domingo, 26 de febrero de 2012

Cap. 49 Automatic Dreams

Capítulo 49: ¡Que idi*ota eres Bill Kaulitz!


Sentí como la sangre me hervía y se me congelaba a la vez, una sensación rara pero inexplicable se apoderó de mi cuerpo, me di cuenta como Tom me miraba asustado, al parecer tenia la certeza de que en cualquier momento caería muerto al suelo, me tomó fuertemente del brazo y me jaló hacia una silla para que me sentara, se sentó en cuclillas delante de mi, observándome el rostro. 

Después de varios segundos de estar en un terrible shock, solté un suspiro profundo y grité fuertemente ¡Bettina! Y después me solté a llorar en el hombro de mi hermano, que me miraba apenado.

Tom: tranquilo hermanito -Al parecer fue lo único que pudo decirme-
Me alejé de él y me puse de pie, me acerqué a Jared que me miraba fijamente, parecía que en sus ojos había un profundo dolor igual o incluso mas fuerte que el que yo estaba sintiendo. 

Lo miré fijamente y coloqué mi mano en su hombro.

Bill: Dime, que fue lo que le pasó -Dije con la voz temblorosa-

Jared:
Como ya les había dicho, la atropellaron Bill, al parecer ella iba a cruzar la calle corriendo, y no se fijó bien al cruzar y se estrelló con una camioneta, al parecer se golpeó muy fuerte en la nuca y...     -Suspiró-

Bill
: ¡Y que Jared! -Dije comenzando a entrar en pánico-

Jared:
Esta en estado de coma, no sabemos cuando despertará, y cuando despierte, no sabemos si quedará bien

Bill: ¡Explicate mejor! -Le grite- A que te refieres a que si quedará bien o no -Dije desesperado mientras lloraba aún-

Tom:
Bill tranquilizate, todo saldrá bien -Colocó su mano en mi hombro-

Bill:
¡Tu callate imb*ecil! Ya me hartaste que tan solo me dices que todo saldrá bien, cuando no tienes ni la menor idea de lo que se siente que la persona que amas esté al borde de la muerte.

Jared: No le grites Bill! Tiene toda la razón, tienes que tranquilizarte

Bill: No quiero tranquilizarme -Les grité- Bettina está allí moribunda por mi culpa, soy un est*upido! -suspiré- Pero respóndeme Jared! A que te refieres si quedará bien o no -Grité-

Jared:
me refiero a que no sabemos si...

Bill: ¡Si que! -Grité

Jared:
No sabemos si volverá a caminar Bill, tampoco sabemos si podrá volver a ver, o si perderá la memoria -Una lágrima escurrió por su rostro- o si sobrevivirá.

Me quedé paralizado incrédulo, ¡Eso no podía ser verdad! 

Salí corriendo por el pasillo y comencé a abrir todas las puertas del hospital, sin duda no iba a descansar hasta encontrar a Bettina y asegurarme de que estuviera bien. Abrí cada puerta, y habían distintas personas, pero en ninguna estaba mi princesa. 


Después de abrir alrededor de 20 puertas, escuchar regaños y gritos provenientes de doctores y enfermeras y recorrer todo el piso sin encontrar nada, me tiré de rodillas al suelo, coloqué mis manos en mi rostro y suspiré de cansancio y desesperación.

Tom: Bill, yo se en que habitación está Bettina -Dijo mi hermano a mis espaldas, voltee a verlo y me levante del suelo acercándome a el-

Bill:
Llévame con ella Tom -Dije en un susurro casi inaudible, Tom asintió-
Comencé a caminar al lado de mi gemelo, nos dirigimos hacia el elevador ¡Eres un idi*ota Bill Kaulitz! Pensé, recorrí todo el piso buscándola y la busqué en el piso equivocado.

 Subimos rápidamente hacia un par de pisos más arriba. Comenzamos a caminar por los pasillos, hasta que nos detuvimos delante de una puerta de madera, en la que estaba el número “291”.

Tom: Esta es Bill, antes de que entres, quiero que me jures que estarás tranquilo -Dijo serio-

Bill:
Si Tom, te lo juro -Dije con la voz temblorosa-
Coloqué mi mano en la manija de la puerta, lentamente la giré y empujé ésta para que se abriera. Cuando la abrí por completo sentí miedo, y cerré los ojos. Tom me tomó del brazo y me dijo al oído “Vamos Bill” y yo asentí.


Di un par de pasos al frente, y respiré profundamente. Lentamente abrí los ojos. Sentí la sensación como si un puñal se me hubiera clavado en el corazón. 

Bettina estaba recostada en una camilla, tapada con unas sabanas blancas, tenia maquinas conectadas a su cabeza, corazón y no se que más partes de su cuerpo. 
Tenía la cabeza vendada y moretones y rasguños en su rostro. Yo estaba alejado observándola y llorando un poco en silencio. Tom estaba detrás de mí mirándome con pena, y Jared estaba sentado a un lado de Bettina llorando sobre su regazo.
mientras le tomaba la mano.

Jared: Ven Bill, acércate a ella -Dijo levantando la mirada para verme-

Me acerqué a ella lentamente, mientras caminaba sentí como si mis piernas fueran gelatina, temblaban de temor supongo. Jared se puso de pie, se limpió las lagrimas, y me hizo una seña para que me sentara en la silla en la que el estaba sentado antes. 

Me senté, tomé la mano de Bettina, y se la besé, mientras una lágrima escurría por mi mejilla.
Recargué mi cabeza sobre su hombro, podía escuchar los débiles latidos de su corazón. Eso me hizo sonreír, ya que por lo menos tenia la certeza de que su corazón latía y ella seguía viva. Acaricié su mejilla con suavidad para no lastimarla, sentía como si fuera una frágil figura de porcelana que nadie podía tocar.

Jared: Bill, Bettina necesita una donación de sangre urgente -Dijo minutos después-

Bill:
Si es necesario, yo le donaré toda la sangre que fluye por mis venas -Dije sin dejar de admirar su perfecto rostro lastimado-

Jared:
Bill, su tipo de sangre es muy difícil de conseguir, Kayla no puede donar por su embarazo, y yo no soy compatible, Tom me dijo que tu eres el mismo tipo de sangre que ella, pero lamentablemente tienes tatuajes y no puedes... -Dijo bajando la mirada-
Voltee a ver mi tatuaje de “Freiheit 89” y lo acaricié ¡No podía ser posible! Todos mis tatuajes los hice con muchísimo amor, y jamás pensé en la estupidez de que ¡Con tatuajes no puedes donar sangre! Y justo ahora que necesito salvarle la vida a mi princesa no puedo, ¡Que idio*ta eres Bill Kaulitz!

Tom: No te preocupes Bill, somos gemelos, y soy del mismo tipo de sangre que tu, y supongo que yo si puedo donar -Dijo acercándose a mi-

Bill:
Tom, si le donas sangre a Bettina, créeme que te deberé la vida hermano -Dije sonriendo de medio lado-

Jared:
Te dejaremos a solas con ella cuñado, nosotros iremos a hacerle las pruebas necesarias a Tom para comprobar si puede donarle -asentí-
Salieron de la habitación, y yo me quedé observando a Bettina.

 Me puse de pie y me acerqué lentamente hacia su rostro. Le besé la mejilla, y lentamente me acerqué mas hacia sus labios, y la besé profundamente. 
Era raro besarla sin que ella se moviera, pero aun así, sentía sus cálidos labios posados debajo de los míos.

Bill: Mi amor, ya extrañaba probar tus labios -Le dije conteniendo un poco el llanto- ¿Soy un imbécil lo sabias? No te puedo donar sangre -Comencé a llorar- Pero créeme que si pudiera te donaría toda la que tengo. Te pido perdón por lo que te hice, aunque yo no lo sepa, quiero que sepas que estoy muy arrepentido, por mi p*uta culpa tu estas así Betti -suspiré y limpié mis lágrimas- Te amo -La besé de nuevo- Te necesito junto a mi, no te puedes ir de mi vida Bettina ¡Te lo prohíbo! Si te vas es como si me quitaran el aire -Comencé a llorar de nuevo- Si es verdad lo que dice Jared que puedes quedar paralítica, no te preocupes, yo seré tus piernas, si quedas ciega, te donaré mis corneas si es necesario, y si pierdes la memoria, ten por seguro que estaré a tu lado hasta que la recuperes por completo.

Me senté sobre la camilla, justo al lado de ella. Me recargué sobre su pecho y comencé a llorar profundamente. No se cuanto tiempo estuve en esa posición, escuchando los cada vez mas débiles latidos de su corazón.

Bill: Y pensar que este bello corazón que escucho latir, algún día latió por mi, pero ten por seguro que el mio aun late por ti preciosa -Limpié mis lágrimas- “Remember, to me you'll be forever sacred, I'm dying but I know, our love will live, your hand above, like a dove, over me, remember, to me you'll be forever sacred” -Comencé a cantarle al oído, mientras intentaba controlar mi llanto aunque no pude- ¿Recuerdas cuando te dediqué esta canción? -suspiré y me callé un par de segundos- Te la dediqué hace ya varios meses, y quiero que sepas que para mi siempre serás sagrada mi amor -Me limpié una lágrima- ¡Te amo! -grité-


Comencé a llorar sobre su pecho, sentía claramente como mi corazón punzaba de dolor al tener al amor de mi vida debajo de mí muerta en vida.

 No podía evitar sentir horror al pensar que ella podría sufrir en el futuro, o simplemente ¡No tener futuro!.

Seguí llorando sobre su pecho, sin dejar de pedirle perdón por lo que sea que haya hecho, aunque no supiera lo que hice, algo me decía que era por mi culpa, y ver así a Bettina hacia que me dieran ganas de cortarme las venas por el simple hecho de tener el sentimiento de culpabilidad, pero no me mataría jamás, y menos en estos momentos que debo apoyar a Bett hasta su final, que espero que llegue en muchísimos años mas. 

Después de sumergirme en un mar de pensamientos, me quedé profundamente dormido, con la cabeza posada en el pecho de mi princesa, y mis ojos rojos y llenos de lagrimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Contribuyentes