Capítulo 45: ¡Te amo mami!
Narra Bettina:
Las dos horas de grabación habían sido muy estresantes, y más la parte final, cuando hice las escenas con Bill.
Narra Bettina:
Las dos horas de grabación habían sido muy estresantes, y más la parte final, cuando hice las escenas con Bill.
Fue muy especial filmarlas, pero de nuevo recordaba sus palabras y sentía como si una herida se abriera en mi corazón.
Salí corriendo hacia los camerinos, necesitaba hablar con alguien que no fuera Bill, cuando entré, Natalie estaba de pie afuera de la puerta de maquillaje, corrí hacia ella y la abracé, mi llanto aumento mas de lo que ya estaba.
No se cuanto tiempo estuvimos abrazadas, Natalie tan solo acariciaba mi cabello con sus manos, y me susurraba al oído cosas como “tranquila, sea lo que sea, se que todo estará bien”
Bettina: Lo siento -Dije separándome de ella mientras limpiaba mis lagrimas-
Natalie: No te preocupes Bett, ¿ahora si me dirás que es lo que te ocurre? -Dijo jalándome del brazo hacia un sofá que estaba dentro del camerino, y ambas nos sentamos en éste- Bien, ahora si dime que te ocurre Bettina -Dijo con una sonrisa que me provocó mucha confianza-
Bettina: Bill me engaña con otra -Dije lo más directo que pude-
Natalie: Vale, seguro que estas mal interpretando ¿Como afirmas eso?
Bill: Yo misma lo escuché cuando hablaba por teléfono con ella -Comencé a llorar de nuevo-
Natalie: Oh no llores más -Me abrazó- No se que habrás escuchado, pero solo te digo que conozco a Bill desde hace muchos años, y se que el seria incapaz de hacerte eso, el te ama -Dijo con una sonrisa-
Le comencé a contar lo que escuché, ella me dijo que era muy probable que yo hubiera confundido las cosas; algo me decía que debía hacerle caso a Natalie, pero mi sentido común me gritaba “No seas idi*ota, tu sabes lo que escuchaste” .
Bettina: Lo siento -Dije separándome de ella mientras limpiaba mis lagrimas-
Natalie: No te preocupes Bett, ¿ahora si me dirás que es lo que te ocurre? -Dijo jalándome del brazo hacia un sofá que estaba dentro del camerino, y ambas nos sentamos en éste- Bien, ahora si dime que te ocurre Bettina -Dijo con una sonrisa que me provocó mucha confianza-
Bettina: Bill me engaña con otra -Dije lo más directo que pude-
Natalie: Vale, seguro que estas mal interpretando ¿Como afirmas eso?
Bill: Yo misma lo escuché cuando hablaba por teléfono con ella -Comencé a llorar de nuevo-
Natalie: Oh no llores más -Me abrazó- No se que habrás escuchado, pero solo te digo que conozco a Bill desde hace muchos años, y se que el seria incapaz de hacerte eso, el te ama -Dijo con una sonrisa-
Le comencé a contar lo que escuché, ella me dijo que era muy probable que yo hubiera confundido las cosas; algo me decía que debía hacerle caso a Natalie, pero mi sentido común me gritaba “No seas idi*ota, tu sabes lo que escuchaste” .
Yo seguía llorando y Nat dándome consejos, cuando de repente entró Bill por la puerta, nosotras lo volteamos a ver y el tan solo se sorprendió ya que el creía que a mi me caía mal Natalie.
Natalie: bueno, los dejaré solos para que hablen un rato ¿si? -Se puso de pie- Betti, hazme caso -Me guiñó un ojo y después se dirigió hacia donde estaba Bill y le jaló una oreja- Idio*ta ya hablaré contigo luego -Le dijo saliendo de la habitación, Bill tan solo sonrió de medio lado-
Natalie: bueno, los dejaré solos para que hablen un rato ¿si? -Se puso de pie- Betti, hazme caso -Me guiñó un ojo y después se dirigió hacia donde estaba Bill y le jaló una oreja- Idio*ta ya hablaré contigo luego -Le dijo saliendo de la habitación, Bill tan solo sonrió de medio lado-
Bajé la mirada hacia el suelo, Bill se sentó en cuclillas delante de mí y me levantó la mirada hacia sus bellos ojos miel.
Bill: Por favor dime que te ocurre, me está matando tu actitud Bettina ¿A caso hice algo malo? Si es así dímelo, y prometo disculparme contigo -Dijo con los ojos llenos de lágrimas-
Bettina: Solo te diré que no puedo seguir siendo más tu novia, por favor Kaulitz, que aquí termine todo -Dije aguantando mi llanto-
Le dí un dulce beso en la mejilla, una lágrima resbaló por el rostro de ambos, suspiré y me puse de pie, salí corriendo sin rumbo fijo, lo ultimó que escuché decir a Bill fue un “Te amo” acompañado de una voz desolada.
Bill: Por favor dime que te ocurre, me está matando tu actitud Bettina ¿A caso hice algo malo? Si es así dímelo, y prometo disculparme contigo -Dijo con los ojos llenos de lágrimas-
Bettina: Solo te diré que no puedo seguir siendo más tu novia, por favor Kaulitz, que aquí termine todo -Dije aguantando mi llanto-
Le dí un dulce beso en la mejilla, una lágrima resbaló por el rostro de ambos, suspiré y me puse de pie, salí corriendo sin rumbo fijo, lo ultimó que escuché decir a Bill fue un “Te amo” acompañado de una voz desolada.
Corrí a toda velocidad, escuché como Kayla y Tom me dijeron algo pero corrí tan rápido que no les presté atención.
No se cuanto tiempo corrí ni hacia donde llegué, solo se que estaba en un campo, o ¿Seguía dentro de la pradera? No lo se, tan solo se que ya me había alejado bastante de donde estaban los demás.
Me detuve un rato, mi respiración estaba muy agitada, tallé mis ojos y suspiré, me senté en una piedra que estaba por ahí cerca y comencé a llorar susurrando su nombre, el nombre de la única persona que había logrado que esos est*upidos “sueños automáticos” abandonaran mi mente.
Bill, su nombre era lo único que podía repetir una y otra vez sin cansarme. Comenzó a oscurecer y yo no tenia ni la mas mínima idea de donde me encontraba.
Busqué mi móvil, pero me di cuenta de que lo había dejado en el camerino, lo único que llevaba conmigo era mi vestido, mis lagrimas, y mi alma pesada.
Coloqué ambas manos en mi rostro y cerré los ojos, y una bella imagen vino a mi mente.
-Mamá- dije en un susurro- Te extraño demasiado, no tienes idea de como te necesito -Dije llorando sin quitar ambas manos de mi rostro-
La imagen de mi madre no se borraba de mi mente, ella se estaba apareciendo en mis pensamientos, me quería decir algo, pero yo no podía descifrar que era lo que quería.
-Mamá- dije en un susurro- Te extraño demasiado, no tienes idea de como te necesito -Dije llorando sin quitar ambas manos de mi rostro-
La imagen de mi madre no se borraba de mi mente, ella se estaba apareciendo en mis pensamientos, me quería decir algo, pero yo no podía descifrar que era lo que quería.
¿Donde esta papá? ¿Porque te tuviste que ir cuando yo tan solo tenia 13 años? ¡Cuando más te necesitaba! Haría lo que fuera para que tu estuvieras aquí conmigo, abrazándome y ayudándome a superar mi primera decepción amorosa.
¡Te amo mami! Comencé a llorar desesperadamente, ahora mas que nunca necesitaba un abrazo de mi mamá, y justo ahora no estaba conmigo.
Su imagen seguía en mi cabeza, claramente pude ver que me dedico una preciosa sonrisa.
Levanté mi vista hacia el cielo, estaba iluminado por la luz de la luna y de unas pocas estrellas que merodeaban por el cielo.
Una pequeña brisa de aire recorrió mi rostro. Me levanté de la fría piedra en la que me encontraba sentada, limpié un poco mis lágrimas y me dirigí hacia una pequeña laguna que estaba por ahí, me senté en la orilla de ésta y sumergí mis pies en su cálida agua. Estuve ahí, con la mirada fija en la laguna varios minutos, las lágrimas salían por si solas, y yo las limpiaba constantemente.
-Bettina, Bettina- Escuché que alguien me susurró a lo lejos-
Giré mi vista un poco extrañada, según yo estaba sola en ese extraño lugar.
-Bettina, Bettina- Escuché que alguien me susurró a lo lejos-
Giré mi vista un poco extrañada, según yo estaba sola en ese extraño lugar.
Vi una sombra blanca a lo lejos ¿sombra blanca? Un escalofrió recorrió mi cuerpo. Me levanté del suelo y me puse los zapatos.
Caminé hacia la sombra, cada vez se alejaba más. Corrí para lograr ver quien era la persona que estaba ahí susurrando mi nombre, pero lo único que conseguí fue caerme.
Me golpee un poco la nariz y ésta comenzó a sangrar, hice un gesto de dolor, cuando volví a escuchar lo mismo .
-Bettina, Bettina- -Se escuchó, pero esta vez mas cerca-
-¡Quien eres! -Grité mientras cortaba un pedazo de mi vestido para limpiarme un poco la sangre-
-Bettina, Bettina- -cada vez se escuchaba mas cerca de mi-
Me levanté del suelo, coloqué una mano en mi frente, todo estaba oscuro, me dí media vuelta, y ahí estaba la sombra blanca.
-Bettina, Bettina- -Se escuchó, pero esta vez mas cerca-
-¡Quien eres! -Grité mientras cortaba un pedazo de mi vestido para limpiarme un poco la sangre-
-Bettina, Bettina- -cada vez se escuchaba mas cerca de mi-
Me levanté del suelo, coloqué una mano en mi frente, todo estaba oscuro, me dí media vuelta, y ahí estaba la sombra blanca.
Era una persona, tenia una dulce sonrisa y los ojos brillantes, me acerqué mas a hacia ella. Una sonrisa no pudo evitar salir de mi rostro al verla, no lo podía creer, una lágrima de felicidad y emoción escurrió por mi mejilla.
Me acerqué más, mientras mis ojos no dejaban de lagrimear y la sonrisa no podia borrarse de mi rostro.
-Mamá- Dije con la voz entrecortada, me acerqué mas a ella, y me tomo ambas manos.
-Pequeña, te amo demasiado, estoy aquí para decirte que jamás te dejaré sola, aunque no pueda estar contigo físicamente, siempre te apoyaré. La vida te esta poniendo muchas pruebas difíciles, y debes de ser fuerte, yo estaré contigo para que las superes, recuerda, siempre estaré contigo, y también con tus hermanos, diles que tu padre y yo los amamos, y que nos hace muy felices ver como han salido adelante solos. -Dijo con una dulce voz-
-No puedo creer que estés aquí, te he extrañado demasiado -Dije llorando-
Me lancé a abrazarla, pero caí al suelo, me levanté rápidamente para ver a donde se había ido, me di media vuelta, y ahí estaba ella con una sonrisa en su rostro, me quede quieta mirándola fijamente mientras no podía dejar de llorar de la emoción.
-Me debo ir pequeña, pero no sin antes decirte que tienes que hablar con Bill-
¡Te amo! -Le grité-
-Mamá- Dije con la voz entrecortada, me acerqué mas a ella, y me tomo ambas manos.
-Pequeña, te amo demasiado, estoy aquí para decirte que jamás te dejaré sola, aunque no pueda estar contigo físicamente, siempre te apoyaré. La vida te esta poniendo muchas pruebas difíciles, y debes de ser fuerte, yo estaré contigo para que las superes, recuerda, siempre estaré contigo, y también con tus hermanos, diles que tu padre y yo los amamos, y que nos hace muy felices ver como han salido adelante solos. -Dijo con una dulce voz-
-No puedo creer que estés aquí, te he extrañado demasiado -Dije llorando-
Me lancé a abrazarla, pero caí al suelo, me levanté rápidamente para ver a donde se había ido, me di media vuelta, y ahí estaba ella con una sonrisa en su rostro, me quede quieta mirándola fijamente mientras no podía dejar de llorar de la emoción.
-Me debo ir pequeña, pero no sin antes decirte que tienes que hablar con Bill-
¡Te amo! -Le grité-
Lentamente observe como su silueta iba desvaneciéndose en el viento, me dedicó una ultima sonrisa hasta que desapareció por completo.
Me tiré en el suelo y comencé a llorar aún mas, no podía dejar de pensar en sus palabras, me aconsejó hablar con Bill, tenía que hacerle caso.
Recuerdo que antes de que saliera al aeropuerto la misma tarde en la que murió me dijo “No olvides cortar las ultimas rosas blancas del jardín” y no lo hice, simplemente no me dieron ganas, y ahora, creo que debo hacerle caso a lo ultimo que me ha dicho.
Narra Bill:
No se cuanto tiempo estuve llorando en la sala de maquillaje, solo se que fue hasta que me ardieron los ojos.
Me levanté del sofá en el que me encontraba y me dirigí al baño a ver que tan corrido tenia el maquillaje.
Me enjuagué la cara, hasta que despinté mi rostro por completo, me dirigí hacia mi camerino, me asomé por la gran ventana que tenía este, admirando la gran belleza de la pradera, comencé a recordar los bellos momentos que pasé junto a mi Bettina, nuestro primer beso en el atardecer, cuando nos besamos bajo la luz de la luna, cuando le pedí que fuera mi novia y ella me dijo que si con una enorme sonrisa, y también recordé la primera vez que hicimos el amor aquella madrugada de navidad.
Todos esos momentos que algún día nos hicieron felices a ambos, y ahora ella ya no quería saber nada más de mi, y yo no sabia el porque.
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