Capítulo
81: Mi vida cambió
Cuando
por fin llegamos a casa, el conductor de la camioneta se encargó de
introducir las maletas a la casa, y los G's nos ayudaron a subir a
los bebés por las escaleras de una forma extremadamente cuidadosa
para que no se despertaran, y para que no cayeran por éstas,
llevándolos a la habitación de Kayla, mientras que yo la ayudé a
ella a subir también.
Gustav:
Ustedes deberían hacer una fábrica de bebés, les salen preciosos
-Dijo mientras los observaba fijamente-
Tom:
Oh eso sería estupendo -Sonreí- pareciera que nunca me has visto
Gus, es obvio que todos los hijos que yo tenga serán hermosos -Dije
riéndome-
Georg:
¿Piensan tener más hijos luego?
Kayla:
Oh definitivamente no! -Dijo rápidamente-
Tom:
¿Porque? Yo quería tener mínimo cuatro hijos
Kayla:
jaja si claro -Dijo irónicamente- Tom por Dios no quiero volver a
pasar tanto peligro en toda mi vida! A demás la que quedó con una
horrible cicatriz y con kilos de más fui yo no tú
Tom:
Buen punto –me reí-
Kayla:
Estás diciéndome gorda -Dijo observándome con una mirada asesina-
Tom:
¡¡Yo nunca he dicho eso!! Sabes que eres hermosa Kay -La abracé, y
ella se alejó de mí un poco-
Kayla:
Pero te burlaste de mí, yo dije que tenía kilos de más y tu te
reíste Tom -Dijo mientras me daba ligeros manotazos en el brazo-
Georg:
Uhh.. la primera pelea de los esposos -Dijo riéndose-
Kayla:
Aún no somos esposos, y si él se sigue riendo de mi cuerpo jamás
lo seremos -Dijo observándome con la misma mirada matadora de antes-
Gustav:
Ya son padres, es como si ya fueran marido y mujer
Kayla:
¡Pero no lo somos! -Dijo molesta-
Georg:
Pues con esas peleas pareciera que si -Dijo divertido, mientras Kayla
comenzaba a sacar humo por las orejas, no literalmente hablando-
Tom:
¡Hey basta! No quiero que me causen una pelea con mi novia ¿vale?
No es que los corra pero mejor váyanse -Dije mientras estiraba mi
brazo, señalándoles la puerta, y Georg comenzó a reírse de nuevo-
Gustav:
Vale, ya nos vamos -Dijo mientras ambos se acercaban hacia la puerta,
desapareciendo por ésta-
Tom:
Kayli ¿Estas bien? Nunca te habías enojado por nada -Dije mientras
la abrazaba de nuevo, y ella se quedaba inmóvil-
Kayla:
Tom, sabes que amo a mis bebés, pero desde el parto no ha habido un
día en el que no me sienta fea, y si soy fea tú te buscarás a
alguna mujer mayor que yo, que sea sexymente guapa -Dijo, su tono de
voz asesino de antes se acababa de convertir en uno triste y
deprimente-
Tom:
¿A que viene eso? Sabes que eres la primera mujer de la que me he
enamorado, y la única que me ha costado muchísimo conquistar, jamás
te haría algo como eso
Kayla:
¿En serio? -Dijo mientras yo le limpiaba las lágrimas con el
pulgar-
Tom:
Claro que si -sonreí- a demás cuando tenías 7 meses de embarazo
estabas mucho más gorda que ahora
Kayla:
¡TOM! -Gritó mientras me daba una bofetada-
Tom:
Es broma, lo siento -Dije riéndome mientras la abrazaba-
Kayla
no me habló durante un poco más de treinta minutos, mientras que yo
intentaba disculparme con ella de todas las maneras posibles, aunque
ninguna funcionaba.
Cuando
Kayla estaba embarazada, yo investigaba mucho sobre el tema, y
encontré un artículo que decía que las mujeres durante el embarazo
suelen ser demasiado sensibles, y después del parto, bipolares, por
lo que suponía que esos cambios de humor después del reciente
parto, y las hormonas adolescentes de Kayla se habían fusionado,
haciéndola comportarse de una manera demasiado especial.
De
repente llegaron mi madre y Flor, la nana de Kayla, y en cuanto
llegaron, mi novia me pidió que me fuera, ya que seguía enojada
conmigo, y la llegada de las mujeres había sido su excusa perfecta
para “Conversación femenina” y sacarme a mi de la habitación.
Me
levanté de la cama y me despedí de mi madre y de flor con un beso
en la mejilla, y de Kayla con uno en la frente. Salí de la casa y me
dirigí a la calle para tomar un taxi, dirigiéndome a mi casa; y en
cuanto llegué a ésta, preparé una pequeña maleta con todas mis
cosas necesarias, ya que tenía planeado irme a vivir a la casa de
Kayla, para no descuidarla ni un solo momento.
Subí
las maletas a mi auto, y a mi querido perro también, dirigiéndome
hacia un parque un poco abandonado.
Comencé
a pasear a mi fiel amigo, contándole mis penas, que aunque no me
entendiera, sabía que por lo menos podía desahogarme con él.
Le
conté sobre el giro radical que había dado mi vida desde que me
convertí en papá, de lo difícil que estaba siendo mi vida sin ser
como antes. Ahora mi hermano se encontraba en otra parte de Alemania,
cuidando de su novia, mientras que yo por otro lado, con la mía y
con mis hijos.
Ya
tenía meses que mi gemelo y yo no salíamos de fiesta como antes,
donde él bailaba hasta desgastarse en las discotecas, mientras que
yo me entretenía a hacer “travesuras” con la primera chica de
cuerpo lindo que se me cruzara por en frente. Ahora todo era
totalmente distinto, y aunque me doliera aceptarlo, esa vida jamás
la volveríamos a tener. Los “gemelos unidos” algún día
tendrían que separarse, y ese día lentamente estaba llegando.
Me
dolía, pero por una parte me alegraba el saber que yo por fin estaba
madurando y alejándome de ese sucio camino que tenía, ese mismo
sucio camino que me había llevado al camino limpio. Ya que el sucio
había embarazado a una de mis fans, convirtiéndose en limpio para
ayudarme a encontrar el amor de una buena vez.
El
haber conocido a Kayla tenía sus partes buenas y malas, por un lado
estaba lo malo, el haberle arruinado la vida a una adolescente
ilusionada, haciéndola que dejara de ir al colegio para estudiar en
casa, pero bueno porque ella había cumplido su sueño de conocerme,
y también por haberme alejado de mi vida sucia de antes.
También
el que Bill haya conocido a Bettina tenía su lado bueno y malo, lo
malo es que si mi gemelo jamás hubiera conocido a su novia, ella
jamás se hubiese accidentado, y lo bueno era que gracias a Bill,
Bettina había logrado dejar de un lado sus sueños automáticos, y
por fin mi hermano había logrado encontrar a su alma gemela.
Observé
el cielo, y fue cuando me di cuenta de que acababa de oscurecer. Me
dirigí hacia donde había dejado mi auto, y subí a éste junto con
mi perro, volviendo a casa.
Le
dejé suficiente alimento a él y a los demás perros que teníamos,
ya que se les estaba por terminar, y después me dirigí de nuevo
hacia la casa de los Murett.
Regresé
a casa de Kayla, que temporalmente también sería mi casa. Estacioné
mi auto y abrí la puerta con la copia de la llave que Kayla me había
dado.
Subí
por las escaleras rápidamente, saltándome algunos escalones para
llegar más de prisa; me asomé a la habitación de mi novia, ella
parecía triste, y parecía que había estado llorando un largo rato;
en la habitación solo se encontraba ella y mi madre, quien la estaba
abrazando e intentando tranquilizarla por alguna razón que yo
desconocía.
Golpeé
ligeramente la puerta un par de veces, y enseguida la mirada de ambas
se clavó en mi. Mi madre se levantó del lado de mi novia, mientras
que ésta se tallaba los ojos y soltaba un amargo suspiro.
Tom:
Hola -Dije tímidamente- Si, si quieren puedo regresar más tarde...
Simone:
No, Tom quédate con ella, yo debo irme a casa ahora, y creo que
ustedes dos deben hablar un rato -Se acercó a mi y me dio un ligero
abrazo, y enseguida un beso en la mejilla, el cual le correspondí,
me dio una ligera palmada en la espalda y se despidió de Kayla con
la mano, para enseguida desaparecer por la puerta.
Tom:
Pequeña, ¿Estás bien? -Pregunté temeroso, sin moverme un paso de
donde estaba, teniendo miedo de que me rechazara-
Kayla:
Si.. emm, bueno, no lo se.. supongo que si -suspiró mientras se
incorporaba sobre la cama. Pude observar mejor su rostro, Sin duda
ella había estado llorando, y mi madre consolándola, por algo que
yo ni siquiera estaba enterado, o eso creía-
Tom:
Kayli, te conozco y se que no estas bien -Comencé a cercarme hacia
ella- Si no me quieres decir la razón por la cual estuviste
llorando, oh si, porque también se que estuviste llorando, si no
quieres decirme no me digas, solo dime si es por mi culpa -Dije
mientras me sentaba sobre la cama, sin siquiera tocar a mi novia.
Kayla:
No, no es culpa tuya Tom, es solo que, no se, creo que arruiné mi
vida -Dijo mientras comenzaba a llorar de nuevo, tapándose el rostro
con ambas manos, y yo sin saber que hacer, me quedé quieto-
Tom:
¿Porque dices eso?
Kayla:
Tom, yo amo a mis hijos más que a nadie en este mundo, aunque ellos
tengan un poco menos de un mes conmigo, conforman una gran parte de
mi pero... -La interrumpí, ella no podía hablar, y preferí que
tomara un poco de aire para hablar yo-
Tom:
Lo se, y ahora tu crees que eres muy joven para ser mamá ¿o no?
-asintió- hubieras preferido seguir estudiando como antes, salir con
tus amigas, y tener miles de novios ¿Cierto? Pero sin embargo todo
ha cambiado Kay -Dije, ella me observaba con los ojos bien abiertos y
con la boca entreabierta; me acerqué hacia ella y le acaricié la
mejilla-
Kayla:
Tom, no... yo.. yo nunca quise... em,, nunca quise decir eso, lo.. lo
siento -Dijo lentamente, como si estuviera cuidando de que palabras
utilizar exactamente, y yo negué con la cabeza-
Tom:
Aunque ya seas mamá, sigues siendo una adolescente, y sigues
deseando tener una vida perfecta, la cual, por mi culpa no has
tenido, y tal vez nunca tendrás
Kayla:
Tom, lo siento, te estoy haciendo sentir mal por una tontería mía
Tom:
No son tonterías tuyas, es la realidad Kayla -suspiré- Solo quiero
que sepas que te amo, y jamás te dejaré sola
Kayla:
Yo también te amo Tommy -Dijo, y enseguida me abrazó fuertemente,
como si no quisiera dejarme ir, y yo con el corazón encogido,
correspondí a su abrazo. Ella me dio un ligero beso en los labios,
el cual yo intenté profundizar más, pero ella no me lo permitió
por completo. Se separó de mi luego unos segundos y sonrió
ligeramente-
Tom:
¿Ya no estás enojada conmigo? -Pregunté mientras acariciaba su
rostro-
Kayla:
Es imposible permanecer enojada contigo Tomto -Dijo riéndose y yo
sonreí-
Tom:
¿Te pido un favor? -asintió- Hay que olvidar todo lo que pasó hoy
¿vale?
Kayla:
Creo que es lo mejor que podemos hacer, no me gustaría recordad una
discusión contigo
Tom:
A demás tenemos que estar tranquilos, mañana operan a Bettina, y no
podemos estar enojados -Dije sonriente, para después besar a mi
novia-
Estuvimos
viendo una película que transmitían por T.V, hasta que Kayla
comenzó a quedarse dormida. Me levanté de la cama, dejándola a
ella dormir plenamente, y me dirigí hacia las cunas de los bebés,
para asegurarme de que estuvieran tranquilos, y por suerte así era.
Entré
al baño de la habitación y mojé un poco mi rostro, para enseguida
secarlo con un toalla. Volví a la cama con mi novia y no tardé
demasiado en dormirme yo también.