domingo, 24 de febrero de 2013
sábado, 23 de febrero de 2013
Cap. 10 Automatic Dreams [2da. temp.]
NO.
[ Bill ]
¿Bettina se había automutilado? ¡No podía ser posible!
La jalé del brazo violentamente obligándola a ponerse de pie
frente a mí. Ella intentó reprimir un quejido de dolor y suavicé el agarré. Ya
bastante daño se había hecho y no quería causarle más.
— ¿Qué pasa? —Le pregunté intentando tranquilizarme. Ella
mordió aún más su labio inferior, haciendo que me desesperara por su falta de
respuesta. — ¡Contéstame! —Coloqué mis manos en sus hombros y la sacudí
fuertemente. Una toalla roja cayó al suelo… ¡Una toalla blanca manchada de rojo
cayó al suelo!
—Bill… —Murmuró sin verme a los ojos. Tan sólo consiguió
desesperarme más.
—Perfume… —Adiviné rápidamente lo que había pasado. La
habitación apestaba a cereza y ni siquiera lo había notado. Había roto un
perfume… —Por favor dime que fue un accidente. —Dije un poco más tranquilo.
Levanté su rostro con un delicado movimiento y nos miramos a los ojos, ella
había comenzado a llorar.
—Al principio lo fue. —Respondió rápidamente y con la voz
completamente firme a pesar de la situación. —Te juro que no sé qué me pasó… —Yo
seguía sin entender nada.
Me armé de valor, lo suficiente para agarrar cuidadosamente
su brazo oculto detrás de su espalda; lo recorrí lentamente con la mirada hasta
que llegué a su mano, completamente destrozada. Suspiré aliviado, mi mente paranoica había hecho que
imaginara una terrible herida profunda atravesándole todo el brazo, o tal vez
su mano sin dedos, o algo mucho peor de lo que realmente era.
A simple vista parecía que alguien había apuñalado su mano
repetidas veces y me horroricé enseguida. Conseguí calmarme un poco cuando la
observé con detenimiento, estaba repleta de cortes por todos lados, y enormes
pedazos de vidrio incrustados en ella. Y no paraba de sangrar…
—Ya hablaremos luego Bettina. —Me limité a decir lo más serio
que pude. Quería que se diera cuenta de que lo que aparentemente ella se había
provocado estaba muy mal. Bett asintió y evadió mi mirada acusadora.
La cogí de la cintura
y prácticamente la cargué hasta llevarla a la cama, sentándola al lado de
Layla, quien estaba recostada muy tranquila y alegre. Bett seguía con la mirada
baja y sin musitar palabra alguna, y eso me hizo ponerme más nervioso aún.
Estaba desesperado, pero no quería que ella se diera cuenta, así que traté de
actuar lo más natural posible.
—¿Dónde está el botiquín? —Pregunté un rato después de haber
estado vagando por toda la habitación buscando inútilmente. —Bettina… ¿Y el
botiquín? —Repetí. Volteé a verla, ella estaba hipnotizada observando su mano
lastimada y acariciándola con la sana. Una terrible sensación de vértigo y
terror me recorrió el cuerpo cuando vi cómo ella naturalmente sacaba sin ningún
cuidado un trozo de vidrio de su mano y volvía a introducirlo en su piel, como
si ésta estuviera hecha de plástico. Ni una pizca de dolor se asomó por su
rostro, ella seguía indiferente.
—No quiero más su sangre Bill. —Me dijo sin despegar la
mirada del líquido rojo que recorría su antebrazo. Ella sabía que yo la estaba
mirando, pero le importaba más verse sangrar.
—…¿Qu… qué? —Tartamudée.
—La sangre, la que Marlon me donó. No la quiero más dentro de
mí, así que por eso me la sacaré, TODA. —Dijo completamente sonriente sin dejar
de sacar los vidrios de su mano y volver a introducirlos.
—Bett, te vas a debilitar, deja de hacer eso por favor. —Le
rogué, y armándome de valor, caminé hacia ella, cogiendo fuertemente su brazo
sano y obligándola a dejar de cortarse. Ella apretó los dientes y como pudo, se
incorporó sobre la cama.
— ¡TÚ NO SABES LO QUE SIENTO! —Me gritó, yo no la solté
aunque ella movía su brazo fuertemente para que la soltara. Bett aún seguía
llorando, y si seguía así, yo también terminaría derramando lágrimas. —Ya sé
que no te gusta verme así, pero te juro que ya no soporto esto… —Aventó con
fuerza el trozo de vidrio hacia la pared, haciéndolo añicos. Me sentí
repentinamente aliviado al ver que ya no tenía nada punzocortante con lo que
hacerse daño.
—Lamento no poder comprenderte. —Murmuré observándola
fijamente a los ojos, ella dejó de revolverse bajo mi agarre y me dedicó una
mirada llena de culpa. Sus ojos seguían derramando lágrimas sin parar. —…Pero
hago lo que puedo, te lo juro.
Nos quedamos en silencio unos minutos, lo único que se
lograba escuchar en la habitación eran los sollozos de Bettina que no podía
apartar la vista de su mano, estaba completamente confundida. Yo seguía sentado
a su lado, mirándola llorar, no me sentía capaz de dejarla sola unos minutos
para ir por el botiquín de primeros auxilio; nadie sabe lo que puede pasar en
unos minutos…
— ¡Toc, toc! Hey, ¿Puedo pasar? —Kayla golpeó la puerta un
par de veces.
—Si… —Respondí y tragué saliva pensando: ¿Cómo diablos le iba
a explicar a Kayla lo que había pasado con su hermana?
—Vengo por mi bebé, es hora de comer. —Dijo mientras entraba
a la habitación. Volteé a ver a mi sobrinita que se había quedado dormida sobre
la cama, casi había olvidado que ella se encontraba con Bett y conmigo. — ¡Bettina!
—Saludó alegremente a su hermana mayor, abrazándola de repente, Bett no hizo
movimiento alguno. —Tus terapias comienzan den diez minutos, ¿Qué haces…? ¿Qué
pasó? —Preguntó aterrada en cuanto reparó en la mano de Bett.
—Fue un accidente… —Respondí rápidamente a su pregunta.
[ Bettina ]
Abrí los ojos lentamente, la luz que se filtraba por la
ventana de mi habitación resultaba un poco irritante. Mi mano punzaba y ardía
terriblemente aún estando cubierta por vendas.
Me senté de golpe sobre la cama recordando repentinamente
todo lo que había pasado, ¿Realmente todo lo había hecho yo?
La puerta se abrió lentamente, apareciendo por ella una
silueta masculina que yo conocía perfectamente. De repente me sentí culpable…
—Vaya, ya has despertado. —Dijo entre alegre y aliviado,
sentándose a mi lado y abrazándome por los hombros. — ¿Logras recordar todo?
—Sí, o eso creo, lo único que no recuerdo es cuándo me quedé
dormida. —Confesé. Jared sonrió y apretó su abrazo.
—Te desmayaste por falta de sangre Bettina. —Dijo
repentinamente serio y poniéndose de pie frente a mí. —Por lo que me contaron,
eso era lo que querías ¿NO? Sacarte la sangre… ¿Eres tonta, acaso? Bill se ha
puesto histérico, estuvo a punto de irse a hacer otro concierto de caridad para
conseguirte sangre… —Jared se había alterado, echándome en cara todo lo que yo,
y nadie más que yo había ocasionado. —Estuve mucho tiempo intentando
tranquilizarlo, y finalmente llamamos a un doctor que vino a revisarte. —Suspiró
llevándose las manos a la cabeza. Yo sabía que para Jared era muy difícil
regañarme de esa forma, pero él y yo sabíamos que un regaño era lo que yo
necesitaba por mi estupidez. —Por suerte no necesitas ninguna transfusión.
—Perdón… —Murmuré.
—A mí no es a quién tienes que pedir perdón, sino a ti misma.
—Me quedé callada como un muerto, intentando reprimir mis inútiles lágrimas. —Anoche
hablé con Bill… —Continuó hablando después de unos minutos en silencio. Levanté
la cabeza y miré a mi hermano a los ojos. —Le dije que necesitas ir al
psicólogo.
—Sabes que no volveré a ir con uno jamás. —Le corté antes de
que continuara con sus ridiculeces.
—Vas a volver aunque no quieras Bettina. —Levantó la voz,
poniéndose más serio si es que era posible. Mi hermano mayor… ¿Realmente
debería obedecerlo ahora? —Es lo que necesitas.
— ¿Qué te dijo Bill cuando le dijiste? —Pregunté. Me sentía
molesta con mi hermano, Él sabía perfectamente que yo juré no volver con un
psicólogo, ya que siempre me habían causado mucho daño, todos se empeñaban en
hacerme recordar demasiado todo lo ocurrido con Marlon, y mientras más lo
recordaba, peor era mi situación. Y ningún psicólogo había conseguido ayudarme…
—Me dijo que iba a intentar hacer algo por ti. — ¿A qué se
refería con eso? Bill sabía sobre mi rechazo hacia los psicólogos, él jamás
dejaría que Jared me obligara a ir con uno, ¿O sí? De repente me sentí
frustrada.
—No te voy a llevar con cualquiera. —Volvió a sentarse a mi
lado, giré la cara, no quería seguir escuchándolo. —Eres novia de uno de los cantantes más
famosos del mundo, por lo que no dejaré que le cuentes tu vida privada a un
desconocido. —Había olvidado eso. Si llegaba y le contaba mis problemas a una
persona sin conocer me iba a resultar demasiado caro en todos los sentidos.
—Tú lo has dicho Jared, ahora definitivamente es un NO. —Enfaticé
la última palabra y me crucé de brazos. — ¿Dónde está Bill? —Pregunté aún
molesta, intentando dejar el tema de la psicología en el olvido.
—Les pedí a Tom y Kayla que se lo llevaran a algún lugar para
que se tranquilizara, y creo que fueron de compras. —Asentí. Me sentí mal por
él, seguro se había asustado demasiado al verme en ese estado.
— ¡Mis terapias! ¿Por qué no me llevaste? —Le reproché a mi
hermano, él me miró con cara de: ‘No seas idiota’
—No lo sé, tal vez se me olvidó, o tal vez fue porque estabas
desmayada por haberte masacrado con vidrios.
—Diablos, mi primer día y no fui… —Repliqué, más a mi misma
que a nadie más.
— ¿Primer día? —Preguntó confundido. Suspiré
—Olvidé decírtelo ayer con todo lo que pasó. Milsha ya no es
más mi terapeuta, logró conseguir un mejor trabajo y se fue, y ahora me ha
dejado con un chico. —Expliqué tan rápido que dudaba que mi hermano hubiese
entendido todas mis palabras.
— ¿Un chico?
—Su nombre es Serch, él me ayudará a caminar ahora. —Respondí
alegre recordando la conversación que había tenido con él, era un chico
sumamente amigable.
domingo, 10 de febrero de 2013
martes, 5 de febrero de 2013
Cap. 9 Automatic Dreams [2da. temp.]
Capítulo 9:
Perfume… sangre.
La cena continuó de
lo más conmovedora. Todos felicitaron alegres a Tom y Kayla, que de ‘novios’
habían pasado a ser ‘comprometidos’. Tom no podía creer que por fin se había
atrevido a pedirle matrimonio a alguien, sin embargo, se sentía totalmente
satisfecho consigo mismo. El ver a Kayla derramar mares de lágrimas de
felicidad y emoción le hacía sentir un placer inexplicable en el pecho.
Por otra parte,
Kayla se sentía en las nubes. Le había costado horas controlar sus ganas de
seguir llorando. Horas antes, en el baño, le había confesado muy sinceramente a
Tom que aún no podía creer que fueran novios, y ahora ¡Se iban a casar! Sin
duda, su sueño estaba más que hecho realidad.
[ Bill ]
Eran alrededor de
las tres de la madrugada cuando mi madre y Gordon decidieron irse a casa. Tom y
yo nos quedaríamos a dormir por hoy en la casa de los Murett.
Jared llevó a Vinz
a su casa, Tom y Kayla habían ido a su habitación para contarles la buena nueva
a sus bebés, y yo había llevado a Bettina a su habitación para que se preparara
para dormir.
En lo que ella
estaba en el baño cambiándose de ropa, saqué mi móvil y comencé a anotar
algunas bellas frases que se me ocurrían, frases que probablemente después
aparecerían en alguna canción nueva.
El ver a mi hermano
tan feliz y a mi cuñadita tan conmovida, me habían dado inspiración para
escribir algunas cuantas cosas.
Observé la hora en
el lindo reloj dorado que había en la pared, al lado del tocador de Bett, eran
las 3.24 am… Me levanté de la cama y caminé hasta la puerta del baño y la
golpeé un par de veces.
—¿Bett, estás bien?
—Pregunté preocupado, ya se había tardado bastante. Por suerte no tardó en
responderme.
—Sí, estoy bien, lo
que pasa es que me estoy desmaquillando. —Me respondió. Sonreí. Por alguna
razón me parecía lindo imaginármela librando su bello rostro del maquillaje.
Aunque claro, cada cosa que ella hacía me parecía tierna, linda o dulce.
—Vale amor, iré
abajo por un vaso con agua, ¿Quieres que te traiga algo? —Le pregunté.
—No gracias, estoy
bien.
—Te amo.
—Yo igual, cuídate.
—Respondió, y ambos reímos.
Me alejé de la
puerta del baño y salí de la habitación dirigiéndome hacia la cocina. Cuando
llegué, cogí de la vitrina dos vasos de vidrio, saqué del refrigerador una jarra
con agua y los llené los dos. Aunque Bett me haya dicho que no quería nada, me
parecía de mala educación subir a su habitación con un vaso para mí y sin uno
para ella.
Regresé la jarra al
refrigerador y cogí ambos vasos dispuesto a volver, cuando de repente, vi una
silueta recargada en el marco de la puerta. Me asusté, no me esperaba para nada
ver a Jared allí, con los brazos cruzados, observándome fijamente. Estuve a
punto de tirar los vasos, pero por suerte pude apretarlos bien entre mis manos
para que no resbalaran.
— ¡Casi haces que
me orine! —Le reclamé, estaba verdaderamente asustado.
—Vaya, orina de
Bill Kaulitz… ¿Cuánto me pagarán por ella? —Comenzó a reírse a carcajadas, al
igual que yo. —Lo siento. —Sonrió. —Quiero hablar contigo rápido, ¿Tienes
tiempo? —Asentí por inercia, confundido.
— ¿Qué pasa?
—Es sobre Bettina,
obvio, quiero contarte algo… —Me confundí y levanté ambas cejas, él negó con la
cabeza. —No ha pasado nada malo, simplemente quiero hacerte saber algo que ella
te ha estado ocultando. —Abrí la boca sorprendido, ¿A qué se refería?
—No… no entiendo… —Confesé,
repentinamente nervioso.
—Desde que te
fuiste de viaje, mi hermana ha estado cada vez peor... —Comenzó. Decidí colocar
los vasos de agua en el mini comedor de la cocina. No sabía que me iba a contar
Jared, y prefería ser precavido antes de romper los bellos vasos y derramar el
agua. —Sus sueños, sus pesadillas con Marlon volvieron desde el primer día que
te fuiste.
— ¿Qué? —Pregunté,
aunque realmente había entendido perfectamente.
—Al principio las
tenía pocas veces, pero conforme fueron pasando los días, las pesadillas
aumentaron más y más, llegando al punto de darle incluso estando despierta. —Abrí
la boca sin poder pronunciar palabra alguna. —Ella te necesita Bill, y mucho.
He intentado convencerla de ir a un psicólogo, pero cuando murieron mis padres
ella se juró a si misma jamás volver a ir con uno, así que se niega
rotundamente a ir…
— ¿Por qué no me
dijo nada? —Me pregunté más a mí mismo que a Jared, él hizo una mueca de
preocupación.
—Ella no quería
arruinarte el viaje. Ella sabe que los conciertos son tu sueño, y no te dijo
nada para que pudieras disfrutarlo.
—Pero… ¿Por qué?
¡Todo es mi culpa, JODER! —Grité, e inconscientemente golpeé con el puño el
mini comedor, haciendo que salpicara un poco el agua de los vasos que había
colocado. — ¡Por eso se puso tan nerviosa cuando mencioné a Sabina! —Adiviné,
Jared asintió mordiéndose el labio.
—No es tu culpa
Bill… —Declaró. Negué con la cabeza, era obvio que era mi culpa, o al menos eso
creía yo. —Ella se siente muy intranquila sabiendo que Marlon sigue
desaparecido, y estando tú en otro país lejos de ella, se siente muy insegura.
—Yo sólo quiero que
ella sea feliz… —Murmuré. — ¿Qué puedo hacer para que no sufra? —Un nudo se
formó en mi garganta.
—Nadie puede hacer
nada por ella Bill… —Jared caminó hacia mí y colocó su mano en mi hombro. —Ella
necesita un serio tratamiento psicológico, han pasado más de diez años desde el
día en que se arruinó su vida, debió de haberlo superado desde hace mucho. —Suspiró
y sus ojos se cristalizaron en lágrimas de repente. —A mí me duele igual o
incluso más que a ti ver a mi hermana de esa forma. He hablado con algunos
psicólogos, y la mayoría de ellos afirma que Bett tiene un grave problema de
“Delirio de persecución”, que extrañamente, se le olvida cuando está contigo. —Tragué
saliva, había escuchado varias veces sobre ese ‘problema’, y no era para nada
bonito.
—Te prometo que
haré algo por ella… —Dije completamente decidido. Jared me dedicó una sonrisa
llena de esperanza.
—Tú haces todo por
ella, y eso te lo agradeceré infinitamente… —Sonreí, me alegraba que Jared se
diera cuenta de las cosas que he hecho y sería capaz de hacer por su hermana. —Vayamos
a dormir, es demasiado tarde. —Asentí levemente y volví a coger los vasos de la
mesa.
Jared y yo subimos
juntos las escaleras hasta llegar a la segunda planta de la enorme casa. Él se
dirigió a su habitación, y yo por supuesto, a la de Bettina.
Abrí la puerta como
pude, ya que tenía ambas manos ocupadas, y entré. Ella estaba sentada sobre la
cama, cepillando distraídamente su cabello, tan distraída que ni siquiera se
percató de mi presencia.
— ¿Para qué te
cepillas el pelo si vas a dormir? —Pregunté divertido. Ella volteó a verme
sonriente. —Te traje un poco de agua. —Le acerqué el vaso con la mano y ella lo
cogió.
—Gracias… ¿Dormirás
hoy conmigo? —Preguntó después de que ambos bebiéramos un poco de agua.
—Si tu quieres… —Respondí
confuso… ¿Qué no era obvio que dormiría con ella? Levanté las cejas. Después
recordé que hacían dos meses que no dormíamos juntos, y con lo que me acababa
de contar Jared…
De repente se me
vino a la cabeza una especie de “experimento”.
Comenzamos a quitar
las cobijas de la cama, metiéndonos ambos debajo de ellas. Bett recargó su
cabeza dulcemente en mi pecho, y yo, como siempre solía hacer, acaricié su
cabello repetidas veces.
—To me you’ll be
forever sacred… —Comencé cantar en voz baja, convirtiendo las canciones de
Tokio Hotel en románticas canciones de cuna. —…I’m dying but i know our love
will live… —Bett cada vez respiraba más tranquilamente, supuse que iba quedándose
dormida con cada palabra que salía de mi boca. En ese momento sentí como si
ella fuera un pequeño bebé al que debía cuidar y proteger para pueda crecer
sano y feliz. —Pase lo que pase, siempre te cuidaré. —Murmuré en voz baja en
cuanto noté que ella ya estaba profundamente dormida.
Jared me había
asegurado que Bett a diario tenía las pesadillas, así que esa noche comprobaría
si estando conmigo le pasaba lo mismo… Y no fue así…
[ Bettina ]
Abrí los ojos
lentamente, la luz proveniente de la ventana lastimaba un poco mis ojos, pero
sin hacer mucho caso, me senté sobre la cama.
Bill no estaba a mi
lado. Suspiré resignada, me hubiera gustado despertar siendo rodeada por sus
delgados, pero fuertes brazos.
Sonreí para mí
misma, me sentía de muy buen humor, y supuse que sería porque dormí con Bill
después de mucho tiempo, pero dándole más vueltas al asunto descubrí que fue
porque extrañamente… No había tenido pesadillas.
Con ayuda de mi
muleta me puse de pie y salí de la cama, yendo directamente hacia el baño para
darme una ducha rápida.
Un rato después
terminé de ducharme y volví a mi habitación. Me puse unos shorts azul celeste y
una camiseta blanca sin mangas, un poco holgada. Sequé un poco mi cabello con
una toalla y lo dejé suelto para que terminara de secarse con el aire natural.
Estaba sentada
frente a mi tocador, terminando de arreglarme para bajar a ¿Desayunar?
¿Almorzar? ¿Comer? No sabía exactamente qué sería, ya que eran las 12.30 del
medio día.
Terminé de
maquillarme y elegí el perfume que me pondría ese día. Lo agarré tan
torpemente, que al momento de levantarlo resbaló de mi mano, cayendo de nuevo
contra la fría madera del tocador, haciéndose añicos. La habitación se impregnó
rápidamente del fuerte aroma. Por inercia, intenté recoger los pedazos de
vidrio roto que había frente a mí, pero de nuevo fui torpe y varios trozos se
clavaron en mi mano, haciendo que ésta comenzara a sangrar rápidamente. Mordí
mi labio, ardía mucho, demasiado diría yo, y era obvio ya que el perfume
contiene cierta cantidad de alcohol y otros químicos.
Observé hipnotizada
mi sangre escurrirse por mis dedos, de repente me había quedado ida mirándola
atentamente.
Aquella sangre tan
roja, tan… Sangre que ya no era puramente mía, sangre mía mezclada con sangre
de… Marlon. Él me la había donado cuando yo la necesité, y ahora me daba cierto
vértigo recordar que tenía parte de él dentro de mi cuerpo.
Cogí más de los
trocitos de vidrio desperdigados por todo el tocador, apretándolos con cierta
violencia contra mi mano. Sonreí, sintiendo un inmenso placer al ver cada vez
más sangre de ese hombre salir de mi cuerpo.
—Toc toc… ¿Puedo
pasar? —Yo estaba hundida en mis propios pensamientos, tanto que no escuché la
dulce voz de Bill llamarme desde afuera de la habitación. — ¿Betti? ¿Sigues
dormida? —Preguntó levantando un poco la voz. Y de repente reaccioné. Abrí los
ojos como platos, repentinamente asustada al darme cuenta de que mi ropa estaba
bañada en sangre, al igual que el tocador, el piso, mi mano…
— ¿Qué diablos
hice? —Murmuré para mí misma, comenzando a temblar de miedo, terror por verme
en esa situación tan fuerte. Y lo peor es que yo sola me lo había causado…
Mi mano aún ardía demasiado,
las heridas habían tocado demasiado perfume, y dentro de ellas, había cientos
de pedacitos de vidrio incrustados en mi piel.
La puerta se abrió
lentamente y apareció Bill sonriente sosteniendo a Layla entre sus brazos. Con
mi mano sana, cubrí mi mano lastimada con la toalla que anteriormente había
utilizado para secar mi cabello. Bill camino hasta la cama, sentándose en ella
y colocando a la bebé en sus piernas.
— ¡Mira! La estoy
cuidando. —Dijo en un bello tono dulce. —Kayla enseñó a Tom a bañar a Layla, y
ahora está enseñándole a bañar a Freddy y me encargaron a la pequeña por unos
minutos, ¿No es hermosa? —Él estaba completamente fascinado observando a
nuestra sobrinita en sus brazos, tanto que ni siquiera se había percatado de lo
nerviosa que yo estaba. La toalla cada vez se teñía más y más de rojo, y mis
piernas temblaban desesperadas por el pánico.
—Si… —Me limité a
decir.
— ¿Estás…? —Volteó
a verme rápidamente y su expresión cambió de feliz a ¿Asustado? —Estás muy
pálida… —Sin soltar a la bebé se puso de pie y caminó rápidamente hacia mí. — ¿¡POR
QUÉ TIENES SANGRE EN LA ROPA!? —Gritó asustado.
—Bill, yo… —Tragué
saliva… ¿Qué debía decirle ahora? Ni yo misma sabía que me había pasado. Él
estaba tan asustado y sorprendido que casi tira a la bebé al suelo. Caminó
rápidamente hacia la cama y la dejó allí recostada, para después volver hacia
donde estaba yo.
— ¿¡QUÉ DIABLOS HAS
HECHO BETTINA!? —Me gritó, yo me sobrecogí. —El suelo… ¡Dios! —Gritó de nuevo.
Él estaba completamente descolocado. Mordí mi labio mientras intentaba ocultar
mi mano envuelta con la toalla detrás de mí.
lunes, 4 de febrero de 2013
viernes, 1 de febrero de 2013
Tom me respondió de nuevo :'D
Hoy ha sido un día completamente duro... Estoy suuuuper enferma :c
Sin embargo, todo se arregló en cuanto llegué a mi casa después de un duro e incómodo día de escuela...
Comenté en la BTK como casi siempre suelo hacer, pero mi sorpresa fue cuando la abrí después de una hora de haber dejado mi comentario... y me encontré con que Tom me acababa de responder, grité y lloré, y no lo podía creer...
[O1·O2·13]
Que genial inicio de mes he tenido :''D Gracias mi Tomi, te amo
Bill: Days getting warmer...
JennKls: Tom si tu quieres tocar la batería en el futuro, ¿Gustav tocaría la guitarra? :))
Tom: @JennKls si tal ves...o Bill el bajo, Georg en la guitarra, Gustav cantando y yo tocando la batería! haha..
Sin embargo, todo se arregló en cuanto llegué a mi casa después de un duro e incómodo día de escuela...
Comenté en la BTK como casi siempre suelo hacer, pero mi sorpresa fue cuando la abrí después de una hora de haber dejado mi comentario... y me encontré con que Tom me acababa de responder, grité y lloré, y no lo podía creer...
[O1·O2·13]
Que genial inicio de mes he tenido :''D Gracias mi Tomi, te amo
Bill: Days getting warmer...
JennKls: Tom si tu quieres tocar la batería en el futuro, ¿Gustav tocaría la guitarra? :))
Tom: @JennKls si tal ves...o Bill el bajo, Georg en la guitarra, Gustav cantando y yo tocando la batería! haha..
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