terapeuta.
—Así
que seré tu primer paciente.. —Afirmé, y él asintió dándome la
razón.
Serch
era un buen chico. Acababa de graduarse de la universidad y ahora era
su turno de comenzar a trabajar en su especialidad: fisioterapia.
Había sido practicante y ayudante de otros terapeutas durante varios
años, por lo que tenía cierta experiencia.
Milsha
se había despedido de mí con un fuerte abrazo. También se despidió
de Serch, y después se tuvo que marchar a su casa para comenzar a
empacar sus cosas.
Estuve
alrededor de quince minutos conversando con mi nuevo terapeuta,
cuando de repente, de mi móvil comenzó a sonar la canción 'Dogs
unleashed' y sonreí. Esa canción la había escogido especialmente
para Bill cuando se comunicara conmigo, ya que él me había dicho
que esa era de sus canciones favoritas.
—Perdón,
me está llamando mi novio y necesito contestarle ¿Me permites.....?
—¡Claro!
—Sonrió mientras se ponía de pie. Si, se había sentado al lado
de mi para poder platicar conmigo y conocernos un poco.. —Te daré
privacidad.. —Dijo mientras se dirigía hacia la puerta y salía
hacia el pasillo. Sonreí agradecida por su prudencia.
—¡Biiiiill!
¿Que tal? Te extraño mucho.. —Lo saludé alegremente, mientras él
soltaba una tierna risita del otro lado de la línea..
—¡Hola!
Yo igual te extraño princesa —Sonrió. Aunque no lo estaba viendo,
podría casi jurar que había sonreído. Yo también lo hice. —Muero
por verte. Acabamos de bajar del avión, estamos camino a casa para
dejar las maletas..
—Me
emociona que estés aquí de nuevo. Yo estoy a punto de salir de mi
terapia, y bueno, también estoy deseando volver a verte..
—Yo
muero por besarte —Se rió, y yo también. —Bueno, no tengo mucho
tiempo. Sólo llamaba para decirte que te amo, y que me gustaría que
hoy te pusieras más hermosa de lo usual porque hoy será una noche
muy especial... Si sabes a lo que me refiero.. —Y volvió a reírse.
Yo me sonrojé un poco..
—Tonto..
—Me reí.
—¡Hey!
Yo no dije nada.. —Nos reímos de nuevo. Últimamente cada que
hablábamos por teléfono nos reíamos por cualquier cosa. —Tengo
que colgar, por favor no olvides que te amo..
—Yo
también te amo.. Adiós.
—Adiós..
—Dijo, y enseguida se escuchó el fastidioso 'Pip, pip, pip'
indicando que la llamada había concluido.
—Lo
siento.. —Me disculpé con mi nuevo terapeuta, quien se encontraba
de pie en el umbral de la puerta.
—No
te disculpes.. descuida.
—Lo
que pasa es que llevo dos meses sin verlo, por eso cada que me llama
tengo que contestarle porque pues.. lo extraño.. y el único
consuelo que tengo es escuchar su voz unos minutos..
—Bettina..
creo que si estaremos trabajando en tus terapias tendremos que
llevarnos bien y conocernos mejor ¿no crees? —Preguntó.
—Si..
supongo. —Respondí.
—Me
di cuenta del precioso brillo que iluminó tus ojos cuando viste en
tu teléfono que tu novio te llamaba.. ¿Realmente lo amas cierto?
—Asentí.
—Él
es el amor de mi vida..
—Entonces
supongo que lo extrañas demasiado ¿no? —Acertó. Una sonrisa
nostálgica se dibujó en mi rostro.
—Si..
hace dos meses que no lo veo, y hoy regresa de su viaje. Lo extraño
como no tienes idea.. —Suspiré. De repente me habían dado ganas
de llorar, no sabía si de tristeza porque no lo había visto, o de
felicidad porque al fin lo iba a volver a ver en unas horas.
—Tranquila..
—Colocó su mano en mi hombro. Mis ojos se habían cristalizado por
las lágrimas, y al parecer él se percató de ese detalle. —Hablemos
de otra cosa, no quiero que vayas a llorar. ¡Tienes que estar feliz!
Volverás a verlo hoy.. —Sonreí. Serch tenía demasiado carisma, y
a pesar de que acababa de conocerlo, sabía que él siempre me haría
sentir tranquila y feliz... o no.
—Tienes
razón. Y bien.. ¿Sobre qué quieres hablar?
—No
lo sé.. dime ¿Cuántos años tienes?
—Diecinueve,
¿Y tú? —Pregunté.
—Veinticuatro.
Y.. ¿Estudias? ¿O algo así?
—Todo
es muy difícil de explicar.. Estuve estudiando medicina. Mi sueño
es ser médico profesional al igual que lo eran mis padres. Pero para
mi mala suerte, tuve el accidente y estuve en estado de coma unos
meses. Entonces era imposible recuperar el semestre en la
universidad. Y ahora ya debería de haber comenzado con otro
semestre, pero decidí no estudiar más para dedicarme a mis
terapias..
—O
sea que.. ¿No vas a estudiar más sólo por el accidente? —Preguntó.
—No
es eso. Dejé la universidad por ahora, no iré hasta que pueda
caminar de nuevo. Pero obviamente pienso regresar; le prometí a mi
papá que sería igual que él, y se lo tengo que cumplir..
—Vaya..
tu papá debe de apoyarte mucho..
—Bueno..
supongo que él y mi madre me apoyan desde donde están..
—¿Cómo?
—Preguntó confuso.
—Mis
padres murieron hace seis años en un accidente de avión.. —Dije
lo más resumido que pude.
—Oh..
lo siento.. —Murmuró. ¡Genial! Seguro que mi nuevo terapeuta
estaría pensando: “¡Oh, pobre chica! Es una huérfana paralítica
abandonada por su novio” ¡Pfff! ¡Y eso que no sabe lo de Marlon!
Definitivamente.. mi vida está jodida. Permanecí en silenció y
dejé de imaginar lo que estaría pasando por la cabeza de Serch en
ese instante..
—Da
igual, he aprendido a vivir sin ellos.. —Dije en un tono bastante
indiferente. Esa era mi arma de defensa: parecer fuerte ante
situaciones que me destrozaban por dentro.
De
repente mi móvil comenzó a vibrar. Era un mensaje de texto de Vinz
que decía “Betti, estoy esperándote en el estacionamiento.
Debemos volver a casa pronto para la cena. ¡No tardes!”
—Debo
irme.. —Musité mientras agarraba mis muletas y comenzaba a
“ponerme de pie” para poder irme hacia donde mi cuñada me
esperaba.
—Te
acompaño.. —Se ofreció con una gran sonrisa.
—Gracias..
creo que si necesito ayuda para llegar hasta allá.. —Respondí
sonriente.
Serch
me cogió de la cintura y me ayudó a avanzar. Cruzamos el pasillo y
bajamos unas cuantas escaleras, caminamos otro tramo más y llegamos
al estacionamiento. Allí estaba aparcado el auto plateado de Vinz, y
ella estaba de pie, recargada en una de las puertas esperándome con
una linda sonrisa en su rostro.
Vinz
a demás de ser maestra de Kayla, se había ofrecido a ser algo así
como 'Mi chofer', siempre era ella quien me llevaba y me recogía de
mis terapias. Y realmente era una gran ayuda.
—Fue
un gusto conocerte Serch.. —Dije con una sonrisa.
—Igualmente.
—Sonrió. Me di media vuelta, dispuesta a llegar con Vinz y poder
irnos lo más rápido posible. Me detuve cuando sentí la mano de
Serch apretar un poco mi brazo, haciendo que me detuviera. Me giré
hacia él para ver que era lo que quería. —Suerte con tu novio
Bett, eres una chica muy linda en todos los aspectos, supongo que..
él debe ser muy afortunado.
—Gracias..
—Musité. Comencé a sentir un ligero picor en las mejillas. Creo
que me había ruborizado. —Te veo mañana.. —Asintió.
Avancé
hacia donde Vinz me esperaba. La saludé con un beso en la mejilla y
ella me respondió. Después comenzó a ayudarme a subir al asiento
trasero del auto y sin hacer nada más, nos dirigimos hacia casa.
—¿Quién
era ese chico, nena? —Me preguntó mientras me miraba por el espejo
retrovisor.
—Es
mi nuevo terapeuta, Milsha se irá a trabajar a otro país, y me dejó
a cargo de él..
Llegamos
a casa, y Vinz estacionó el auto en el garage. Me ayudó a bajar del
coche y avanzamos con cuidado hacia la gran entrada de la casa.
En
cuanto cruzamos la puerta de entrada, comencé a sentir un hormigueo
en mi estómago. ¿A caso estaba emocionada? Creo que era obvio que
si.. Finalmente, volvería a ver a Bill después de tanto tiempo...