La despedida. (Primera
parte)
—Si
hay algo que odio, son las actitudes que tiene Kayla algunas veces.
—Mi hermano golpeó el volante del auto mientras nos dirigíamos a
casa, estaba realmente molesto, tanto que ni siquiera se había
despedido de Kayla antes de salir.
—Debes
entenderla, sigue siendo una niña..
—Ya
no, ya casi va a cumplir 17 años y sigue siendo igual de... ¡buuf!
Igual de tonta como cuando la conocí.
—¡Tom!
Se supone que la amas, no debes de expresarte así de ella.
—Sus
actitudes me dan cólera.. y lo que más me jode es que a pesar de
todos sus berrinches yo la sigo queriendo igual, o incluso más que
antes... Debí de haberla mandado a volar desde hace tiempo..
—No
lo hiciste por amor Tom, amor hacia ella y hacia TUS hijos.
—Ya
lo se. —Sentenció mi hermano, dando por terminada la conversación.
Cuando
por fin llegamos a casa, comenzamos a hacer las maletas. No teníamos
mucho que empacar, ya que todos los atuendos necesarios para la gira
se encontraban en una de las bodegas del estudio de grabación, y el
encargado de empacar todo eso sería David y algunas personas del
staff.
Mientras
empacábamos, Tom no me dirigió la palabra. No porque estuviera
molesto conmigo, sino porque estaba pensativo, y yo sin necesidad de
preguntarle nada, supe que era lo que pasaba por su mente: KAYLA.
—Tom,
no te rompas la cabeza dándole vueltas a lo mismo, todos los
noviazgos normales tienen peleas. —Dije acercándome a él,
colocando mi mano en su hombro, brindándole unas no tan buenas
palabras de aliento.
—Entonces
tu noviazgo con Bettina no es normal, porque si no mal recuerdo
ustedes nunca se han peleado.
—¡JA!
¿A caso no recuerdas la razón por la cual Bettina tiene una pierna
inmóvil? Es porque tuvimos una pequeña discusión.. ¿Ya recuerdas?
Y esa pequeña discusión terminó en algo trágico, no quisiera que
te pasara algo similar a ti con tu novia.
—Tienes
razón Billo.. —Suspiró, relajando un poco su expresión. —Me
gustaría que mañana nos acompañaran todos ellos al aeropuerto para
despedirnos...
—Verás
que lo harán, por eso tú y yo iremos a visitarlos por la mañana,
para disculparnos ¿O no? —Asintió, con una ligera sonrisa de
medio lado en su rostro.
Narra
Bettina:
¡Puuum!
Escuchamos
un ligero portazo justo cuando Bill y Tom salieron de la casa, y de
repente, una culpabilidad me azotó en el pecho ¿A caso nos
habríamos pasado? Kayla y yo teníamos razón en molestarnos, pero
no de esa forma.
En
cuanto escuché aquel portazo, me solté a llorar, con la manos en mi
rostro, cubriéndolo casi por completo.
Escuché
los pasos de Kayla alejarse rápidamente, supuse que se había ido
caminando, ya que si no fuera por la cesárea, hubiera salido
corriendo.
Jared
y yo no tardamos mucho en escuchar un nuevo portazo, proveniente de
la habitación de mi hermana, que casi podría jurar que despertaría
a los bebés, haciendo que ella se pusiera de más mal humor.
Ella
sin duda sí se había pasado con la cantidad de insultos que le
había propiciado a Tom, y unos cuantos hacia Bill, quienes solamente
se habían quedado callados, escuchando como mi hermana se
desahogaba.
—Bett..
tranquila.. ¿Estás bien? —Preguntó Jared, justo después de que
Kayla saliera de la cocina llorando, porque sí, ella también se
había soltado a llorar casi al mismo tiempo que yo.
Mi
hermano se acuclilló delante de mí, y apartó algunos mechones de
cabello de mi cara, para poder hablar mejor conmigo.
—¿Es
en serio que se van..? —Pregunté con la voz temblorosa, mientras
quitaba las manos de mi rostro y comenzaba a limpiarme las lágrimas,
sin importarme quedar como un mapache debido al maquillaje corrido.
—Creo
que nunca han hablado más en serio pequeña.. a demás es parte de
su trabajo..
—Ya
lo sé.. pero no quiero que se vayan.. —Observé a mi hermano a los
ojos, él me miraba preocupado, y yo, destrozada.
—Betti...
no..
—No
me digas nada más Jared, sólo abrazame ¿Si? —Estiré los brazos,
lanzándome inmediatamente hacia mi hermano, y comenzando a llorar
con más fuerza contra su cuello. Él solamente me daba ligeros
golpecitos en la espalda y me apretaba más hacia él, intentando
controlar mis lágrimas.
Narra
Bill:
¡Riing..
riiiiiiing... RIIIIIINGGG!
—¡Mierda!
¡¡Apaga esa cosa Bill!! —Gruñó mi hermano, levantando su brazo
desde su cama y tapándose la cara con una almohada. —Quiero
dormir..
¡Riiing..
riiing.. riiiiing.. RIIIIINGGG...!
Sonaba
el despertador, que yo tenía en la mano, posicionado justo a un lado
de la cabeza de Tom.
—No
lo voy a apagar hasta que te despiertes, yo ya casi estoy listo, y tú
ni siquiera te has duchado.
—¿Que
hora es? —Preguntó incorporándose sobre la cama, restregándose
los puños por los ojos.
—Las
nueve y media.
—¿Eres
imbécil? —Me dirigió una mirada fulminante. —¡Pero si
prácticamente es de madrugada! —Y se volvió a recostar en la
cama, volviendo a cubrirse el rostro con aquella almohada, que
rápidamente le arrebaté.
—No
seas exagerado, yo me levanté a las ocho, ya te dejé dormir
demasiado. —Repliqué.
—Tú
porque no se que tantas mierdas te pones en el pelo, a demás de que
te tardas siglos en ponerte todos esos aretes.. ¡Dame la almohada!
—Estiró su brazo para quitármela, pero yo la alejé de su alcance
rápidamente.
—No
te la voy a dar Thomas.
—Diablos..
pensé que ya se te había olvidado llamarme así.
—Pues
no, no se me ha olvidado.. ¡Y levántate ya flojo! —Y comencé a
golpearle en la cabeza con la almohada varias veces, comenzando a
reírme de sus movimientos torpes por hacer que dejara de golpearlo.
—¡Ya Tom!
—¡¡De
acuerdooo! —Gritó. —¡Deja de golpearme! —Obedecí, mientras
se me escapaba la risa floja. —Ve a preparar el desayuno, y
enseguida bajo para irnos...
—De
acuerdo. —Sonreí triunfante, comenzando a dirigirme hacia la
salida de nuestra enorme habitación doble que compartíamos, no sin
antes propiciarle un último golpe con la almohada en la cara.
—Bill..
—Me llamó con tono severo, me di media vuelta y sonreí, para
después comenzar a carcajearme cuando él me enseñó su dedo medio.
Mi hermano tenía una divertida expresión en su rostro, estaba entre
fastidiado y cansado, con el ceño y labios fruncidos.
Salí
de la habitación y me dirigí hacia la cocina. Abrí la nevera para
improvisar algún platillo, pero solamente había comida que ni Tom
ni yo podíamos comer, como tocino, pollo, manzanas.. Comida que mi
madre había traído.. y ahora que lo pienso.. ¿Donde se había
metido mi madre?
No le di mucha importancia, y cerré la nevera de inmediato. Rebusqué entre los bolsillos de mi pantalón, buscando mi móvil, dispuesto a ordenar una pizza. En cuanto lo encontré, observé fijamente una foto en el fondo de pantalla. Era sin duda mi foto favorita, aquella que Bettina y yo nos tomamos en aquel precioso atardecer en Ibiza hace casi un año, aquella tarde cuando nos besamos por primera vez. Ambos estábamos senados sobre la arena, ella tenía su cabeza recargada en mi hombro, y yo la abrazaba a ella por la cintura; en el rostro de ambos estaba dibujada una ligera sonrisa enamoradiza, y nuestros ojos tenían un brillo especial. Suspiré..
Comencé
a presionar los números de la pantalla táctil rápidamente,
dispuesto a llamar...
-Llamada
telefónica-
—Hola..
—Me saludó ella, con un tono de voz cansado.. ¿La había
despertado?
—Betti..
Hola..
—Bill
¿Para qué me estás llamando?
—Yo..
siento si te molesta, pero de verdad que no se porque lo hice, según
yo iba a llamar a una pizzería, pero terminé llamándote a ti, así
que..
—Te
haz equivocado, entonces colgaré para que ordenes tu pizza..
—No,
no quiero que cuelgues.. ¿Te.. te sientes bien?
—Si..
¿Porque lo preguntas?
—Tu
voz.. tu voz suena extraña —Dije, lo cierto era que su voz ya no
sonaba ilusionada como antes, ahora incluso parecía que no había
dormido nada, y había estado llorando. Definitivamente era eso.. —Lo
siento mucho.
—¿Porque?
—Porque
no te dije nada de que me iría hoy, pero no quería hacerte sentir
mal. Hallá en Berlín parecías tan ilusionada por volver que no
quise arruinar tus ilusiones, aunque terminé haciéndote sentir peor
al haber tenido relaciones contigo para después decirte que tenía
que irme del país.. definitivamente soy un imbécil, estúpido,
idiota, desgraciado...
—Bill
no.. deja de decir eso.
—Es
la verdad, siento como si te hubiera utilizado, pero tú sabes
perfectamente que no fue así, yo jamás te utilizaría, sabes que te
quiero, que te amo, tú eres mi princesa y no quiero tirarte de la
torre..
—Bill...
—No..
no me digas Bill.. llámame como quieras menos Bill, no merezco que
me llames así..
—¡Deja
de culparte, joder! Es tu trabajo, yo no puedo hacer que tú dejes a
miles de fans por mí.. es tu carrera, tu sueño, el cual debes
seguir al pie hasta más allá del final.
—¿Dónde
es el final?
—Eso
es algo que solamente Tokio Hotel decidirá..
—Perdoname
por hacerte llorar, de verdad que yo no quería. —Cambié de tema,
no tenía ganas de responder nada a lo que ella acababa de decir, era
algo que simplemente no quería ni imaginar.
—¿Cómo
sabes que he llorado?
—Puedo
detectarlo en tu voz, podría incluso jurar que no has dormido nada
por haber estado llorando por mi culpa.
—Me
conoces demasiado bien Bill.
—Lo
siento..
—Ya
no importa.
—¿Me..
me perdonas? —Pregunté temeroso. —Salimos al aeropuerto a las 4
de la tarde y no quisiera irme sin verte antes y sin estar seguro de
que me has perdonado.
—Claro
que te perdono.. —Sonreí satisfecho ante lo oído. —¿Esta será
algo así como.. nuestra última cita?
—Si.
—Sentencié. Comenzaba a formarse un nudo en mi garganta. ¿A caso
quería llorar? —Más.. más tarde paso por ti a tu casa.. de.. ¿De
acuerdo? —Suspiré y comencé a parpadear varias veces para evitar
lágrimas indeseadas.
—De
acuerdo Billo, en una hora te espero.. Sabes que te amo, y que te voy
a extrañar mucho.
—Yo
también.. Adiós.
—Adiós.
En
cuanto terminé la llamada, caí completamente rendido sobre una
silla del mini comedor de la cocina. Dejé caer mi cabeza
inconscientemente en la superficie de madera, y por inercia, las
lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. ¿Qué me pasaba? En mi
cerebro tenía miles de palabras revueltas, que no lograba ordenar
para saber la razón exacta por la que me sentía completamente
triste y devastado. ¿Es que a caso no quería volver a la gira todo
por quererme quedar con Bettina? Eso sin duda no podía ser posible,
mi vida estaba hecha para los escenarios, mi cerebro me indicaba que
debía viajar, conquistar el mundo y triunfar con la banda. Pero
lamentablemente siempre hay un corazón que dicta que hagas todo lo
contrario. Mi corazón me indicaba que debía quedarme con Bettina
para ayudarla, por que la amaba y me sería completamente imposible
separarme de ella por meses, aunque siguiéramos comunicándonos por
medio del teléfono, mail, o tal vez cartas.
Ahora..
¿Que debía hacer? No estaba seguro si me encontraba a tiempo o ya
era tarde para cancelar todo: el viaje, la entrevista, los
conciertos, la gira, el éxito, los fans...
CONTINUARÁ...
hallo! ya he leido el capi..ohhh! si es k las relaciones a distancia son muy malas :(
ResponderEliminarpero me alegra k bill y bett se hallan arreglado!
sube proto el finaaal!
pero bill no puede cancelar la giraaa! claro que no! y las fans? u.u
te aviso tambien k por fin despues de una eternidad, he subido un nuevo capi de just tonight!
espero pases a leer! chaoo
Pero ke testarudo Thomas! pero por un lado tiene lago de razón, tenia ke haberle kontado a Kayla ke se iban y el principito fue agredido verbalmente por ambas innecesariamente ¬¬ Imagine a Billito pegandole a Thomas jujuju y menos mal ke hablando kon su novia(envidia) se entendieron por ke se AMAN (envidia) Y leere lo ke sigueee PERDÓN por pasar hasta ahora!!! :C Besitos Lily ♥
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