Narra
Bettina:
Ese
sentimiento inexplicable que sientes justo después de haberte
esforzado demasiado en algo, y finalmente, te das cuenta que tu
esfuerzo ha valido la pena, porque has llegado a la cima. Ese
sentimiento fue el que sentí justo en ese momento, en el que ese
amable doctor logró hacer que todas las esperanzas y fes volvieran a
llegar a mi.
Mi
vista se tornó borrosa por las lágrimas, no se si de emoción,
felicidad, nervios, o simplemente de temor de tomar un nuevo y
difícil reto en mi vida.
Comencé
a llorar en cuanto el doctor terminó de pronunciar aquellas palabras
mágicas para mi. Cubrí mi rostro con ambas manos y comencé a
desahogar con lágrimas toda la bola de sentimientos que tenía
atorada en la garganta. ¡IBA A VOLVER A CAMINAR!
—Bett..
¿Porque lloras? —Me preguntó Bill acercándose a mi lentamente,
después de un par de minutos de habernos quedado todos en silencio,
nada más escuchando mis sollozos. —Ya no hay más razones para
llorar. —Quité las manos de mi rostro y lo observé a él, de pie
al lado de la camilla, con una enorme sonrisa dibujada entre sus
labios y una mano extendida frente a mi, esperando a ser tomada por
la mía.
—Tienes
razón. —Tomé su mano, y la apreté entre la mía, devolviéndole
la sonrisa. Sentí unos fuertes brazos rodearme por los hombros, y
colocando su barbilla en hombro, transmitiéndome su cálido aliento
fraternal.
—Ahora
podremos volver a Hamburgo pequeña. —Susurró en mi oído mi
hermano, haciéndome sentir más feliz de lo que podría sentirme
ahora. Jalé un poco a Bill para que se sentara sobre la camilla, y
rodé su cuello con mi brazo, y con el otro el de Jared, abrazándolos
a los dos fuertemente.
—Los
amo a los dos, gracias por no haberme dejado sola en ningún momento,
si ahora yo estoy bien es gracias a su apoyo. —Comencé a llorar de
nuevo, suspiré, necesitaba terminar mi agradecimiento hacia ellos
antes de soltarme a llorar más de lo que ya estaba llorando. —Cuando
pasó lo de Paolo, estuve a punto de renunciar a todo, y su apoyo se
hizo más incondicional que nunca, y me ayudaron a no sufrir tanto
por su muerte, aún sigo muy triste por eso, pero sin embargo yo...
—Mi voz comenzó a hacerse entrecortada al recordar que mi mejor
amigo ya no estaba conmigo, llegué al punto de no poder continuar
con mi letanía debido a que las lágrimas cada vez salían más
potentes. Jared y Bill me apretaron más entre los dos para
tranquilizarme un poco, y yo sonreí, agradeciéndoles en silencio su
muestra de cariño. —Gracias... —Murmuré.
—No
agradezcas pequeña, todos en este mundo tenemos a alguien que nos
apoya, y tienes la suerte de que Bill, Kayla, Tom y yo seamos los que
siempre te apoyarán a ti.
—Los
amo... —Repetí.
—Supongo
que a mi me amas más ¿no? A mi me conociste primero que a él.
—Musitó mi hermano, señalando a Bill con la mirada, quien comenzó
a reírse de inmediato.
—Pero
conmigo ha vivido más... cosas.. —Se defendió Bill con una
sonrisa pícara. Logré captar su frase en doble sentido y le pegué
un ligero puñetazo en el hombro. —¡Auu! De acuerdo, lo amas más
a él. —Comenzó a reírse de nuevo y Jared le lanzó una mirada
asesina con una sonrisa divertida, yo tan solo me ruboricé mientras
observaba a Bill carcajearse.
Narra
Bill:
Por
la tarde, regresé al hotel para volver a empacar las maletas,
mientras que Jared se había quedado en el hospital para recoger las
pocas cosas que todos teníamos allí.
Después
de que el doctor le hiciera la prueba final a Bettina, había estado
dos días haciéndole pequeñas pruebas más, queríamos estar
seguros si mi novia realmente iba a poder recuperar la vida que tenía
antes del accidente, y por suerte, ya estaba más que confirmado.
—¡Por
fin! —Solté un suspiro de alivio. Había tenido que empacar las
maletas de Jared y las mías. Como artista que era, estaba
acostumbrado a empacar por tantos viajes que hacía, sólo que ahora
ya llevaba meses sin hacerlo, y se hacía agotador volver a hacerlo
de repente.
Le
pedí al botones que me ayudara a llevar todas las cosas desde la
habitación hasta el estacionamiento, para después subirlas a la
camioneta que ya me esperaba afuera del hotel. Subí en ésta y el
conductor de la misma me llevó al aeropuerto, donde Jared y Bett ya
deberían estar esperándome.
Después
de todo, finalmente era la hora de decirle ¡Adiós! A los
hospitales, o por lo menos en mi caso. En seis días exactamente la
gira comenzaba de nuevo. Las entradas para todos los conciertos ya
estaban agotadas, y los fans envueltos en la histeria esperando con
ansias el regreso de Tokio Hotel.
Por
una parte me sentía a gusto, feliz de ver el entusiasmo con el que
nos recibían de regreso, pero mayormente, me sentía culpable de
dejar a Bettina recuperarse sola. Ella sabía que la gira era parte
de mi trabajo, y lo entendía, sin embargo el que no quería
entenderlo era yo. Me sentía culpable de no poder brindarle mi apoyo
durante las terapias que ella debía comenzar a tomar ahora, sobre
los obstáculos que ahora debía atravesar, sin mi apoyo, y sin el
apoyo de casi nadie.
Kayla
debía encargarse sola de los bebés, ya que Tom también tendría
que irse, Jared tenía que volver a su trabajo, que ya había
abandonado desde hacía meses para encargarse completamente de sus
hermanas. Dalia necesitaba recuperarse de todo lo que había
ocurrido, por lo que se había ido a vivir una temporada a Francia. Y
Paolo, bueno, Paolo simplemente ya se había ido para nunca regresar,
aunque él nunca había sido un “apoyo” para Bettina.
Así
que, mi novia se había quedado prácticamente sola, únicamente con
el apoyo momentáneo de todos. Ahora el mayor apoyo que recibiría
sería por teléfono; pero yo confiaba plenamente en ella, y sabía
que aunque no tuviera el apoyo necesario, ella sola iba a poder salir
adelante.
En
cuanto llegamos, el conductor de la camioneta me ayudó a bajar las
maletas, eran alrededor de seis, cuatro mías y dos de Jared (Si,
todos saben que suelo exagerar a la hora de empacar mis cosas) y
todas bien cargadas, por lo que tardamos un poco en bajarlas.
—Ya
llegué. —Dije en cuanto me situé al lado de Jared y Bettina,
quieres esperaban sentados a que anunciaran el número del vuelo,
aunque aún faltaba un poco para que eso pasara. —En cuanto
lleguemos a Hamburgo.. ¿Que haremos?

—De
acuerdo. —Sonreí, y me senté a su lado, recargando mi cabeza en
su hombro tiernamente y ella acariciaba un poco mi mejilla. —Te
quiero. —Rodé su cintura con mis brazos, abrazándola de una forma
en la que se mantuviera su cuerpo bien pegado al mío.
—Yo
más a ti. —Sonrió, para después besar mi frente.
Después
de varios minutos anunciaron nuestro vuelo, y tuvimos que abordar el
avión. Cuando estuvimos arriba, Jared se dedicó a leer un libro y a
hacer algunas anotaciones en su móvil, supuse que sería algo
relacionado con su trabajo. Mientras que Bettina y yo estuvimos
conversando un rato, hasta que ella finalmente se quedó dormida.
que bonito capiiii! ya he empezado el colegio y no he podido leer antes! u.u y es que mis mini-vacaciones no han durado casi nadaaa y ni me ha dado tiempo hacer todo lo que quería! u.u
ResponderEliminarpero bueno..intentaré subir esta semana por que just tonight lo llevo muy abandonadooo!
sube prontooo
cuidate :) y gracias por pasaar!