Cap 6O Automatic Dreams

Capítulo 6O: 8 meses de relación

Habían pasado tres semanas mas, y la desesperación comenzaba a invadirnos a todos ya que todo seguía exactamente igual, a excepción de que Marlon no se había vuelto a aparecer en el hospital, cosa que me dio mucho coraje, ya que me había quedado con las ganas de golpearlo, pero según mi investigadora, el se había regresado a Berlín por asuntos de su trabajo.

El que tampoco se había vuelto a aparecer era el idi*ota de Paolo, tan solo había ido su amiga Dalia un par de veces.

La relación entre Tom y Kayla iba perfecto, Kayla ya había cumplido los ocho meses de embarazo ¡J*oder! Cada que la veía me daba miedo, ya que sentía que en cualquier momento mis sobrinitos se le saldrían, ella y Tom tan solo se reían de mi al ver mi reacción.

Y conmigo todo iba realmente bien, por suerte lo de mi corazón solo había sido una pequeña advertencia de que debo de calmar mis nervios y mi estrés un poco, y por suerte, ya nada parecido me había ocurrido.

Un fuerte rayo de sol me despertó por la mañana, me encontraba durmiendo en el sofá de la habitación de Bettina. La tenía tomada de la mano, y aunque no se moviera, sentía que ella notaba mi presencia.

Voltee a ver el reloj de la pared, ya pasaba del medio día. Me levanté del sofá, sacudí un poco mi ajustado pantalón para quitarle las arrugas, y arreglé un poco mi cabello, cubriéndolo después con un pequeño gorro.

Le di un corto beso a Bett en la frente y le dije al oído un “Te amo mi princesa”. Salí de la habitación y me dirigí al baño, enjuagué un poco mi rostro, que aún lo tenía con aspecto adormilado.

Cuando salí del baño, vi que Kayla y Tom estaban sentados en la sala de espera ¿No se suponía que Kayla debía estar guardando reposo? Me acerqué a ellos con un enorme signo de interrogación en mi rostro, realmente me sorprendía verlos allí, ya que Tom cuidaba en exceso a Kayla, y no la dejaba salir para nada de su casa, y por alguna razón ahora se encontraban en el octavo piso de un enorme hospital un poco alejado.

Bill: Hey! -Dije sonriendo mientras saludaba a Kayla con un beso en la mejilla y me sentaba al lado de mi gemelo-

Tom: Vinimos al ultimo ultrasonido de tus sobrinos Bill -Dijo sonriente, últimamente sonreía mas de lo usual, y supongo que era la emoción de ser padre-

Bill: Y bien, que les han dicho -Dije curioso-

Kayla: Que nacerán en un mes como ya lo sabíamos jaja, no se sabe exactamente el día, pero sabemos que no falta mucho para eso -Dijo sonriente mientras tocaba su pancita que cada día estaba mas enorme-

Bill: Algo me dice que me llevaré muy bien con Freddy

Tom: jaja ten por seguro que se llevará mejor con su papi

Continuamos conversando de cosas sin sentido durante un par de horas, después los tres, bueno, los cinco prácticamente tuvimos hambre, y nos fuimos a comer a un bello restaurante italiano que quedaba a dos calles del hospital, un poco lejos, pero valdría la pena ir.

Tom y yo nos sentíamos muy emocionados, esta noche se ofrecería el concierto de caridad que Tokio Hotel había prometido si se le conseguía la sangre a Bettina, y como así fue, el concierto si se llevaría a cabo.

Las entradas no costarían lo mismo que en todos los conciertos que solemos hacer, costarían mas baratas, y por suerte ya se habían vendido todas.

Lo que mas nos sorprendió fue que nos enteramos que gente de diferentes países de todo Europa e incluso poca gente de latinoamérica había conseguido entradas para venir a este fabuloso concierto de caridad.

Tocaríamos canciones de nuestros tres álbumes, todo sería espectacular, sin duda el mejor concierto que podríamos hacer, y mas porque lo haríamos con el objetivo de fundar nuestro refugio de animales de la calle y la fundación de dos bancos de sangre en Alemania, ya que debido a todo el show que creamos para conseguirle sangre a mi novia, saturamos todos los bancos, e incluso exportaríamos de la sangre que teníamos en exceso a otros países que la necesitaran ¡Algo genial! Habría sangre alemana en países pobres como Haití y países de África.

Después de almorzar en ese bello restaurante, todos subimos a mi Audi, conduje yo obviamente, ya que a mi bebé nadie puede conducirlo.

Nos fuimos todos a la casa de Kayla, me estacioné afuera de la puerta trasera de esa bella mansión, y todos entramos.

Tom y yo nos fuimos a la sala, mientras que Kay había ido al baño.

Nos sentamos en silencio en diferentes sofás, yo en un sofá para dos, y Tom en uno individual.

Sin darme cuenta comencé a llorar ¡Otra vez! Cada día lloraba más, ya que me dolía mucho que Bettina no despertase.

Tom: Hey hermanito que ocurre -Dijo mientras me miraba fijamente y yo limpiaba mis lágrimas-

Bill: Tom, hoy es un día muy doloroso para mí -Dije con la voz entrecortada-

Tom: ¿Que ocurre? -Dijo confundido-

Bill: Hoy cumpliríamos Bettina y yo ocho meses de relación, y justamente estoy sentado en el mismo sofá en el que le pedí que fuera mi novia -suspiré-

Tom: Oh, ya había olvidado que te le habías declarado aquí el día que vine a hablar con Jared a que día que supimos que Kay estaba embarazada -Dijo sonriendo-

Bill: El punto es que ya no soporto esto Tom -Dije mientras cubría mi rostro con ambas manos y lloraba aún mas-

Tom: Oh vamos Bill -Se levantó del sofá y se sentó junto a mí y me abrazó- Tu sigues siendo novio de Bettina, y hoy cumplen ocho meses juntos -Dijo en un tono muy convincente- Debes sentirme feliz por ello, porque puedes estar con ella en este día, tienes que ser positivo y pensar que tu novia está bien, que esta viva y que en cualquier momento puede despertar

Bill: Ella terminó conmigo, así que prácticamente no es mi novia -Dije mientras limpiaba mis lágrimas-

Tom: ¡No! Ella sigue siendo mi cuñada y tu novia

Bill: Si, ella siempre será tu cuñada porque tu terminarás casado con Kayla

Tom: ya ¡ Cállate! Odio que te pongas de negativo, tu nunca has sido así, me decepciona ver esa actitud hermano

Me quedé callado mientras observaba un punto fijo del suelo, cuando me dí cuenta Kayla ya venía regresando.

Limpié mis lagrimas un poco mas, ya que no me gustaba que mi cuñadita me viera llorando, ya que seguro comenzaría a hacerme preguntas sobre Bettina y pensaría que ella estaba mal, aunque yo estuviera llorando por estupideces.

Subimos a la habitación donde dormirían mis sobrinitos con su mamá, ¡Era impresionante! La habitación estaba un poco extraña, la mitad de la habitación estaba pintada de color amarillo, y la otra mitad estaba dividida en color azul y rosa, del lado amarillo era la parte de Kayla, del lado azul estaba la cuna de Freddy con toda su ropa y juguetes, y del lado rosa, la ropa de Layla con su ropa y juguetes también.

Todo estaba tan lindo, había cientos de osos de peluche, de juguetes y de accesorios para bebés.

Comencé a reírme de Tom, ya que el siempre se había burlado de mi diciéndome “Bill eres un jo*dido comprador impulsivo” y ahora el tenia la misma obsesión por comprar, solo que el compraba para sus hijos.

Comenzamos a ver fotos de cuando los Murett eran bebés, de nuevo comencé a llorar, ya que en esas fotos Bettina aun no había pasado por la violación, en ese entonces aun era feliz. Observé cientos de fotografiás, de cuando celebraban sus cumpleaños, fiestas navideñas, o de cuando jugaban en el jardín, ¡Todas eran geniales!

Una foto en cuanto la vi me enamoró, era una foto de Bett con aproximadamente tres años de edad, estaba vestida de conejito rosa, y tenia una pequeña canasta llena de huevos de pascua, se veía muy feliz, tenia una radiante sonrisa que incluso podría hacer sonreír al mas triste.

Bill: Kay, ¿puedo quedarme esta foto? -Dije mientras la señalaba-

Kayla: jajaja ¡claro que sí!, aunque cuando Bettina se entere que te la di me cortará la cabeza, siempre se ha avergonzado de esa foto -Dijo mientras todos nos reíamos-

Continuamos viendo las fotos, cuando sentí que mi móvil comenzó a vibrar dentro del bolsillo de mi pantalón, era un mensaje de Jared, lo abrí y decía “Bill, necesito que vengas ahora mismo al hospital, se que estas con Tom y Kayla, por favor no les digas nada, ven urgentemente, que Bettina ha despertado por fin :D”

Sin decir nada, me levanté de la cama de Kayla en la que me encontraba sentado, cogí la foto que me había regalado y les dije “adiós” y salí corriendo de la casa, mientras Tom y Kayla me observaban confundidos.