia mi habitación.
Narra
Bettina:
—Uff...
Kayla tiene carácter. —Mencionó Jared.
—No
es eso, creo que me pasé con lo que le dije. —Respondí.
—¿Que
le dijiste? —Jared y yo, asustados, volteamos a ver de inmediato el
umbral de la puerta, donde habíamos escuchado aquella pregunta. Allí
se encontraba Tom, de pie y con los brazos cruzados, observándonos
fijamente esperando una respuesta.
—Tom..
¿Que haces aquí? ¿Cómo entraste? —Preguntó Jared, sorprendido,
mientras se ponía de pie y se dirigía hacia donde se encontraba el
susodicho.
—Cuando
ustedes se fueron a Berlín, Kayla me dio una copia de la llave. Pero
ese no es el asunto, ¿De que hablaban? —Respondió.
—Hola.
—Saludó Bill, quien apareció justo detrás de su hermano.
—Tom,
lo mejor es que vayas a hablar con mi hermana, últimamente está
teniendo actitudes muy rebeldes, así que te suplico que le tengas
paciencia. —Dije. Bill se acercó hacia mí, hasta arrodillarse a
mi lado, dándome un tierno abrazo.
—De
acuerdo, iré a su habitación; porque supongo que está allí
¿Cierto?
—Si..
—Respondí.
—Vale..
deseenme suerte. —Rió mi cuñado, justo antes de desaparecer por
la puerta, encaminándose hacia la habitación de mi hermana.
CONTINUARA....
Holaaaaa! lei el capi creo que al dia siguiente de que lo subieras, pero he estado tan liada que no he podido comentar!
ResponderEliminarCuando subes la ultima parte¿? espero que sea prontooo!
bueno..tom y kayla me desconciertan un poco la verdad, por que tom quiere arreglar las cosas pero kayla se comporta como una estupida!
esta tarde intentaré subir nuevo capi! cuidateee!