Narra
Bettina:
Bill:
¡Listo! -Gritó entusiasmado mientras terminaba de cerrar la maleta
que tanto trabajo le había costado cerrar- Ya esta todo listo,
podemos irnos -Sonreí y Bill se rió- Por Dios Bett, ¿Sigues
nerviosa? Vas a ver que todo va a estar bien -Dijo mientras se
sentaba en mi cama, justo a mi lado.
Bettina:
No me siento nerviosa, mas bien tengo miedo
Bill:
¿De que algo salga mal? -asentí- el doctor nos dijo que todo está
perfecto contigo, que es mas que probable que la operación sea un
éxito -Dijo abrazándome-
Bettina:
Si, pero también dijo que no me hiciera ilusiones, que siempre algo
puede salir mal
Jared:
¡Hey! -nos gritó desde la sala- ¡Más rápido! Que sino perderemos
el avión
Flor
y Bill comenzaron a bajar las maletas por las escaleras, junto con mi
silla de ruedas, mientras que yo esperaba sentada sobre la cama, con
todo mi cuerpo temblando de timidez.
Cuando
todas las maletas estuvieron abajo, Bill volvió a aparecer por mi
habitación con una sonrisa y me cargó en brazos, bajando
cuidadosamente por las escaleras, pasando por la sala, la cocina y el
patio, hasta llegar al estacionamiento, donde se encontraba el Audi
de Bill esperándonos para llevarnos al aeropuerto. Bill me subió en
la parte trasera del auto, y en seguida subió a mi lado, mientras
que Jared se subía al asiento del copiloto, y un chofer al asiento
del conductor.
No
tardamos mucho en llegar a nuestro destino; Bill y yo nos quedamos
sentados en unas pequeñas sillas, esperando a que llegara Jared de
bajar las maletas del coche, y esperar a que la vocecita anunciara el
número de nuestro vuelo.
Bettina:
Llegamos a tiempo -bufé- será difícil estar separados de nuestros
hermanos y de nuestros sobrinos durante dos semanas
Bill:
Si lo se, creo que nunca me había separado tanto tiempo de Tom para
irme con una chica hacia un lugar
Bettina:
Si, nunca habías dejado a tu adorado hermano gemelo para irte con
una paralítica a estar dos semanas en un hospital sin poder moverte
de allí, porque estaremos en la capital de Alemania, donde todo el
mundo te reconocerá y te molestará por mi culpa
Bill:
¡Bettina basta! -Dijo serio- estoy harto de que te estés culpando
por todo, hablando mal de ti misma con una actitud sumamente
pesimista ¡Ánimo!
Bettina:
¡No es fácil Bill! -Dije en un murmuro-
De
repente nos hundimos en un silencio profundo e incómodo, aunque
fuera inevitable, yo no podía evitar sentirme mal, sentir que estaba
obligando a Bill a quedarse conmigo, mientras que él pudiera estar
más feliz, junto con otra chica con la que pudiera divertirse al
máximo, una chica con la cual poder salir a bailar, a correr, una
chica que no lo obligara a cancelar su maravillosa gira mundial para
estar en un hospital, los cuales él aborrece.
Nos
dirigíamos a Berlín, a uno de nuestros hospitales. Los doctores de
Hamburgo me habían enviado a la capital para mi operación, ya que
allí hay mejores doctores y especialistas, los cuales se encargarían
exclusivamente de mi caso.
Jared
no tardó mucho en llegar con las maletas. Bill me ayudó a subir a
la silla de ruedas y nos quedamos allí sentados unos cuantos minutos
más, hasta que anunciaron el número de nuestro vuelo.
Cuando
estuvimos en el avión, nos sentamos los tres juntos, yo en medio de
los dos. Bill seguía muy serio conmigo, aunque es demasiado cariñoso
como para haberse resistido a abrazarme durante todo el vuelo.
Durante
estas dos semanas, nunca se había molestado tanto cada que yo me
decía 'paralítica' a mi misma, tan solo me decía que cambiáramos
de tema.
¿Porque
venía Jared con nosotros? Porque aunque yo ya fuera mayor de edad,
él seguía siendo mi tutor, el responsable de mi, y sin su
autorización ninguna operación podría ser posible para mi.
Estuvimos
al rededor de cincuenta minutos en el avión, cuando por fin
aterrizamos en el aeropuerto de Berlín. Recibimos las maletas y
afuera ya nos esperaba un auto que nos llevaría al hospital. Era
obvio que nos encontraríamos fans de Bill en el aeropuerto, así que
mi novio tan solo dedicaba tiernas sonrisas y saludos a sus Aliens,
sin siquiera detenerse a firmar un autógrafo o tomarse alguna
fotografía.
Mi
única pierna movible temblaba de nervios, al igual me mis brazos,
por mas que intentáramos no llamar la atención en ese aeropuerto,
era imposible, todos nos tomaban fotos, y por más que intentara
ocultar mi demacrado rostro, seguro los paparazzis ya habían captado
alguna toma.
Bill
parecía tranquilo y relajado, y se daba cuenta de que yo no, por lo
que me tranquilizaba de vez en cuando dándome besos en la mejilla o
dándome pequeños abrazos por la espalda, sin importarle que sus
fans enamoradas nos estuvieran viendo con ojos celosos.
Mi
hermanito Jared, 'fingía' hablar por móvil para que no le hicieran
alguna pregunta, ya que la identidad de él igual había sido
revelada en los programas de chismes, todos lo conocían como 'El
cuñado de Bill' o 'El hermano de la novia de Bill', e incluso tenía
fanáticas que tenían fantasías con él.
Después
de todo el caos en el aeropuerto, nos dirigimos inmediatamente al
hospital, mientras que las maletas de Bill y Jared las mandaban a la
habitación que ya tenían reservada en un hotel.
Me
registraron en el hospital, y como siempre, me llevaron a una de las
mejores y cómodas habitaciones que había en todo el edificio.
Cuando
estuve instalada y Jared hizo todo el papeleo necesario, tuvo que
salir a arreglar unos de sus asuntos de trabajo, así que el que se
quedaría conmigo todo el tiempo sería Bill, mi hermano tan solo
vendría de visita algunas veces en el día.
Pasaron
los días, aún no era mi operación, los doctores seguían
haciéndome pruebas para asegurarse de que era lo que iba mal conmigo
exactamente, y para asegurarse que tipo de operación me iban a
realizar.
Estaba
lloviendo, y me encontraba sola en la habitación, en silencio, tan
solo se escuchaban las grandes gotas de agua golpear con dureza la
ventana de mi habitación. Jared se había ido al hotel a descansar
un poco, ya que el día anterior no se había despegado de mi ni un
solo segundo, ya que a Bill le había tocado descansar en el hotel
todo el día.
El
día de hoy Bill estuvo conmigo, solo que de repente nos dio hambre a
ambos, y él había ido a comprar un poco de comida, ya que aborrece
la comida del hospital, la cual a mi me da igual.
No
pude evitar preocuparme por él, porque estaba lloviendo demasiado
fuerte, y él se había ido 'disfrazado' de persona normal, en su
Audi (Que lo habíamos mandado traer desde Hamburgo), se había ido a
un restaurante japonés, un poco alejado del hospital, pero que
seguro no se le sería difícil regresar, ya que no era la primera
vez que conducía por las calles de Berlín.
Como
me sentía demasiado sola, cogí mi móvil que estaba al lado de mi
camilla, en una mesita de noche, y busqué entre el directorio el
número de Tom. Tenía ganas de hablar con él y con Kayla, de saber
como estaban las cosas por allá, desde hacía tres días que
llegamos a Berlín no habíamos conversado, ni siquiera por el móvil.
Marqué el número, y al tercer pitido me contestó una voz cansada,
pero muy linda, que tanto extrañaba.
-Llamada
telefónica-
-¿Hola?-
Dijo la cansada voz de mi hermanita pequeña al otro lado de la
línea.
-Hola
pequeña! Te extraño demasiado ¿Que tal todo por allá? -Pregunté
con voz alegre.
-Todo
va bien, en unos días me dan el alta del hospital y podré irme a
casa junto con los gemelos, que por cierto ya han crecido bastante.
-Creo
que soy la única de la familia que no los ha visto para nada desde
que nacieron, soy una tía muy mala. -Dije fingiendo voz triste.
-¡Mejor!
Para cuando los veas seguro los verás con alegría
-Oye
¿Sabes si Tom ha hablado con Bill? Es que Billy anda demasiado
triste diciendo cada dos minutos que extraña a su hermano -Dije
riéndome.
-Solo
se han mandado mensajes de texto, es que por acá Tom anda muy
apurado comprando cosas-
-¿Sigue
comprando cosas para los bebés? -Pregunté incrédula.
-¡Si!
Se ha vuelto un comprador compulsivo, ya llenó la habitación de
cosas para bebés y...
Antes
de que pudiera escuchar lo que seguía de la conversación, escuché
que se azotaba la puerta de mi habitación, giré la cabeza asustada
hacia allí tan bruscamente que provocó que mi móvil cayera al
suelo. Al verlo ahí a él parado frente a mi puerta, vestido
totalmente de negro y con una sonrisa un tanto diabólica en el
rostro, no pude evitar sentir pánico, era la primera vez que lo veía
a él así, tan intimidante. Tenía una maleta que colgaba de su
hombro, parecía pesada, pero a la vez ligera, ya que la sostenía
con suma facilidad.
Se
acercó lo suficiente hasta llegar a mi, cogió mi móvil del suelo y
colgó la llamada, y enseguida arrojó el teléfono al sofá que
estaba en frente de la camilla.
TUUUUUU
ResponderEliminarpero como dejas el capi ahí?
u.u
bueno..cosas de escritoras! hahahahahha
en realidad te entiendo a mi me encanta hacerlo, pero odio que me dejen con la intrigaaaaa!
hhahahahahha
bueno.. ya he leido..siento no haber pasado antes..ya te he dicho.. u.u
cuidate muchooo!
uuuuuuuuuuh! kien es??? kien kreooo??? noooooo HDP!! Sigo leyendooo
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