domingo, 9 de septiembre de 2012

Cap. 90 Automatic Dreams


Capítulo 90: Ya no hay

 razones para llorar.




Narra Bettina:

Ese sentimiento inexplicable que sientes justo después de haberte esforzado demasiado en algo, y finalmente, te das cuenta que tu esfuerzo ha valido la pena, porque has llegado a la cima. Ese sentimiento fue el que sentí justo en ese momento, en el que ese amable doctor logró hacer que todas las esperanzas y fes volvieran a llegar a mi.

Mi vista se tornó borrosa por las lágrimas, no se si de emoción, felicidad, nervios, o simplemente de temor de tomar un nuevo y difícil reto en mi vida.

Comencé a llorar en cuanto el doctor terminó de pronunciar aquellas palabras mágicas para mi. Cubrí mi rostro con ambas manos y comencé a desahogar con lágrimas toda la bola de sentimientos que tenía atorada en la garganta. ¡IBA A VOLVER A CAMINAR!

—Bett.. ¿Porque lloras? —Me preguntó Bill acercándose a mi lentamente, después de un par de minutos de habernos quedado todos en silencio, nada más escuchando mis sollozos. —Ya no hay más razones para llorar. —Quité las manos de mi rostro y lo observé a él, de pie al lado de la camilla, con una enorme sonrisa dibujada entre sus labios y una mano extendida frente a mi, esperando a ser tomada por la mía.

—Tienes razón. —Tomé su mano, y la apreté entre la mía, devolviéndole la sonrisa. Sentí unos fuertes brazos rodearme por los hombros, y colocando su barbilla en hombro, transmitiéndome su cálido aliento fraternal.

—Ahora podremos volver a Hamburgo pequeña. —Susurró en mi oído mi hermano, haciéndome sentir más feliz de lo que podría sentirme ahora. Jalé un poco a Bill para que se sentara sobre la camilla, y rodé su cuello con mi brazo, y con el otro el de Jared, abrazándolos a los dos fuertemente.

—Los amo a los dos, gracias por no haberme dejado sola en ningún momento, si ahora yo estoy bien es gracias a su apoyo. —Comencé a llorar de nuevo, suspiré, necesitaba terminar mi agradecimiento hacia ellos antes de soltarme a llorar más de lo que ya estaba llorando. —Cuando pasó lo de Paolo, estuve a punto de renunciar a todo, y su apoyo se hizo más incondicional que nunca, y me ayudaron a no sufrir tanto por su muerte, aún sigo muy triste por eso, pero sin embargo yo... —Mi voz comenzó a hacerse entrecortada al recordar que mi mejor amigo ya no estaba conmigo, llegué al punto de no poder continuar con mi letanía debido a que las lágrimas cada vez salían más potentes. Jared y Bill me apretaron más entre los dos para tranquilizarme un poco, y yo sonreí, agradeciéndoles en silencio su muestra de cariño. —Gracias... —Murmuré.

—No agradezcas pequeña, todos en este mundo tenemos a alguien que nos apoya, y tienes la suerte de que Bill, Kayla, Tom y yo seamos los que siempre te apoyarán a ti.

—Los amo... —Repetí.

—Supongo que a mi me amas más ¿no? A mi me conociste primero que a él. —Musitó mi hermano, señalando a Bill con la mirada, quien comenzó a reírse de inmediato.

—Pero conmigo ha vivido más... cosas.. —Se defendió Bill con una sonrisa pícara. Logré captar su frase en doble sentido y le pegué un ligero puñetazo en el hombro. —¡Auu! De acuerdo, lo amas más a él. —Comenzó a reírse de nuevo y Jared le lanzó una mirada asesina con una sonrisa divertida, yo tan solo me ruboricé mientras observaba a Bill carcajearse.

Narra Bill:

Por la tarde, regresé al hotel para volver a empacar las maletas, mientras que Jared se había quedado en el hospital para recoger las pocas cosas que todos teníamos allí.

Después de que el doctor le hiciera la prueba final a Bettina, había estado dos días haciéndole pequeñas pruebas más, queríamos estar seguros si mi novia realmente iba a poder recuperar la vida que tenía antes del accidente, y por suerte, ya estaba más que confirmado.

—¡Por fin! —Solté un suspiro de alivio. Había tenido que empacar las maletas de Jared y las mías. Como artista que era, estaba acostumbrado a empacar por tantos viajes que hacía, sólo que ahora ya llevaba meses sin hacerlo, y se hacía agotador volver a hacerlo de repente.
Le pedí al botones que me ayudara a llevar todas las cosas desde la habitación hasta el estacionamiento, para después subirlas a la camioneta que ya me esperaba afuera del hotel. Subí en ésta y el conductor de la misma me llevó al aeropuerto, donde Jared y Bett ya deberían estar esperándome.

Después de todo, finalmente era la hora de decirle ¡Adiós! A los hospitales, o por lo menos en mi caso. En seis días exactamente la gira comenzaba de nuevo. Las entradas para todos los conciertos ya estaban agotadas, y los fans envueltos en la histeria esperando con ansias el regreso de Tokio Hotel.

Por una parte me sentía a gusto, feliz de ver el entusiasmo con el que nos recibían de regreso, pero mayormente, me sentía culpable de dejar a Bettina recuperarse sola. Ella sabía que la gira era parte de mi trabajo, y lo entendía, sin embargo el que no quería entenderlo era yo. Me sentía culpable de no poder brindarle mi apoyo durante las terapias que ella debía comenzar a tomar ahora, sobre los obstáculos que ahora debía atravesar, sin mi apoyo, y sin el apoyo de casi nadie.
Kayla debía encargarse sola de los bebés, ya que Tom también tendría que irse, Jared tenía que volver a su trabajo, que ya había abandonado desde hacía meses para encargarse completamente de sus hermanas. Dalia necesitaba recuperarse de todo lo que había ocurrido, por lo que se había ido a vivir una temporada a Francia. Y Paolo, bueno, Paolo simplemente ya se había ido para nunca regresar, aunque él nunca había sido un “apoyo” para Bettina.

Así que, mi novia se había quedado prácticamente sola, únicamente con el apoyo momentáneo de todos. Ahora el mayor apoyo que recibiría sería por teléfono; pero yo confiaba plenamente en ella, y sabía que aunque no tuviera el apoyo necesario, ella sola iba a poder salir adelante.

En cuanto llegamos, el conductor de la camioneta me ayudó a bajar las maletas, eran alrededor de seis, cuatro mías y dos de Jared (Si, todos saben que suelo exagerar a la hora de empacar mis cosas) y todas bien cargadas, por lo que tardamos un poco en bajarlas.

—Ya llegué. —Dije en cuanto me situé al lado de Jared y Bettina, quieres esperaban sentados a que anunciaran el número del vuelo, aunque aún faltaba un poco para que eso pasara. —En cuanto lleguemos a Hamburgo.. ¿Que haremos?

—Ir a casa. —Respondió mi novia inmediatamente, observándome con ojos cansados. Estaba nerviosa por volver, yo lo sabía, por lo que no había podido dormir bien los últimos tres días. Pero por otra parte, le entusiasmaba mucho poder regresar a su ciudad, con Kayla, Tom y nuestros sobrinos, los cuales ella no había podido ver aún ya que todo el tiempo había tenido que estar en su habitación.

—De acuerdo. —Sonreí, y me senté a su lado, recargando mi cabeza en su hombro tiernamente y ella acariciaba un poco mi mejilla. —Te quiero. —Rodé su cintura con mis brazos, abrazándola de una forma en la que se mantuviera su cuerpo bien pegado al mío.

—Yo más a ti. —Sonrió, para después besar mi frente.

Después de varios minutos anunciaron nuestro vuelo, y tuvimos que abordar el avión. Cuando estuvimos arriba, Jared se dedicó a leer un libro y a hacer algunas anotaciones en su móvil, supuse que sería algo relacionado con su trabajo. Mientras que Bettina y yo estuvimos conversando un rato, hasta que ella finalmente se quedó dormida.

1 comentario:

  1. que bonito capiiii! ya he empezado el colegio y no he podido leer antes! u.u y es que mis mini-vacaciones no han durado casi nadaaa y ni me ha dado tiempo hacer todo lo que quería! u.u
    pero bueno..intentaré subir esta semana por que just tonight lo llevo muy abandonadooo!
    sube prontooo
    cuidate :) y gracias por pasaar!

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