Cap. 58 Automatic Dreams

Capítulo 58: Recuerdos de Ibiza

Narra Bill:

Estuve solo en la habitación blanca del hospital reflexionando, y llegué a la conclusión que quiero que Bettina viva y se quede conmigo y con su familia.

Comencé a pensar en que cuando Bettina despierte bien, que eso es mas que obvio, ya que mi princesa siempre ha luchado por sentirse bien, una cosa que admiro muchísimo de ella, cuando se ponga bien, me disculparé con ella, conquistaré su corazón de nuevo, y cuando vuelva a ser mía, le pediré que se case conmigo.

Una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, debido a que comencé a imaginarme mi vida de casado con Bettina, con nuestros futuros bebés.

La idea de que Tom fuera padre me ponía muy feliz y emocionado, e imaginarme a mi con mis propios hijitos sería fantástico.

Y ahora mas que nunca me sentía seguro que Bettina es la mujer de mis sueños, la chica que siempre esperé y deseé, con la que me gustaría casarme, y vivir juntos hasta que nuestra piel parezca pasita, la mujer que amaré hasta le ultimo día de mi vida.

Comencé a llorar de nuevo, pero esta vez era de felicidad y nostalgia.

Extrañaba tanto ver a Betti sonreír, sentir su dulce perfume de frambuesa cerca de mi cuello cuando la abrazaba, su suave cabello rubio que tanto me gustaba, y sobre todo esos preciosos ojos color avellana. Necesitaba verla, besarla y amarla hasta que el cuerpo se me desgaste, simplemente la extrañaba a ella.

Controlé un poco mi llanto, pero mi mente era imposible de controlar, no podía sacar a Bettina de ella.

Un ruido interrumpió mis pensamientos, me relajé un poco y voltee a ver la puerta, y era mi gemelo que acababa de entrar.

Tom: Hey Bill, están a punto de donarle la sangre a tu novia -Dijo sonriente mientras se sentaba en el sofá-

Bill: ¿Que? A caso Marlon esta aquí? -Dije mientras limpiaba mis lagrimas y me incorporaba sobre la camilla para ver mejor a Tom-

Tom: Si, ahora mismo le están haciendo la transfusión -Dijo cortante, parecía que me estaba ignorando-

Bill: Tengo que hablar con el

Tom: ¡NO! No te dejaré salir por nada del mundo -Dijo con una sonrisa malvada-

No dijimos nada mas, debido a que un médico entró a la habitación. Comenzó a quitarme todos los cables y aparatos que estaban conectados a mi corazón, también me quitó el suero y todas esas cosas que suelen ponerte en los hospitales.

Me puse mi playera negra que traía puesta dos días atrás antes de haber terminado en aquella camilla de hospital.

Bajé de la camilla y me senté al lado de Tom, que estaba muy entretenido haciendo no se que cosas en su móvil, supuse que mensajeandose con su nueva novia, cosa que me alegraba demasiado.

Estuvimos en silencio, yo tan solo observaba fijamente a Tom, por primera vez le veía en sus ojos ese brillo especial que nunca antes había visto en él. Se estaba riendo y sonriendo como idi*ota, comencé a reírme de el, y el me volteó a ver extrañado.

Tom: Creo que los doctores se equivocaron, no estas mal del corazón, sino del cerebro -Dijo riéndose-

Bill: es que ¡Dios! Tus ojos brillan especialmente, ahora mas que nunca me doy cuenta de que ¡Estas enamorado! -Dije emocionado-

Tom: hahaha, si, se que es increíble de creer pero es cierto Billo -Dijo sonriente-

Bill: ¡Wii! Me encanta que Kayla ya sea mi cuñadita por partida doble -Dije riéndome con voz de niño pequeño- Pero te advierto Thomas, si le haces algo a ella o a mis sobrinitos le volveré a echar pintura blanca a tu shampoo -Dije riéndome-

Tom: ¡j*oider! Ya había olvidado lo que le hiciste a mis trenzas en Ibiza -Tocó sus trenzas- No tienes de que preocuparme, jamás le haría nada a ellos

Comenzamos a reírnos como maniáticos, debido a que comenzamos a recordar todas nuestras aventuras en ese viaje a Ibiza que tanto nos había cambiado la vida a los dos. Fue el viaje en el que mas nos peleamos, ya que Tom había besado a Bettina, había tratado mal a Kayla, ¡Dios! Ya había olvido que que hace siete meses mi hermano era un completo patán!.

Durante esas vacaciones nos agarramos a golpes varias veces incluso Tom me fracturó la nariz, yo le hice lo de las trenzas.

No se cuanto tiempo estuvimos descojonandonos de la risa, hasta que Jared apareció por la puerta.

Jared: Chicos, mi hermanita ya esta fuera de peligro -Dijo llorando de felicidad mientras se acercaba a abrazarnos a Tom y a mi-

Tom: ¿Estuviste con ella hasta que le donaran la sangre? -Dijo mientras Jared se separaba de nosotros-

Jared: No me separé de su lado hasta asegurarme de que la sangre estuviera dentro de ella -Se limpió las lágrimas-

Bill: y bien, ¿Cuando puedo verla? -Dije emocionado-

Jared: Hasta que Marlon se vaya de aquí -Dijo cruzándose de brazos mientras me miraba con una ceja alzada-

Bil: ¡J*oder! No lo voy a matar -Si pudiera claro que si, pensé- ¡Déjenme salir a ver a mi novia por favor!

Esa situación comenzaba a cansarme, y como yo soy muy impaciente, me levanté del sofá, pasé de Tom y empujé a Jared para que me dejara salir. Me acerqué rápidamente hacia la puerta y la abrí. Ni siquiera me dio tiempo de poner un pie fuera de la habitación, debido a que los est*upidos guaruras me tomaron de ambos brazos.

Bill: ¡Jared! Dejame salir im*becil -Dije molesto, odiaba que pensarán que soy un desquiciado que iría directo a golpear a Marlon-

Jared: Kurt, Joy, suéltenlo -Dijo refiriéndose hacia los guaruras-

En cuanto me soltaron, salí corriendo hacia un pasillo donde casi no había gente, me quedé ahí varios minutos, me estaba escondiendo de Jared y de Tom, que seguramente me estarían buscando por todos lados para golpearme por haber salido huyendo.

¡Mi*erda! ¿Donde estoy? Me pregunté, ya que había olvidado por completo de que llegue al hospital completamente inconsciente, y recién recordaba aquello.

Sentí un dolor en el pecho del lado izquierdo, y recordé que el doctor me había indicado que no debía correr, ya que aunque todo estuviera bien conmigo, mi corazón podría recaer si no me cuidaba.

Respiré profundamente, coloque mi mano sobre donde se supone que se encontraba mi corazón y suspiré varias veces.

No se cuanto tiempo estuve así, solo se que fue cuando sentí que recuperé un poco las fuerzas.

Me acerqué hacia el escritorio donde se encontraba la recepcionista, pregunté en que piso me encontraba y todos esos datos, y por suerte era lo que menos imagine ¡Estaba en el mismo piso que Bettina!

Inmediatamente busqué su habitación, la abrí lentamente, ya que no sabia quien se podría encontrar dentro, cuando la abrí, me encontré con una sorpresa.

Dentro de la habitación estaba ¿Sabina? Eso parecía, estaba acompañada de un hombre. Sin pensar mas, me di cuenta que era Marlon, ese terrible cabello corto castaño y perfectamente peinado era inconfundible ¡Que hacía ese imb*ecil ahí!

Cuando estaba apunto de entrar a la habitación a sacarlo a patadas, escuché que él y su hija estaban conversando sobre algo, y decidí quedarme a escuchar que era de lo que hablaban, pero claro, perfectamente oculto para que no se dieran cuenta que los estaba vigilando.

Sabina: Papi, ella es la chica a la que le donaste sangre -Dijo mientras lo abrazaba-

Marlon: pienso que es un poco extraño, que justamente yo sea la unica persona en todo el país que haya podido donarle, pobre chica

Sabina: Merece vivir, es una chica muy amable e inteligente, esta estudiando medicina igual que yo

Marlon: Y es preciosa, sería un terrible desperdicio que muriera -Rió- No se porque por alguna razón se me hace bastante conocida y familiar -Dijo mientras se rascaba la frente-

¡No podía seguir escuchando aquello! Me entraron unas terribles ganas de entrar a la habitación a golpearlo, así que no me quedé con las ganas, empujé la puerta hasta que ésta se abrió por completo, y di un par de pasos hacia el frente, dispuesto a partirle la cara a ese idi*ota, sin importarme que me echaran del hospital.