martes, 30 de octubre de 2012

Cap. 95 Automatic Dreams (Tercera parte)



Capítulo 95 – FINAL: La 

despedida. (Tercera 

parte)


—Bill.. ¿Te quedas a desayunar? —Preguntó Jared, intentando aligerar el ambiente lo más rápido posible.

—De echo, yo tenía planeado invitar a Bett a desayunar a algún lindo lugar, pero veo que ustedes ya están comiendo, así que ¡Claro! Me quedo. —Respondió con una sonrisa. —¿Nuestra madre está aquí? Salió de casa sin avisarnos. —Preguntó mi novio después de un rato, mientras se acomodaba en un lugar vacío de la pequeña mesa.

—No, no ha venido, y eso es algo extraño porque siempre a ésta hora ya está aquí. —Respondí. —¿A caso ella tampoco sabe que hoy se van?

—Sí.. si lo sabe, por eso pienso que es extraño que haya salido sin decirnos a dónde.

Continuamos debatiendo el tema sobre la posible ubicación de Simone en lo que Jared preparaba unos waffles para que Bill desayunara.
Mientras comíamos, él nos contó a mi hermanito y a mí sus planes de trabajo. Por obvias razones, yo no lograba entender mucho sobre el tema del mundo del espectáculo, lo único que logré captar fue que a partir de hoy, lo mejor para Tokio Hotel estaba por comenzar...


Narra Tom:

—Vamos Kayla.. abre la puerta... Por favor.

—¿Para qué? Creo que no tenemos nada de que hablar ¿O si?

—Tal vez tú no, pero a mí me gustaría verte, no se cuando volveremos a vernos, y quisiera...

—¡NO ME IMPORTA! —Me gritó. Lo cierto es que ya la había cansado. Había estado al rededor de quince minutos del otro lado de la puerta de su habitación, insistiendo con lo mismo, y ella no cedía, de su boca solamente salían sus rotundos “NO”.

—Mi amor, no me hagas esto por favor.

—Está bien, abriré la puerta únicamente durante cinco minutos, en ese periodo de tiempo tendrás que decirme todo ¿De acuerdo? —Preguntó con un tono de voz sumamente cansado.

—De acuerdo... gracias. —Sonreí triunfante, en lo que observaba como la perilla de la puerta giraba lentamente. —Gracias. —Repetí en cuanto la puerta se abrió y pude observar a mi novia. Tenía los ojos aguados y cansados, en sus ojos había unas notables ojeras, y su rostro lucía pálido. ¿A caso eso lo había causado yo? Preferí no mencionar nada sobre ello, en mis planes no estaba una pelea más con Kayla, y menos sobre su apariencia.

—Explicame que quieres Tom, estoy cansada de lo mismo. Tú siempre pidiéndome perdón, yo haciendo corajes, llorando.. Solamente dime que es lo que quieres ahora.

—Quiero que me digas porque te estás comportando así conmigo.

—Ya te lo he dicho mil veces..

—Pues no logro entenderlo, quiero que me lo digas de nuevo. —Repliqué.

—No lo haré... —Observó su reloj que traía en la muñeca... —Te quedan tres minutos. —Sentenció.

—Eres alguien muy especial para mí, y me duele tu actitud distante. Sólo quiero que me digas... —Suspiré, un nudo en mi garganta comenzaba a formarse. —¿Aún me amas?

—Te quiero mucho Tom.. pero..... —Me perdí en lo que dijo después.. ¿Acaso había dicho “Quiero”? Preferí no mencionar nada... —.....apoyo..

—¿Qué? —Pregunté, me había perdido en mis pensamientos que no hice caso a lo que ella acababa de decirme.

—Que me duele que te vayas y me dejes sola. Necesito que me des tu apoyo con los bebés.

—Mi apoyo siempre lo has tenido, lo tienes y lo tendrás, no hace falta que me lo digas.

—Pero a ti lo que te importa es estar conmigo Tom; lo que yo quiero es lo que menos importa. Lo importante es lo que Layla y Freddy necesitan, acaban de nacer, están muy pequeños aún y necesitan sentir el cariño de su padre cerca, y tú solamente te preocupas por mí.. necesito que lo entiendas.. ¡YO NO IMPORTO! Los únicos que importan son ellos...

Kayla no se había dado cuenta, o eso me parecía, pero sus ojos ya habían estallado en lágrimas y la voz se le entrecortaba por lo mismo.
Antes de que terminara de hablar, la jalé de la cintura, hasta que su cuerpo quedó pegado al mío; y sin pensármelo dos veces, la besé.. profundamente.

—Sé perfectamente que ellos deberían ser lo primordial en mi vida, pero no es así. Tú eres mi primer amor Kayla, y ellos son el segundo. Lo primordial en mi vida eres tú, eres la única persona de la que me he enamorado de verdad, y sé que si tú estás conmigo, podré tener a mis tres amores juntos.. —Y la volví a besar. Ella se había quedado en completo shock y no me respondió el beso muy bien. No profundizamos mucho, y enseguida nos separamos. La abracé lo más fuerte que pude, como si mi vida dependiera de aquel cálido abrazo. —A demás, si no te tuviera a ti, jamás los habría tenido a ellos, así que por favor no te alejes de mí, porque si tú te alejas, estarías alejando a mis tres amores, y eso es lo que menos quiero. —Una lágrima se deslizó lentamente por mi mejilla... Me separé un poco de ella, para poder cruzar miradas. Ambos estábamos llorando, yo no sabía exactamente porque, quizás había sido un conjunto de sentimientos encontrados...

—Tú también Tom.. eres mi primer amor. —Mentira, ella misma me había confesado que Paolo había sido su primer amor, pero decidí no replicar nada para no romper lo preciosa que se estaba tornando la situación. —Desde que tenía once años he estado enamorada de Tom Kaulitz.. —Retirando lo dicho, su primer amor siempre he sido yo, aunque antes era un platónico.. —Y te juro aquí y ahora, que no nos alejaremos de ti nunca, ni mis bebés, ni yo.. —Me abrazó de nuevo, y yo sonreí.

—Nuestros bebés.. —Repliqué sonriente, lo cierto es que lo que acababa de oír me había dado un alivio profundo.

—Exacto.. NUESTROS.. —Depositó un ligero beso en mi mejilla, sin romper el tierno abrazo. —Y por si ya se te había olvidado, te recuerdo que tú y yo estamos comprometidos.. así que no podemos distanciarnos.. —Se rió, y yo también.




Narra Bill:

—Jamás pensé tener un cuñado mundialmente famoso.. y para mi sorpresa ¡Ahora tengo dos!.. —Exclamó Jared, y yo me reí. Su cara se había convertido en todo un poema después de que le contara todo lo que Tokio Hotel estaba a punto de hacer.

—Y gran parte de esa fama mundial que tenemos, es gracias a Bettina... —Mencioné, observando a mi novia.

—¿A mí? ¡Yo no tengo nada que ver! El éxito obtenido es únicamente crédito de ustedes. —Replicó ella, y yo, me reí.

—Bettina claro que no, gran parte es por ti. Tokio Hotel aumentó demasiado su fama cuando hicimos el concierto de sangre.

—¿¡Que!? —Preguntó ella, totalmente sorprendida ante lo oído.

—Cuando tú estabas en coma necesitabas sangre y era muy difícil de conseguir, así que hicimos un concierto gratis, y allí la gente podía pasar a donar sangre. Conseguimos sangre de todos los tipos, menos del tuyo, así que toda esa sangre obtenida la enviamos a diferentes países.. La historia es un poco larga para contar.. —Sonreí, recordando la bella acción que habíamos hecho.

—Vaya.. no sabía eso Bill.. ¿Porque no me lo habías dicho antes? Lo único que sabía era que ustedes habían hecho una conferencia de prensa y a ti te había dado un paro cardíaco..

—No.. créeme.. hicimos de todo por conseguirte la sangre que necesitabas.. pero nada funcionó, lo único que pudimos hacer fue pedirle a Marlon..

—Y pensar que ahora tengo su sangre dentro de mí... —Murmuró Bett, observando sus antebrazos sin poder creer aún lo que acababa de decirle. —¿Dónde está Marlon ahora? Hace más de un mes que no se ha aparecido..

—Jared... —Observé al hermano de mi novia, quien inmediatamente se había puesto nervioso y se mordía el labio. Me miró, y soltó un gran suspiro. Era hora de confesar la verdad. —Habla...

—Que ocurre.. —Bettina observó a su hermano con una mirada que no supe clasificar, era entre suplicante y desesperada, y a la vez asustada..

—Bill, yo no pensaba decirle nada.. —Me dijo, lanzándome una mirada asesina. Definitivamente acababa de meter la pata.

—¿¡Que me ocultas Jared!? —Gritó Bettina, mientras azotaba inconscientemente sus manos contra la mesa, causando un sonido un tanto estruendoso. Jared comenzó a ponerse más nervioso, si es que eso era posible.

—Bettina ese imbécil te besó a la fuerza cuando estabas internada en el hospital, yo no iba a permitir que todo se quedara así, y me vi obligado a ajustar cuentas con él... —Musitó mi cuñado, que al recordar lo ocurrido comenzó a enojarse.

—¡Que hiciste! —Gritó Bettina. Ella estaba comenzando a horrorizarse de sólo imaginarlo. La abracé suavemente, recargando mi cabeza en su hombro, indicándole que nada malo había pasado.

—Bill me prestó a sus guardaespaldas, y los contraté para que le dieran una paliza que jamás podrá olvidar. Todo fue tan brutal que terminó en el hospital. Al final cuando lo dejamos completamente tirado, me acerqué hacia él y le advertí muy claro todo, que no quería que volviera a aparecer si no lo estrangularía yo mismo con mis propias manos.... —Dijo mi cuñado, apretando los puños, y sonriendo con malicia al recordar lo pasado.

—Tú.. tú.. Ja.. Jared.. tú.. ¿Tú también lo golpeaste?... —Titubeó mi novia. —Tú también participaste o sólo fueron esos hombres...

—Yo también.. —Sentenció.

—No lo puedo creer... —Murmuró, y sin tiempo para que me diera cuenta, sentí la palma de su mano azotar contra mi mejilla. Me dio una bofetada, no muy fuerte, pero lo suficiente para conseguir que mi cabeza se girara brutalmente hacia el lado contrario y me desorientara por la sorpresa. —¡Es tu culpa Bill! —Me gritó.

—¿¡Porque!? —Pregunté sorprendido, acariciándome la mejilla para calmar el picor.

—Tú le prestaste esos hombres a Jared... Mi hermano pudo haber terminado muy mal por tu culpa...

—Bettina no.. todo fue mi idea, no culpes a Bill. —Me defendió mi cuñado. Y yo, tan confundido que no sabía si lo que decía Bettina era razonable o no.

—Yo... —Dije, pero antes de que pudiera decir algo más Bett me interrumpió.

—Lo siento Bill, pero el sólo pensar que algo le pudo haber pasado a mi hermanito... —Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de mi novia, y ella inconscientemente colocó ambas manos en su rostro. No sabía porque lloraba, pero presentí que era por miedo, o nerviosismo. Me acerqué más hacia ella y la abracé fuertemente. —...¿Donde está Marlon ahora..?

—No lo sabemos. —Musitó Jared. —Desde aquel día, lo último que supimos fue que estuvo tres días en el hospital, y desde entonces no ha aparecido, y dudo que lo haga..

—Eres tonto Jared, ahora tengo más miedo del que tenía antes, ese hombre va a buscar venganza.. —Y mi novia se soltó a llorar más contra mi hombro. Mordí mi labio inferior, no sabía que hacer para tranquilizarla, para mí era imposible de imaginar la fobia que Bettina le tenía a su violador... Yo solamente la abracé más fuerte..

—Hola.. —Escuchamos dos voces al unísono saludar desde la puerta. Nos sorprendimos al darnos cuenta de que eran Tom y Kayla tomados de la mano, y mi cuñadita posaba su cabeza con ternura en el ancho brazo de mi hermano.

—¿Que tienes Bett? —Preguntó Kayla, transformando su rostro de feliz a preocupado en cuestión de segundos.


Y antes de que pudiéramos darnos cuenta, Kayla ya nos había sacado de la cocina a Jared, Tom y a mí, para poder tranquilizar a su asustada hermana mayor.


—Bill.. —Me llamó mi hermano, sentado desde el sofá, yo me encontraba caminando en círculos por toda la sala, mientras que Jared y Tom estaban sentados en el mismo sofá.

—¿Que..? —Pregunté, deteniéndome, observando curiosamente a mi gemelo, instándolo a continuar.

—Debemos irnos al aeropuerto en una hora..

Y ahí fue cuando el mundo se me vino encima.. ¿Ahora? ¿Tan pronto? Había llegado el momento de decir.. Adiós...








PD: este no es el ''final'' por completo.. aún falta que ponga el Epílogo para dar por terminado vale? ya lo tengo escrito, así que lo subiré en un par de días ;) espero que les guste..!! :)
[Con el epílogo viene una gran sorpresa!!]

Atte: JennRo

jueves, 18 de octubre de 2012

Cap. 95 Automatic Dreams (Segunda parte)


Capítulo 95 – FINAL: La 

despedida. (Segunda 

parte)


—Bill.. —Escuché una voz proveniente de la puerta de la cocina. Lentamente alcé la cabeza para ver a mi hermano, quien estaba mirándome con expresión preocupada y extrañada. Seguro me veía fatal, las lágrimas me habrían arruinado completamente el maquillaje, y seguro que los ojos los tendría rojos e hinchados a más no poder. —¿Estás bien..? Necesitas.. ¿Necesitas apoyo? —Preguntó mientras comenzaba a acercarse, hasta sentarse en una silla en frente de mí, del otro lado de la mesa.

—No se que hacer Tom, me siento demasiado confundido.

—¿Porque? Bill, tienes que ver el lado positivo, ahora la banda está llegando más lejos de lo que imaginábamos..

—¡Ya lo se! —Golpeé la mesa en un impulso. —Pero el maldito dilema aquí es que no quiero separarme de Bettina...

—¿Y crees que yo si quiero separarme de Kayla y de mis hijos? Joder.. sabes que cuando decidimos formar la banda diez años atrás, supimos desde un principio que tendríamos que pasar por muchos sacrificios..

—Si, pero yo jamás imaginé que tendría que dejar a mi novia paralítica para irme a cantar a los escenarios. Ella me necesita Tom.

—Tengo que hacer que te des cuenta de que estás pensando solamente en ti. No seas egoísta, Georg y Gustav no tienen la culpa de que nosotros ahora tengamos una nueva familia.

—¿A que viene eso? —Pregunté, comenzando a irritarme y a desesperarme más por no saber que hacer, y más aún que las palabras de Tom no me estaban sirviendo de mucho.

—Me refiero a que ahora nosotros somos los que menos importamos, los más importantes son los fans. Ellos nos están esperando con los brazos abiertos, deseando ver el regreso de su banda favorita; sin embargo nosotros estamos haciéndolos de lado por culpa del amor. Nos estamos alejando de ellos todo porque ahora ya tenemos pareja. Georg también tiene novia y él ansía volver a la gira lo más rápido posible...

—Me sorprendes Tom.. es la primera vez en la vida que no logras comprenderme. —Me crucé de brazos, ya que si no lo hacía, terminaría soltándole un puñetazo a mi hermano en la cara, y eso era lo que menos queríamos todos.

—Tú eres el que no quiere comprenderme a mí.. —Suspiró. Se puso de pie y comenzó a dirigirse hacia la salida, deteniéndose en el umbral de la puerta. —Te espero en la habitación en diez minutos, tenemos que comenzar a bajar las maletas para subirlas al auto. —Sentenció, para después salir de la cocina, dejándome hecho un completo lío.

—Tienes razón Tom.. —Murmuré para mí mismo, justo cuando mi hermano desapareció por la puerta.

Limpié mis lágrimas mientras me ponía de pie y solté un suspiro ahogado.
Ahora tenía mi objetivo claro, y no lo iba a dejar perder.

Caminé hacia el baño, y abrí el grifo del lavamanos, comenzando a hundir las manos en las frías gotas de agua, para después sumergir mi cara en ésta, tenía que quitarme todos los restos de maquillaje corrido.

Minutos después salí del baño hasta que me sentí completamente tranquilo, y volví a la habitación con Tom; y sin decir nada, comenzamos a bajar el equipaje por las escaleras.
Subimos las maletas a la camioneta de mi hermano, ya que era mucho más grande que mi Audi.

Cuando todo estuvo en el listo y nos aseguramos de que no olvidábamos nada importante, nos dirigimos al patio trasero de la casa, donde se encontraban nuestros cuatro perros. Dos de ellos dormían plácidamente sobre sus cómodas camitas, uno de ellos bebía un poco de agua, y el otro mordía uno de sus peluches.

—¡Bfff! Los voy a extrañar mucho. —Murmuró Tom por lo bajo, con un ligero toque de nostalgia en su voz.

—No serás el único, ellos son cómo... nuestros hijos. —Respondí. Tom asintió.

Ambos les acariciamos el lomo a cada una de nuestras mascotas, y de nuevo nos dirigimos hacia la salida de la casa, no sin antes asegurarnos de que nuestros pequeños tenían suficiente agua y comida. La suficiente hasta que nuestra madre regresara a casa y los alimentara de nuevo.



—Tom.. ¿Dónde está mamá? —Pregunté mientras observaba de reojo a Tom, quien conducía muy tranquilo, sin despegar la mirada del parabrisas.

—No lo sé, pero podría jurar que fue a casa de Kayla y Bettina, sabes que casi siempre va a visitarlas a ellas y a sus nietos.

—¿Sabes? Me sorprende que mamá siempre ha sido muy sobreprotectora y celosa con nosotros, y ahora acepta muy amablemente que ambos tengamos novias. —Mencioné.

—Supongo que no le queda opción, sabe que debíamos encontrar a nuestra pareja algún día. A demás de que yo ya le di nietos, y tú estás muerto de amor por tu novia y ella no puede hacer nada al respecto. —Respondió mi hermano.

Seguimos conversando un largo rato, sobre cosas sin mucha importancia. Todo mientras nos dirigíamos a aquel lugar, en el cual pasarían muchas cosas...


Narra Kayla:

Dolor Vs. Tristeza... Amor Vs. Capricho.. ¿Cuál era la realidad de mi vida? Ni yo misma lo sabía. Lo único que sé ahora es que soy demasiado inmadura para asumir un papel tan importante en mi vida.

Me encontraba frente al espejo del tocador, cepillando mi larga cabellera. Después de haber estado llorando y berreando toda la noche e intentar hacer que mis hijos se durmieran después de yo haberlos despertado varias veces por el ruido que propiciaba; llegué al punto de quedarme ronca, con la voz casi inaudible, afónica.

Ahora que me lo preguntaba.. ¿Algún día Tom se hartaría de mí? Desde que nacieron mis hijos, lo único que yo hago es reprocharle y echarle en cara todo lo que se me ocurre.
Siempre había pensado que la de la razón era yo, pero ahora que reflexionaba.. ¿Realmente la tenía?

Terminé de arreglar mi cabello. En el comedor me esperaban mis hermanos para desayunar.
Mis bebés, como siempre, dormían tranquilos en su cuna, después de haberlos alimentado muy bien. Así que me dejarían ir a comer sin preocuparme por dejarlos solos.


—Kayla, Bill vendrá a verme ahora, seguro que no tarda en llegar. —Mencionó mi hermana, en cuanto todos ya estábamos comiendo.

—Vale, deséale suerte de mi parte, creo que se lo merece. —Respondí, para después introducir el tenedor repleto de comida en mi boca.

—¿No quieres que le diga que traiga a Tom con él? Es una buena idea.. creo que ustedes dos necesitan... —La interrumpí.

—Bill y Tom más que gemelos parecen siameses, siempre están juntos, así que no hace falta que hagas nada, podría jurar que Tom va a venir con él aunque yo le dijera que no.

—De acuerdo pero.. ¿Tú quieres que venga?

—No tengo ganas de verlo. ¿Tú si quieres que venga Bill? Pareces incluso ilusionada por verlo.

—La verdad es que si, me ilusiona que venga. Sabes que lo quiero mucho, y no me sentiría a gusto sin verlo antes de que se vaya de viaje.

—Que estúpida eres Bettina.. —murmuré.

—¿Perdón? —Preguntó mi hermana, observándome con una ceja alzada, incapaz de entender. —Tal vez sea estúpida, pero prefiero serlo antes de ser una maldita mocosa caprichosa y orgullosa como tú.

—Hey niñas... —Intervino Jared en tono amenazante. Ya me había olvidado de que se encontraba en la misma mesa desayunando con nosotras, ya que no había mencionado ninguna palabra desde que comenzamos a comer.

—Pareciera que últimamente todos están empeñados en echarme en cara lo que soy. —Musité, y sin permitir a Bettina replicar algo, me puse de pie y salí de la cocina, dirigiéndome hacia mi habitación.


Narra Bettina:

—Uff... Kayla tiene carácter. —Mencionó Jared.

—No es eso, creo que me pasé con lo que le dije. —Respondí.

—¿Que le dijiste? —Jared y yo, asustados, volteamos a ver de inmediato el umbral de la puerta, donde habíamos escuchado aquella pregunta. Allí se encontraba Tom, de pie y con los brazos cruzados, observándonos fijamente esperando una respuesta.

—Tom.. ¿Que haces aquí? ¿Cómo entraste? —Preguntó Jared, sorprendido, mientras se ponía de pie y se dirigía hacia donde se encontraba el susodicho.



—Cuando ustedes se fueron a Berlín, Kayla me dio una copia de la llave. Pero ese no es el asunto, ¿De que hablaban? —Respondió.

—Hola. —Saludó Bill, quien apareció justo detrás de su hermano.

—Tom, lo mejor es que vayas a hablar con mi hermana, últimamente está teniendo actitudes muy rebeldes, así que te suplico que le tengas paciencia. —Dije. Bill se acercó hacia mí, hasta arrodillarse a mi lado, dándome un tierno abrazo.
—De acuerdo, iré a su habitación; porque supongo que está allí ¿Cierto?

—Si.. —Respondí.

—Vale.. deseenme suerte. —Rió mi cuñado, justo antes de desaparecer por la puerta, encaminándose hacia la habitación de mi hermana.


CONTINUARA....

domingo, 7 de octubre de 2012

06 de Octubre~

El día Lunes 06 de Octubre del año 1997 

Ese día nací yo..! hahaha si así es... El día de ayer fue mi cumpleaños.. :3 cumplí 15 y la verdad es que me lo pasé muy bien.. 
Estuve con mi Fan club y con mi familia.. ¿Que más puedo pedir?

No tengo nada más que decir.. solamente que ahora tengo un año menos de vida xDD

Dejaré unas cuantas fotos de cuando era pequeña :3













                                              









viernes, 5 de octubre de 2012

Final de Automatic Dreams! :))

Buen día a todos! (:
Escribo esta entrada solamente porque quiero decirles algo.. Obviamente es para decirles que ya subí el Final de Automatic Dreams! PEEEEERO... El capítulo me salió muucho más largo de lo que esperaba.. así que he decidido dividir el capítulo en partes vale?

Ahora ya subí la primera parte, pero aún no se cuando subiré la segunda, pues porque aún no la tengo escrita :// y tampoco se si habrá una tercera parte xD así que espero ustedes me entiendan. No se cómo lo haré, pero sacaré inspiración de debajo de las piedras.. pero les prometo no tardar demasiado con los capítulos.. y menos que es el FINAL!

G R A C I A S - P O R - L E E R 

Pronto regresaré con lo demás :))

Atte: JennRo

Cap. 95 Automatic Dreams (Primera parte)


Capítulo 95 – FINAL: 

La despedida. (Primera 

parte)



—Si hay algo que odio, son las actitudes que tiene Kayla algunas veces. —Mi hermano golpeó el volante del auto mientras nos dirigíamos a casa, estaba realmente molesto, tanto que ni siquiera se había despedido de Kayla antes de salir.

—Debes entenderla, sigue siendo una niña..

—Ya no, ya casi va a cumplir 17 años y sigue siendo igual de... ¡buuf! Igual de tonta como cuando la conocí.

—¡Tom! Se supone que la amas, no debes de expresarte así de ella.

—Sus actitudes me dan cólera.. y lo que más me jode es que a pesar de todos sus berrinches yo la sigo queriendo igual, o incluso más que antes... Debí de haberla mandado a volar desde hace tiempo..

—No lo hiciste por amor Tom, amor hacia ella y hacia TUS hijos.

—Ya lo se. —Sentenció mi hermano, dando por terminada la conversación.

Cuando por fin llegamos a casa, comenzamos a hacer las maletas. No teníamos mucho que empacar, ya que todos los atuendos necesarios para la gira se encontraban en una de las bodegas del estudio de grabación, y el encargado de empacar todo eso sería David y algunas personas del staff.

Mientras empacábamos, Tom no me dirigió la palabra. No porque estuviera molesto conmigo, sino porque estaba pensativo, y yo sin necesidad de preguntarle nada, supe que era lo que pasaba por su mente: KAYLA.

—Tom, no te rompas la cabeza dándole vueltas a lo mismo, todos los noviazgos normales tienen peleas. —Dije acercándome a él, colocando mi mano en su hombro, brindándole unas no tan buenas palabras de aliento.

—Entonces tu noviazgo con Bettina no es normal, porque si no mal recuerdo ustedes nunca se han peleado.

—¡JA! ¿A caso no recuerdas la razón por la cual Bettina tiene una pierna inmóvil? Es porque tuvimos una pequeña discusión.. ¿Ya recuerdas? Y esa pequeña discusión terminó en algo trágico, no quisiera que te pasara algo similar a ti con tu novia.

—Tienes razón Billo.. —Suspiró, relajando un poco su expresión. —Me gustaría que mañana nos acompañaran todos ellos al aeropuerto para despedirnos...

—Verás que lo harán, por eso tú y yo iremos a visitarlos por la mañana, para disculparnos ¿O no? —Asintió, con una ligera sonrisa de medio lado en su rostro.

Narra Bettina:

¡Puuum!
Escuchamos un ligero portazo justo cuando Bill y Tom salieron de la casa, y de repente, una culpabilidad me azotó en el pecho ¿A caso nos habríamos pasado? Kayla y yo teníamos razón en molestarnos, pero no de esa forma.

En cuanto escuché aquel portazo, me solté a llorar, con la manos en mi rostro, cubriéndolo casi por completo.
Escuché los pasos de Kayla alejarse rápidamente, supuse que se había ido caminando, ya que si no fuera por la cesárea, hubiera salido corriendo.

Jared y yo no tardamos mucho en escuchar un nuevo portazo, proveniente de la habitación de mi hermana, que casi podría jurar que despertaría a los bebés, haciendo que ella se pusiera de más mal humor.

Ella sin duda sí se había pasado con la cantidad de insultos que le había propiciado a Tom, y unos cuantos hacia Bill, quienes solamente se habían quedado callados, escuchando como mi hermana se desahogaba.


—Bett.. tranquila.. ¿Estás bien? —Preguntó Jared, justo después de que Kayla saliera de la cocina llorando, porque sí, ella también se había soltado a llorar casi al mismo tiempo que yo.
Mi hermano se acuclilló delante de mí, y apartó algunos mechones de cabello de mi cara, para poder hablar mejor conmigo.

—¿Es en serio que se van..? —Pregunté con la voz temblorosa, mientras quitaba las manos de mi rostro y comenzaba a limpiarme las lágrimas, sin importarme quedar como un mapache debido al maquillaje corrido.

—Creo que nunca han hablado más en serio pequeña.. a demás es parte de su trabajo..

—Ya lo sé.. pero no quiero que se vayan.. —Observé a mi hermano a los ojos, él me miraba preocupado, y yo, destrozada.

—Betti... no..

—No me digas nada más Jared, sólo abrazame ¿Si? —Estiré los brazos, lanzándome inmediatamente hacia mi hermano, y comenzando a llorar con más fuerza contra su cuello. Él solamente me daba ligeros golpecitos en la espalda y me apretaba más hacia él, intentando controlar mis lágrimas.


Narra Bill:

¡Riing.. riiiiiiing... RIIIIIINGGG!

—¡Mierda! ¡¡Apaga esa cosa Bill!! —Gruñó mi hermano, levantando su brazo desde su cama y tapándose la cara con una almohada. —Quiero dormir..

¡Riiing.. riiing.. riiiiing.. RIIIIINGGG...!

Sonaba el despertador, que yo tenía en la mano, posicionado justo a un lado de la cabeza de Tom.

—No lo voy a apagar hasta que te despiertes, yo ya casi estoy listo, y tú ni siquiera te has duchado.

—¿Que hora es? —Preguntó incorporándose sobre la cama, restregándose los puños por los ojos.

—Las nueve y media.

—¿Eres imbécil? —Me dirigió una mirada fulminante. —¡Pero si prácticamente es de madrugada! —Y se volvió a recostar en la cama, volviendo a cubrirse el rostro con aquella almohada, que rápidamente le arrebaté.

—No seas exagerado, yo me levanté a las ocho, ya te dejé dormir demasiado. —Repliqué.

—Tú porque no se que tantas mierdas te pones en el pelo, a demás de que te tardas siglos en ponerte todos esos aretes.. ¡Dame la almohada! —Estiró su brazo para quitármela, pero yo la alejé de su alcance rápidamente.

—No te la voy a dar Thomas.
—Diablos.. pensé que ya se te había olvidado llamarme así.

—Pues no, no se me ha olvidado.. ¡Y levántate ya flojo! —Y comencé a golpearle en la cabeza con la almohada varias veces, comenzando a reírme de sus movimientos torpes por hacer que dejara de golpearlo. —¡Ya Tom!

—¡¡De acuerdooo! —Gritó. —¡Deja de golpearme! —Obedecí, mientras se me escapaba la risa floja. —Ve a preparar el desayuno, y enseguida bajo para irnos...

—De acuerdo. —Sonreí triunfante, comenzando a dirigirme hacia la salida de nuestra enorme habitación doble que compartíamos, no sin antes propiciarle un último golpe con la almohada en la cara.

—Bill.. —Me llamó con tono severo, me di media vuelta y sonreí, para después comenzar a carcajearme cuando él me enseñó su dedo medio. Mi hermano tenía una divertida expresión en su rostro, estaba entre fastidiado y cansado, con el ceño y labios fruncidos.

Salí de la habitación y me dirigí hacia la cocina. Abrí la nevera para improvisar algún platillo, pero solamente había comida que ni Tom ni yo podíamos comer, como tocino, pollo, manzanas.. Comida que mi madre había traído.. y ahora que lo pienso.. ¿Donde se había metido mi madre?


No le di mucha importancia, y cerré la nevera de inmediato. Rebusqué entre los bolsillos de mi pantalón, buscando mi móvil, dispuesto a ordenar una pizza. En cuanto lo encontré, observé fijamente una foto en el fondo de pantalla. Era sin duda mi foto favorita, aquella que Bettina y yo nos tomamos en aquel precioso atardecer en Ibiza hace casi un año, aquella tarde cuando nos besamos por primera vez. Ambos estábamos senados sobre la arena, ella tenía su cabeza recargada en mi hombro, y yo la abrazaba a ella por la cintura; en el rostro de ambos estaba dibujada una ligera sonrisa enamoradiza, y nuestros ojos tenían un brillo especial. Suspiré..

Comencé a presionar los números de la pantalla táctil rápidamente, dispuesto a llamar...

-Llamada telefónica-

—Hola.. —Me saludó ella, con un tono de voz cansado.. ¿La había despertado?

—Betti.. Hola..

—Bill ¿Para qué me estás llamando?

—Yo.. siento si te molesta, pero de verdad que no se porque lo hice, según yo iba a llamar a una pizzería, pero terminé llamándote a ti, así que..

—Te haz equivocado, entonces colgaré para que ordenes tu pizza..

—No, no quiero que cuelgues.. ¿Te.. te sientes bien?

—Si.. ¿Porque lo preguntas?

—Tu voz.. tu voz suena extraña —Dije, lo cierto era que su voz ya no sonaba ilusionada como antes, ahora incluso parecía que no había dormido nada, y había estado llorando. Definitivamente era eso.. —Lo siento mucho.

—¿Porque?

—Porque no te dije nada de que me iría hoy, pero no quería hacerte sentir mal. Hallá en Berlín parecías tan ilusionada por volver que no quise arruinar tus ilusiones, aunque terminé haciéndote sentir peor al haber tenido relaciones contigo para después decirte que tenía que irme del país.. definitivamente soy un imbécil, estúpido, idiota, desgraciado...

—Bill no.. deja de decir eso.

—Es la verdad, siento como si te hubiera utilizado, pero tú sabes perfectamente que no fue así, yo jamás te utilizaría, sabes que te quiero, que te amo, tú eres mi princesa y no quiero tirarte de la torre..

—Bill...

—No.. no me digas Bill.. llámame como quieras menos Bill, no merezco que me llames así..

—¡Deja de culparte, joder! Es tu trabajo, yo no puedo hacer que tú dejes a miles de fans por mí.. es tu carrera, tu sueño, el cual debes seguir al pie hasta más allá del final.

—¿Dónde es el final?

—Eso es algo que solamente Tokio Hotel decidirá..

—Perdoname por hacerte llorar, de verdad que yo no quería. —Cambié de tema, no tenía ganas de responder nada a lo que ella acababa de decir, era algo que simplemente no quería ni imaginar.

—¿Cómo sabes que he llorado?

—Puedo detectarlo en tu voz, podría incluso jurar que no has dormido nada por haber estado llorando por mi culpa.

—Me conoces demasiado bien Bill.

—Lo siento..

—Ya no importa.

—¿Me.. me perdonas? —Pregunté temeroso. —Salimos al aeropuerto a las 4 de la tarde y no quisiera irme sin verte antes y sin estar seguro de que me has perdonado.

—Claro que te perdono.. —Sonreí satisfecho ante lo oído. —¿Esta será algo así como.. nuestra última cita?

—Si. —Sentencié. Comenzaba a formarse un nudo en mi garganta. ¿A caso quería llorar? —Más.. más tarde paso por ti a tu casa.. de.. ¿De acuerdo? —Suspiré y comencé a parpadear varias veces para evitar lágrimas indeseadas.

—De acuerdo Billo, en una hora te espero.. Sabes que te amo, y que te voy a extrañar mucho.

—Yo también.. Adiós.

—Adiós.

-Fin de la llamada telefónica-


En cuanto terminé la llamada, caí completamente rendido sobre una silla del mini comedor de la cocina. Dejé caer mi cabeza inconscientemente en la superficie de madera, y por inercia, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. ¿Qué me pasaba? En mi cerebro tenía miles de palabras revueltas, que no lograba ordenar para saber la razón exacta por la que me sentía completamente triste y devastado. ¿Es que a caso no quería volver a la gira todo por quererme quedar con Bettina? Eso sin duda no podía ser posible, mi vida estaba hecha para los escenarios, mi cerebro me indicaba que debía viajar, conquistar el mundo y triunfar con la banda. Pero lamentablemente siempre hay un corazón que dicta que hagas todo lo contrario. Mi corazón me indicaba que debía quedarme con Bettina para ayudarla, por que la amaba y me sería completamente imposible separarme de ella por meses, aunque siguiéramos comunicándonos por medio del teléfono, mail, o tal vez cartas.

Ahora.. ¿Que debía hacer? No estaba seguro si me encontraba a tiempo o ya era tarde para cancelar todo: el viaje, la entrevista, los conciertos, la gira, el éxito, los fans...





CONTINUARÁ...


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