viernes, 24 de febrero de 2012

Cap. 3O Automatic Dreams



Capítulo 30: ¡Me violaron!



Bill: Tranquila Betti, no me gusta verte así, me has tenido todo el día pensando en ti, y llego y veo la casa llena de guarros, y me asusté más porque todo parece que esto es por ti, dime que es lo que paso –Dije preocupado-

Bettina: No estoy bien Bill, todo el día he estado asustada, e intranquila, y tengo miedo –Apenas pude entenderle, ya que su llanto hacia que se le quebrara la voz-

Bill: mira, si me tienes suficiente confianza, puedes decirme que te ocurre, pero si no es así, no me lo digas si? –Dije limpiándole una lágrima de su rostro-

Bettina: Te lo diré ahora, pero necesito que me prometas que no me vas a juzgar, no te reirás, no me odiaras... –La interrumpí-

Bill: me conoces, y sabes que jamás te haría ninguna de esas cosas, te quiero muchísimo Betti, puedes confiar en mí –Le guiñé un ojo y le sonreí para que me tuviera confianza- 

Bill: es que mi familia se avergüenza de mí por esto, me odian, y cuando era una niña nos sacaron a mis hermanos y a mí del árbol genealógico por mi culpa, y todo por algo que pasó hace diez años

Bill: Como es posible que te odien, si eras tan solo una niña, que pudiste haber hecho para que te rechacen así –Dije confuso, creo que no le entendí bien, ¿Por qué si es algo que paso hace diez años porque hasta ahora están los guardias? ¿Qué pudo haber hecho una niña de ocho años para que su familia la odie y la saquen de la familia junto con sus hermanos? No lo se, tan solo me queda esperar a que me lo diga-



Bettina: déjame hablar, y no me hagas preguntas hasta que termine, solo te pido que no sientas lástima por mi y me prometas que no te avergonzarás de mi –Dijo llorando aún-

Bill: De acuerdo Betti, no diré nada hasta que acabes, y jamás me avergonzaría de ti –Le sonreí de nuevo para tranquilizarla, pero al parecer no funcionaba-



Bettina: De acuerdo, lo que pasa es que hace diez años, mi familia y yo, familia me refiero a mis abuelos, tíos, primos, mis padres, y mis hermanos, bueno, todos estábamos en una gran cena de navidad, cenábamos felices, recuerdo perfectamente –sonrió irónicamente- estábamos en la casa de mis abuelos, los padres de mi madre, era una gran mansión, estábamos todos reunidos en el patio de la casa, ahí había una enorme fuente decorada con luces navideñas, y al lado de ésta había un enorme árbol de navidad, decorado con moños, luces y demás cosas, y debajo de éste, había toneladas de regalos, cada uno para cada integrante de la familia. Se escucho un tintineo de una campana, el sonidito provenía de la entrada principal, todos curiosos volteamos a ver que era, y como era de esperarse, era mi abuela, tintineaba esa campana para anunciar que la cena estaba lista. Todos pasaron del patio a la cocina, en la que había incontables ollas y cacerolas repletas de diferentes guisados. Todos comenzaron a servirse su comida, recuerdo perfectamente que mi padre me sirvió mi comida, y mamá se la sirvió Kayla, y Jared como ya era grande, se la sirvió por si solo. Nos sentamos en una mesa todos los niños, en otra los jóvenes, y en otra los adultos, los niños cenábamos felices, cantando villancicos y conversando de nuestras aventuras.



 Terminamos de cenar, fuimos a comer dulces y a jugar un rato al patio. Mas tarde los adultos y jóvenes salieron a vigilarnos. 



A mí siempre me ha fastidiado estar con tantas personas, y más si están ebrias. Ese día la mayoría de mis tíos estaban ebrios, creo que los únicos sobrios eran mis padres. 



Me fastidié tanto al ver tanta gente diciendo est*upideces que me metí a dormir, sin decirle a nadie, me fui a la recámara de la abuela dispuesta a dormir. Como cualquier niña de esa edad, yo estaba emocionada por la llegada de Santa Claus (Papa Noel) y mis padres me habían hecho crecer con la idea de que si me dormía temprano, Santa tardaría menos en llegar. 



Llegué a la recámara, me quite mis pequeñas botas que traía puestas, y subí a la cama. Me quedé acostada, esperando a que el sueño me invadiera, hasta que escuché un ruido que provenía del pasillo, al parecer había alguien enojado, y se estaba desquitando con las cosas, ya que se escuchaban los cristalazos de los jarrones que adornaban el pasillo. Como cualquier niña curiosa, salí para ver que pasaba –Comenzó a llorar de nuevo-

Bill: ¿Segura que quieres continuar? Si no quieres no tienes que hacerlo –Dije abrazándola-

Bettina: Si, tengo que ser fuerte, y poder superar esto de una vez, así que te lo diré ya de una vez Bill, pero antes abrázame por favor –Dijo aventándose hacia mi, inundándose en un profundo y cálido abrazo, lleno de dolor, del dolor de Bett-

Bill: Claro que si mi nena, quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, y sea lo que sea lo que te esta pasando, sabes que jamás te juzgare –La seguí abrazando fuertemente, hasta que ella continuó con su historia abrazada de mí-

Bettina: -Suspiró- Cuando salí a ver que pasaba, uno de mis muchos tíos ebrios que estaban abajo, estaba en el pasillo, el tío Marlon, estaba ebrio, su móvil estaba destrozado en el suelo, los jarrones estaban rotos, y su mano la tenía bañada en sangre. 



Tímida al ver esa escena, intenté entrar rápidamente a la habitación, pero mis pies me fallaron, y caí al suelo. Mi tío que no se había dado cuenta de que yo estaba observándolo, se giró hacía mi, en sus ojos se podía ver el odio, al parecer le habían marcado a su móvil y le dieron una muy mala noticia, porque estaba furioso –Suspiró intentando calmar su llanto- Me tomó del brazo, de una manera violenta, y me obligó a ponerme de pie, cuando lo logró, me tomó del cuello con ambas manos y me dijo “Que es lo que estabas mirando niña est*upida” Yo asustada no contesté, tan solo negué con la cabeza. Ese señor, intentando desquitar toda su furia y ebriedad contra mí, me empujó hacia la habitación, caí al suelo, me pegué un poco en la nariz, pero al parecer fue un golpe fuerte, porque ésta comenzó a sangrar.



 Voltee a ver que era lo que estaba haciendo mi tío, el dolor del golpe, y el miedo me estaban comenzando a controlar, y mis ojos no resistieron y comenzaron a explotar haciendo que un mar de lágrimas corriera por mis mejillas. Mi tío estaba parado en frente de mí, cada vez se acercaba más y más, hasta que me cargó entre sus brazos, y me aventó con fuerza hacia la cama, después me dio una bofetada y me volvió a sujetar del cuello con ambas manos, y me gritó furioso “Deja de llorar ahora”. El dolor y el miedo seguían apoderados de mi cuerpo, así que no pude obedecer su orden, y mis ojos seguían derramando lágrimas. Se apartó un poco de mí, se quitó la camisa, y se acostó a mi lado, me abrazó, y comenzó a besarme violentamente por todo el cuerpo.



 Esa noche yo tenía un vestido puesto, y Marlon me lo arrancó, desgarrándolo de golpe. Yo comencé a gritar, me estaba dando mucho miedo lo que estaba haciendo mi tío, y éste para callarme me dio otra bofetada, dejándome la marca de su mano en mi infantil rostro. 



Abrí los ojos, y para mi sorpresa, mi tío ya estaba totalmente desnudo delante de mí, y yo también lo estaba, al parecer me desmayé por unos segundos, porque no recuerdo que él me haya quitado mi ropa interior. Él se acerco más a mi, se encimo sobre mi pequeño y frágil cuerpo, y comenzó a penetrarme salvaje y desesperadamente. No quise gritar para que no me fuera a golpear de nuevo, pero no sirvió, porque como yo seguía llorando, él me volvió a dar una bofetada, comencé a mover mis brazos sin control, para intentar que se saliera de mí, pero no lo logré, porque me tomó fuertemente de éstos, y no me soltó hasta que terminó con su objetivo, violarme. 



El cansancio en él provoco que se tirara sobre mí, se quedó dormido. Como estaba bastante pesado, no logre salirme de debajo de su cuerpo, y ahí me quede, llorando, con sangre en mi nariz, y con marcas de golpes en mi cara y en mis brazos. No se cuanto tiempo estuve con su asqueroso cuerpo sobre el mío, solo recuerdo que en ese momento sentí que el cuerpo se me desgarraba, me dolía la cara, los brazos, y el cuerpo entero, ya que yo siendo una niña de ocho años, acababa perder mi virginidad de una manera violenta. De repente comencé a escuchar que alguien gritaba mi nombre en el pasillo, quise gritar, pero mi cuerpo estaba repleto de dolor, que tan solo salían hilos de voz de mi garganta. Escuche un “Debe estar dentro, la puerta tiene llave”, y segundos después alguien estaba abriendo la puerta de la habitación. 



Yo tenía la vista nublada, y no pude ver nada, tan solo escuche el ruido de la puerta al abrirse, y poco después los gritos de una mujer, era mi abuela, escuche que sus pasos cada vez se acercaban más, supongo que quería ver quien era la persona que estaba debajo de mi tío, al verme, se puso pálida, parecía hoja papel y comenzó a gritar de nuevo, me le quede viendo con miedo y con esperanzas de que me salvara, pero ella solo me observaba con una ceja enarcada.



 Sus gritos provocaron que alguien más entrara a la habitación, eran dos de mis tíos, y mis padres, éstos quitaron a mi tío de encima, lo dejaron tumbado en el suelo. 



Mi madre corrió a abrazarme y se puso a llorar desconsolada, mientras todos los demás me observaban perplejos. Mi abuela histérica me grito unas cosas terribles, recuerdo perfectamente las palabras que usó “Eres una niñata de ocho años y ya eres zorra, te metiste con mi hijo, eres una pu…” antes de decirme “Eres una p*uta”, intentó golpearme, con una bofetada, pero mi madre le tomó la mano evitando todo.

-Maura– Le dijo mi madre, Maura es el nombre de mi abuela- que no ves que esta golpeada? Es obvio que el infeliz de tu hijo abuso de ella- Dijo mi madre con la voz entrecortada por el llanto-



-No soy idio*ta! Mi hijo no es capaz de abusar de su sobrina, esta más que claro que ésta –me señaló- se aprovechó de su ebriedad para seducirlo y tirárselo rápidamente –dijo mi abuela, en ese entonces yo no entendía nada de lo que dijeron-

Mis padres sacaron a todos de la habitación, haciendo que quedáramos tan solo ellos, mi abuela y yo, incluso sacaron a mi tío, lo empujaron ya que estaba como muerto sin poder moverse debido a su borrachera –Bett respiró hondo, se refugió llorando en mi pecho unos cuantos segundos-



Después Bettina se separó un poco de mi para ver la expresión que puse, supuse que mi expresión seria la de un idi*ota con ojos y boca abiertos como platos, no podía creer lo que me estaba diciendo, ¿De verdad ese infeliz había sido capaz de abusar de ella? ¿Esa era la razón por la cual ella sufre pesadillas todas las noches? ¿Por qué no me lo dijo antes? ¿Por qué pensó que por eso yo la iba a despreciar? ¿Qué tenían que ver los guaruras con esto? Millones de preguntas comenzaron a llover en mi cabeza.

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